La firme respuesta de la OTAN al sabotaje ruso de los GPS que amenaza a la aviación europea

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LUXEMBURGO.- El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió este martes que la alianza trabaja “día y noche” para frustrar las interferencias rusas en vuelos civiles, después de que un avión que transportaba a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sufriera una pérdida del control del GPS en el espacio aéreo de Bulgaria.

La aeronave, que cubría la ruta entre Polonia y Sofía, logró aterrizar sin incidentes, aunque las autoridades internacionales sospechan que detrás del episodio se encuentra Moscú.

“Nos lo tomamos muy en serio”, declaró Rutte en una conferencia en Luxemburgo junto al primer ministro y el ministro de Defensa del ducado. “Les aseguro que trabajamos para contrarrestar esto, prevenirlo y asegurarnos de que no lo vuelvan a hacer”.

El sistema de navegación del avión que transportaba a Ursula von der Leyen experimentó una seria interferencia mientras sobrevolaba Bulgaria (Fuente: X @vonderleyen)

Rutte subrayó que las interferencias forman parte de un patrón más amplio de amenazas híbridas rusas, que incluyen desde el sabotaje de cables submarinos en el mar Báltico hasta ciberataques al sistema sanitario británico y planes de asesinato contra empresarios europeos.

Rutte alertó de que estas prácticas “con efectos potencialmente desastrosos” suponen un riesgo directo para todo el continente. “No seamos ingenuos: algún día también podría afectar a Luxemburgo o a los Países Bajos. Con la tecnología de misiles rusa más avanzada, la diferencia entre Lituania, en primera línea, y Madrid o La Haya, es de cinco a diez minutos. Todos estamos en el flanco oriental ahora, ya vivan en Londres o en Tallin”, advirtió.

Pese a la gravedad de lo ocurrido, el primer ministro búlgaro, Rosen Zhelyazkov, descartó abrir una investigación formal sobre el incidente con el avión de Von der Leyen al considerar que “cosas así pasan todos los días”. Sus palabras reflejan la normalización de unas interferencias que, según la OTAN y la Unión Europea, se han intensificado de forma drástica en los últimos tres años, coincidiendo con la invasión rusa de Ucrania en 2022.

Las interrupciones en el sistema de posicionamiento global (GPS) afectan tanto a la aviación como a la navegación marítima y se convirtieron en un quebradero de cabeza para pilotos y compañías aéreas en el este de Europa. De acuerdo con datos del sitio web que mide los niveles de interferencia GPS Jam, la tasa de interferencia pasó de niveles bajos en febrero de 2022 a superar con creces el umbral del 10% en agosto de 2025 en varios países bálticos y del mar Negro.

Solo en junio pasado, pilotos que sobrevolaban Lituania reportaron 1022 casos de perturbación de la señal, muy por encima de los 46 incidentes detectados en el mismo mes de 2024. Las autoridades lituanas aseguran haber identificado al menos diez puntos en Kaliningrado —el enclave ruso entre Polonia y Lituania— como centros emisores de las señales de bloqueo y suplantación.

La diferencia entre ambas técnicas es significativa: la interferencia (jamming) consiste en saturar las comunicaciones con una señal potente, mientras que la suplantación (spoofing) engaña al receptor con una señal falsa que lo ubica en coordenadas incorrectas de espacio o tiempo. Aunque los aviones comerciales cuentan con sistemas alternativos para navegar, la repetición e intensidad de estos ataques aumenta el margen de riesgo y podría desencadenar accidentes graves.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sale del helicóptero después de inspeccionar la frontera entre Lituania y Bielorrusia en la Escuela de Guardias Fronterizos cerca de la frontera entre Lituania y Bielorrusia, cerca del pueblo de Medininkai, a unos 25 kilómetros (16 millas) al este de la capital Vilnius, Lituania, el lunes 1 de septiembre de 2025Mindaugas Kulbis – AP

La Unión Europea (UE) reaccionó con sanciones. En julio, Bruselas castigó a nueve ciudadanos rusos por su vinculación con estas operaciones, entre ellos altos mandos del 841º Centro Independiente de Guerra Electrónica de la Flota del Báltico. La decisión llegó tras la presión de 17 Estados miembros, liderados por Lituania, que enviaron una carta denunciando que no se trataba de “incidentes aleatorios”, sino de “acciones sistemáticas y deliberadas” dentro de una estrategia de guerra híbrida.

La dimensión geográfica del problema es amplia. Finlandia y Estonia ya habían acusado a Rusia en 2024 de manipular deliberadamente las señales en su espacio aéreo, lo que obligó a suspender la ruta regular entre Helsinki y Tartu por el riesgo de aterrizar sin referencias seguras. En el mar Negro y el Báltico, las perturbaciones son cotidianas, afectando tanto a drones militares como a buques mercantes, lo que ha llevado a las aseguradoras marítimas a aumentar sus tarifas.

Incluso en zonas alejadas del frente, como el noreste de Noruega, las interferencias impactan en la vida diaria. Allí, cerca de la base de la Flota del Norte —que tiene submarinos rusos con capacidad nuclear—, miles de vuelos internos y servicios de helicópteros sanitarios se han visto comprometidos, obligando a las autoridades a adaptarse a una realidad “sin GPS”.

Moscú, por su parte, niega que se trate de actos hostiles y asegura que las interferencias responden a medidas defensivas para proteger infraestructuras críticas frente a ataques externos. Sin embargo, estas explicaciones no convencen ni a la OTAN ni a la UE, que ven en estas acciones una extensión de la estrategia rusa de desgaste contra Occidente desde que lanzó su ofensiva total contra Ucrania.

Frente a este panorama, el comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, instó a acelerar el fortalecimiento de Galileo, el sistema europeo de navegación por satélite creado en 2016 como alternativa al GPS estadounidense. “Las interferencias y el spoofing perjudican nuestro transporte aéreo y marítimo. ¡Nuestro proyecto espacial Galileo puede ayudar!”, afirmó en la red X, prometiendo aumentar el número de satélites en órbita terrestre baja para robustecer la seguridad del espacio aéreo europeo.

Italia está considerando otras medidas para salvaguardar la seguridad aérea. Fuentes del Ministerio de Defensa italiano, confirmaron a The Guardian que analizan la posibilidad de mantener en secreto los vuelos de Estado.

Funcionarios de defensa afirmaron que Roma estaba considerando planes para clasificar los vuelos estatales, minimizar la información publicada en el sitio web de la oficina del primer ministro e impedir que los sitios de seguimiento especializados hicieran visibles las rutas de las aeronaves. El ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, planteó esta propuesta por primera vez hace varios meses, cuando las interferencias con la navegación por satélite se volvieron cada vez más comunes en el espacio aéreo cercano a Rusia.

En febrero, el avión de la premier italiana fue retirado de Flightradar, una de las aplicaciones más utilizadas para proporcionar datos en tiempo real sobre los movimientos de aeronaves, pero sigue visible en sitios similares.

Agencia AP y diario El País

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