La Argentina hace más de 20 años produce entre 3 millones y 3,1 millones de toneladas de carne bovina. Se faenan 13,9 millones de cabezas/año y nacen 14,8 millones de terneros/año. La mortandad estimada sobre el rodeo nacional es de 1,6 millones de cabezas (3,2%), lo que da un saldo de casi 900.000 cabezas menos por año. Con estos números el stock ganadero nos muestra una disminución en su número por tercer año consecutivo y es el más bajo de los últimos 10 años.
Si bien la faena de vacas se redujo en un 13%, la de vaquillonas subió un 6,3%, con un incremento de un 11%. La participación de las hembras en la faena se ubica en un 47% sobre la faena total. La tasa de extracción, que es la cantidad de animales que van a faena en un año, es de 27%.
Un número de 22 a 23% es sustentable y permite mantener el stock; un 27 a 30% es alto, habrá menos vientres para producir. Un 20% indica que se guarda hacienda para aumentar el stock. Con una tasa de extracción del 27% estamos más cerca de la liquidación que de la recomposición del stock.
En este contexto, si producimos 3,1 millones de toneladas anuales y consumimos 48 kilos por habitante por año, al ser 47 millones de habitantes entonces consumimos 2,25 millones de toneladas por año. En consecuencia, nos queda un saldo para exportar de 844.000 toneladas.
¿Cómo vamos a aprovechar la extraordinaria demanda internacional con la incorporación de nuevos países consumidores y una oferta escasa, entre otras cosas, por el proceso de retención de Estados Unidos, Brasil, y Australia, que actúa generando una baja de la oferta?
Con una tasa de extracción del 27% estamos más cerca de la liquidación que de la recomposición del stock
Claramente, la contundencia de los números nos indican que la Argentina no aprovechará, o lo hará parcialmente, el momento extraordinario que vive el mercado internacional en precios y demanda. Lo que tenemos que hacer es aumentar la producción. No debemos desconocer que el sector ganadero perdió entre 8 a 10 millones de hectáreas de muy buenos suelos que pasaron de ganadería a agricultura, pero a su vez hubo y hay una expansión de la superficie ganadera de suelos con menor potencial de producción. Son millones de hectáreas en el nordeste, noroeste y centro semiárido de la Argentina que deberían compensar con la tecnología existente esa pérdida.
El aumento de la producción se debe basar en una revolución del pasto con un paquete de innovaciones tecnológicas y de manejo de las pasturas y los campos naturales para lograr una mayor producción. Entender que el pasto es un ser vivo y debe ser manejado de acuerdo a ese criterio.
Hay que hacer un manejo sanitario y suplementación con sales cuando haga falta (venéreas, no dar servicio a animales improductivos, diagnóstico de preñez e interpretación del mismo). También usar toros aptos.
Hay que aumentar la relación vaca/ternero. La relación ternero/vaca se ubicó en un 65,2% (el promedio 2007-2024 fue de 61,9%, según Sigsa-Senasa). El rodeo de vientres es de 22 millones de cabezas, por lo que solo un 1% de aumento en la tasa de extracción implican 220.000 terneros adicionales por año. A un peso de 180 kilos por cabeza produciríamos 39,6 millones de kilos adicionales por año, unos 117 millones de dólares extra por punto y por año.
Aumentar el peso de destete solo un kilo por ternero, sobre 14,6 millones de terneros destetados, son 14,6 millones de kilos adicionales, lo que equivale a 43,25 millones de dólares extra por año para el sector.
El peso medio de las carcasas durante 2024 se ubicó en 230 kilogramos, un 0,7% por encima de los 226,4 kilogramos de 2023, según el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC. Aumentar el peso de 395 kg vivo (229 kilos hoy) en solo un kilo por animal faenado, sin considerar la categoría vaca equivale a 2.197.243 kilos adicionales o 45,6 millones de dólares adicionales para el sector.
El ingreso adicional para el sector, solo con un punto de mejora en tres indicadores, equivale a 205 millones de dólares, con lo que se podrían implantar por año 707.000 hectáreas de pastura a un costo de 290 dólares por hectárea. Y esto permitiría producir 154 millones de kilos anuales, lo que equivale a 401 millones de dólares adicionales por año por punto.
Hay un largo camino para recorrer. La Argentina tiene que pasar de los 3,1 millones de toneladas de producción anuales y esto se logra mejorando los índices de producción, relación ternero/vaca, aumentar el peso de faena y el peso de destete, lograr un ordenamiento fiscal y una política crediticia que favorezca la producción y no la especulación. El país tiene productores de excelencia, genética de primer nivel mundial en todas y cada una de las razas y tiene un producto que es reconocido y valorado en el mundo.
La carne argentina no es un producto con un nombre específico, sino una estrategia del país para promover la excelencia de su carne bovina a nivel internacional, basada en su alta calidad, terneza, sabor y su arraigada tradición ganadería. Recordemos a Ortega y Gasset que hace casi un siglo nos dijo: “Argentinos a las cosas”.
El autor es productor y consultor ganadero
La entrada ¿Boom ganadero?: la urgencia de las asignaturas pendientes y cómo hacer para que lleguen más dólares se publicó primero en DIARIO DIGITAL MORENO MEDIOS.