Sigue creciendo la mora en los créditos entre los individuos y las familias

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La morosidad en los créditos bancarios cedidos a familias para financiar consumos o realizar pequeñas inversiones no deja de crecer.

Según el último informe del Banco Central (BCRA), con datos a fin de junio, la irregularidad en el pago de las tarjetas de crédito ya llega al 4,4%, con lo que se duplicó de febrero a la fecha -estaba entonces en el 2,2%- y se amplió en 2,3 veces respecto del 1,9% que mostraba un año atrás, en junio de 2024.

A su vez, ese sensible indicador escaló hasta representar el 6,4% de las carteras de préstamos personales, cuando era del 3,4% al comenzar el año y del 4,1% doce meses atrás.

En junio hubo un aumento del 2,8% en los montos de los cheques compensados y, con relación al mismo período del año anterior, el total compensado se incrementó tanto en cantidades (12,6%) como en montos (30,4% real), dejando ver que el problema ya afecta en general también a la cadena de pagos.

Las cifras, reveladoras de un incremento en la mora crediticia a nivel general por sexto mes consecutivo, muestran las crecientes dificultades que enfrentan individuos y familias para poder honrar sus pagos en un contexto en que los salarios vuelven a quedar rezagados frente a la inflación (aun cuando esta última bajó mucho), dado que el Gobierno se negó en varias ocasiones a homologar paritarias con subas superiores al 1% o 1,5% mensual.

En este sentido, un informe de la consultora Synopsis reveló que, salvo SMATA, los principales sindicatos cerraron paritarias con ajustes por debajo de la inflación en el primer semestre del año, lapso en que sus ingresos (medidos por estos acuerdos) registraron caídas de entre 4% (alimentación, camioneros, metalúrgicos) y 6% (sanidad y estatales encuadrados en UPCN), llegando al 10% en el caso de los ferroviarios.

Incluso la propia medición del Indec reveló días atrás que, en la primera mitad del año, los salarios registrados se actualizaron 14,6%, mientras que el costo de vida en ese lapso creció 15,1%, según el IPC vigente (que mide una canasta de bienes y servicios ya muy desactualizada).

Los analistas hacen notar que estos datos, ahora oficializados, son incluso previos a que las tasas de interés iniciaran una nueva escalada.

El grado de incumplimiento crediticio general del sector privado en junio fue del 2,9% del total de la cartera desembolsada, por encima del 2,58% de mayo y mucho más alto que el 1,8% de junio de 2024. Es el registro más elevado desde el 3,5% de enero de 2024, tras la devaluación del peso y el salto inflacionario en el comienzo de la gestión de Javier Milei.

El BCRA destacó en su informe sobre bancos que, pese a la suba reciente, la irregularidad total de la cartera del sector privado sigue por debajo del promedio de los últimos 20 años (3,1%).

“Hay que tener en cuenta que el nivel actual de irregularidad todavía es bajo respecto de picos históricos”, coincidieron desde la consultora Qualy.

Sin embargo, subrayaron que lo que genera inquietud hoy “es la velocidad en el deterioro de estos indicadores que, en el caso de las familias, están por encima de los niveles de noviembre de 2021”.

Para el analista financiero Juan Manuel Palacio, “si antes del estallido de las tasas la morosidad de las familias ya se había disparado, casi duplicándose en seis meses, no es descabellado que ese indicador se esté acercando a los dos dígitos en créditos personales en estos momentos“.

En los bancos siguen con preocupación esta involución, aunque no dejan de considerarla temporal y muy ligada a los ajustes que el Gobierno hizo en su política económica para tratar de mantener controlado el dólar al menos hasta las elecciones.

En declinación, tras el auge de los meses pasados

Incluso admiten que ya están desalentando la demanda vía tasas y siendo mucho más selectivos en la aprobación de nuevos desembolsos.

“Hay una evidente desaceleración en el financiamiento bancario en general y al consumo en particular, que viene acompañada de la suba en la tasa de morosidad, principalmente de las familias. A eso se suman las mayores tasas y el peso creciente que están tomando los préstamos en los salarios”, describieron desde la consultora LCG con relación al inquietante panorama.