Comenzó como canillita y vendedor de helados y ahora es dueño de 24 empresas

0

El recorrido emprendedor de Gastón Ricardo empezó desde temprano: a los 11 años fue canillita de un diario quincenal en Carmen de Areco, a los 13 salió a vender helados en los veranos, con lo que juntó el dinero suficiente para comprarse su primera moto. Ese contacto precoz con los negocios le marcó de a poco el destino con el que hoy se cruzó: es el dueño de 24 empresas multirubros para “diversificar” inversiones. Dice que “ya no trabaja por el dinero”, sino “para crear e innovar”.

Me importaba más ser que el dinero, pero siempre quise salir del pozo. Fui muy busca, porque en mi casa no había… No la pasábamos bien. Soy el más chico de tres hermanos. Viví en una pensión a los 18 en Callao y Sarmiento para poder estudiar. Allí comencé y cuando me faltaban dos años para terminar la carrera la dejé para poner un negocio de revelado de fotos y trabajé en una revista. A los 26, me casé, vendí la empresa y retomé la carrera”, dijo el dueño de Indecar, una empresa de maquinaria agrícola con sembradoras, fertilizadoras y desparramadoras. La firma exporta equipos a Italia, Alemania, Armenia, Bulgaria y Ucrania.

“Tengo empresas que caminan solas. Tengo un hotel en Miami que ni siquiera lo veo, anda solo. Me deja plata y para mí perdió la gracia. En Indecar creo cosas, no para nunca. En el campo, si es sembrar, sí. Tenemos un campo en Salto y en Carmen, donde multiplicamos semillas y vendemos”, expresó en una entrevista con LA NACION, donde repasa sus orígenes, que lo llevaron incluso a trabajar en una granja de pollos.

Gastón Ricardo: “Me enseñaron que podés perder plata o trabajo, pero no la palabra ni la dignidad”

Aseguró que aprendió desde chico la importancia del esfuerzo cotidiano. “Me enseñaron que podés perder plata o trabajo, pero no la palabra ni la dignidad”, agregó. Esa marca familiar fue la que lo acompañó cuando comenzó su camino en la gestión pública y, potenció su carrera como contador público y, más tarde, cuando decidió apostar de lleno a la industria metalmecánica.

El grupo empresario que lidera en total tiene 700 empleados en clínicas, laboratorios, droguerías; vinculados con el agro son 170. Tiene un campo en Córdoba con 700 cabezas de ganado que compró después de seguir el consejo de un amigo. Recientemente, lanzó el PT Farm, un campo agrotecnológico experimental en Carmen de Areco, donde hacen ensayos y buscan investigar, desarrollar y crear nuevas tecnologías, un rol similar al trabajo del INTA, pero con inversión y gestión únicamente del sector privado. “Hoy todos hablan del negocio de la ganadería, pero en verdad el que hace plata es el intermediario. Tengo la agilidad mental para ver negocios donde otros no los ven: pasar hambre fue lo peor que me pasó en la vida y me hizo despertar”, analizó. Comenzó a criar caballos de polo y planean cruzar genética.

Ricardo estuvo como asesor en el equipo del Ministerio de Planificación con Julio De Vido y luego en Industria con Débora Giorgi. “Aprendí muchísimo en esos años. Desde cómo funciona la industria automotriz hasta los problemas de un pequeño fabricante de calzado. Eso me dio perspectiva: entendí que la mejor política pública se derrumba si no tenés equipo y capacidad de gestión”, señaló.

La empresa pasó de tener 50 trabajadores a 80 con doble turno este año

En 2014 Ricardo estuvo vinculado a una causa judicial en la que se realizaron siete allanamientos a distintos domicilios y oficinas relacionados con él. Según registros judiciales y su propio testimonio, aclaró que en todos los procedimientos no se hallaron pruebas que implicaran responsabilidades penales ni imputaciones. Fue sobreseído en la causa en la que se acusó a funcionarios de esa gestión de repartir subsidios a sus propias empresas. “Me sacaron en la tapa, pero nadie publicó después que me habían sobreseído. Eso te queda adentro. A mí me dolió por mi familia. Pero también me dio fuerza para demostrar con trabajo quién soy realmente”, respondió.

Ese episodio lo convenció de que su lugar estaba en otro lado: lejos de los despachos oficiales. Además le marcóla importancia de la credibilidad y la continuidad, tanto en la política como en los negocios.

En 2023 invirtió US$2,5 millones en una nueva nave industrial de 2000 m², para duplicar la capacidad de producción, diversificar modelos y sumar nuevas tecnologías como el corte láser y la automatización en soldadura. Pasó de tener 50 empleados a 80, desde principio de año y con doble turno: “Da para crecer más, pero queremos ser controlados. Detectamos a quién vamos a traer y por qué”.

Gastón Ricardo en Expoagro

“La tecnología no tiene techo. Recién estamos hablando de un tractor robot y hoy existen robots que operan humanos. Vamos camino a que la semilla la va a poner solo un robot”, sintetizó. La empresa encontró un nicho en el retrofit: la actualización de sembradoras usadas con pilotos automáticos, monitores de siembra y sistemas de precisión. La innovación más emblemática fue la sembradora Neo, desarrollada en conjunto con el INTA. Con la importación de insumos, la firma comenzó a bajar los costos de producción y, por ende, los precios en el mercado se redujeron hasta un 30%.

Ricardo indicó que pasa buena parte de su tiempo en la planta: “Estoy convencido de que voy a hacer la mejor máquina y voy a ser el N°1”.

Gastón Ricardo, dueño de Indecar, dice que no lo atraen las inversiones bursátiles

La misma mirada emprendedora la traslada al análisis de la Argentina productiva que busca el gobierno de Javier Milei. “Tenemos todo para competir: talento, campo e industria. Lo que falta son reglas claras, previsibilidad e infraestructura. El productor argentino es de los más eficientes del mundo, pero no puede solo”, aseguró.

La receta para salir adelante, dijo, es simple, pero urgente: menos grieta y más trabajo. “No importa de qué partido seas: si producís, exportás y generás empleo, sos parte de la solución”, afirmó. Para él, la Argentina necesita un pacto básico de políticas de Estado, con crédito productivo real, inversión en caminos y puertos, previsibilidad fiscal y reglas estables que no cambien con cada gobierno.

El mundo nos espera. Tenemos litio, energía, alimentos y conocimiento. Lo que falta es orden interno. El mundo no va a frenar a esperarnos. Cuando hablo con otros productores me doy cuenta de que no es falta de ganas ni capacidad, es falta de previsibilidad. No sabés si mañana vas a poder exportar o si te cambian las reglas. Así nadie invierte”, razonó.

Gastón Ricardo: “Si producís, exportás y generás empleo, sos parte de la solución”

Por último, cerró: “Soy un tipo común que trabaja, que arma equipos y que quiere dejar algo bueno para los que vienen atrás. Lo único que quiero es que mis hijos —y los hijos de todos— vivan en un país mejor, que no tengan que irse para progresar, que sientan orgullo de ser argentinos. Por eso sigo, incluso, después de los golpes; no me bajé cuando me pegaron y no lo voy a hacer ahora”.

La entrada Comenzó como canillita y vendedor de helados y ahora es dueño de 24 empresas se publicó primero en DIARIO DIGITAL MORENO MEDIOS.