En continuidad con Francisco, el papa León manifestó su respaldo a los movimientos populares

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ROMA.- Aunque tiene su estilo y se pone la muceta roja -algo que hizo que los sectores más conservadores intentaran adueñarse de su figura, contrastándola con su predecesor-, el papa León XIV volvió a demostrar este jueves que sigue la huella del papa Francisco.

En su primer encuentro con Movimientos Populares -que viajaron a Roma para su Quinto Encuentro Internacional y para su peregrinación jubilar-, les manifestó con fuerza el mismo respaldo. Les aseguró que son “el antídoto” contra la indiferencia, volvió a llamarlos “poetas sociales” y reiteró que las tres T, “tierra, techo y trabajo” son “derechos sagrados”.

León XIV conversa con miembros de los movimientos populares reunidos en el VaticanoAndrew Medichini – AP

“Hace más de diez años, aquí en el Vaticano, el papa Francisco les dijo que habían venido a plantar una bandera. ¿Qué es lo que proclamaba? ‘Tierra, techo y trabajo’. Era una ‘cosa nueva’ para la Iglesia, ¡y era algo bueno! Haciéndome eco de los pedidos de Francisco, hoy reafirmo: la tierra, el techo y el trabajo son derechos sagrados por los que vale la pena luchar. Quiero que me oigan, que me escuchen decir: ‘¡Estoy con ustedes! ¡Estoy con ustedes!’, aseguró, desatando un mar de aplausos y euforia en el Aula Pablo VI, colmada por un colectivo que logró ser visibilizado y entrar al Vaticano gracias al papa Francisco.

En su discurso León, el primer papa estadounidense, pero también peruano -ya que fue allí misionero y obispo-, denunció el aumento de la injusticia social, así como los “daños colaterales” causados ​​por las nuevas tecnologías, el cambio climático, el trato inhumano a los migrantes y la proliferación de drogas.

Ante 1500 personas de 30 países -representantes de pobres organizados, cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, trabajadores de barrios y villas-, León evocó su paso por Perú, donde pudo conocer esa realidad y “una Iglesia que acompaña a las personas en sus dolores, en sus alegrías, en sus luchas y en sus esperanzas”. “Esto constituye un antídoto contra la indiferencia estructural que se está propagando y que ignora el drama de los pueblos despojados, robados, saqueados y condenados a la pobreza”, advirtió.

León XIV se reúne con participantes de la reunión internacional de movimientos popularesAndrew Medichini – AP

Siguiendo el legado de Francisco, León recordó la importancia de las periferias y que “mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema”, señaló.

En el auditorio lo escuchaba una delegación de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), con Alejandro Gramajo, su secretario, Sergio Sánchez, cartonero amigo de Francisco, Norma Morales y Johana Duarte, secretarias; el obispo Marcelo Colombo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y el padre Carlos “Charly” Olivero, coordinador de la red de comunidades organizadas y de la pastoral social de adicciones.

Estuvo ausente con aviso el abogado Juan Grabois (candidato a diputado por Fuerza Patria en las inminentes elecciones legislativas) que, después de diez años, decidió dejar de ser el coordinador de estos encuentros y pasarle el testimonio al sacerdote italiano Mattia Ferrari, que se dedica al rescate de migrantes. Grabois, de todos modos, sigue siendo miembro del Dicasterio para el Desarrollo Humano e Integral, el “ministerio social” del Vaticano que encabeza el cardenal checo-canadiense Michael Czerny, que por supuesto estuvo en la audiencia.

Los argentinos que tomaron parte de la reunión internacional de movimientos populares en El VaticanoElisabetta Piqué

León evocó al papa León XIII -por quien eligió su nombre-, que escribió la encíclica Rerum Novarum a finales del siglo XIX, durante la revolución industrial, poniendo el foco principal “en la situación de los pobres y oprimidos de la época”. Entonces puntualizó que si bien en ese documento no aparecen las palabras “desempleo” o “exclusión” -ya que en aquella época los problemas se referían más bien a la mejora de las condiciones laborales-, “hoy en día, la exclusión se ha convertido en el nuevo rostro de la injusticia social”, lamentó. “La brecha entre una pequeña minoría, el 1% de la población, y la gran mayoría se ha ampliado de manera dramática”, criticó.

“Al igual que mi predecesor Francisco, creo que los caminos justos parten desde abajo y desde la periferia hacia el centro”, también dijo, al resaltar, finalmente, que las “numerosas y creativas iniciativas” de los movimientos populares “pueden transformarse en nuevas políticas públicas y derechos sociales”. “Su búsqueda es legítima y necesaria”, concluyó.