SAN JAVIER, Murcia.- La princesa Leonor inició este lunes una nueva etapa de su formación militar al incorporarse a la Academia General del Aire (AGA), donde se enfundó el uniforme de vuelo y tuvo su primer contacto con el avión de entrenamiento Pilatus P-31, en el que se instruyen todos los alumnos del Ejército del Aire y del Espacio.
Desde este primero de septiembre y hasta final de curso, el próximo julio, la primogénita de los reyes Felipe VI y Letizia Ortiz vivirá entre los hangares ubicados junto al mar Menor -al sudeste de España– y recibirá clases específicas en aeronáutica en el centro de donde salen todos los pilotos militares del país, apodados como los “patanegra”.
Con el paso dado hoy, la heredera al trono encara el tramo final de su educación castrense tras su paso por el Ejército de Tierra, en la Academia General de Zaragoza, y su travesía en la Armada, donde estuvo cuatro meses en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), cinco a bordo del buque-escuela Juan SebastiánElcano, y tres semanas en la fragata Blas de Lezo.
“Encaro esta etapa con ganas de aprender, pero poco a poco”, declaró antes de sentarse por primera vez en la cabina del aparato con el que se formará en los próximos meses, aunque aún no está claro si llegará a pilotarlo en solitario.
La heredera al trono fue recibida a su llegada por el director de la academia, coronel Luis Felipe González Asenjo, junto a altos mandos y algunos de los profesores que la acompañarán en su preparación. Como es tradición, firmó en el libro de honor de la AGA y mantuvo un breve encuentro con el director. Después se dirigió al Escuadrón de Alumnos, donde se le entregó el vestuario completo que usará durante el curso: desde los uniformes de diario hasta el mono de vuelo.
Al igual que cuando se incorporó a la Escuela Naval Militar de Marín en 2024, la princesa llegó sola, a diferencia de su ingreso en Zaragoza en 2023, donde la acompañaron los reyes y su hermana Sofía. Instaló sus pertenencias en el cuarto que compartirá con otras alumnas y se vistió de inmediato con el uniforme de vuelo. Posteriormente, visitó las dependencias de simuladores para familiarizarse con el Pilatus -una aeronave suiza de reciente incorporación- antes de acercarse a uno de los aviones y sentarse en la cabina.
El comandante Alberto Guzmán, jefe del 792 escuadrón, fue quien le dio las primeras explicaciones sobre los mandos e instrumentales. Precisamente, el mismo oficial había pilotado el Pilatus en el que el rey Felipe VI voló por primera vez en junio pasado, durante su visita a la AGA para la despedida de la Patrulla Águila.
Por ahora no hay fecha para el primer vuelo con instructor. El director de la academia explicó recientemente, en presencia de la ministra de Defensa Margarita Robles, que los alumnos suelen realizar su bautismo aéreo tras un mes o mes y medio de instrucción, aunque sin un calendario fijo. Antes deberán completar clases teóricas y entrenamientos progresivos en los simuladores: primero en el CBT (Computer Based Training), con réplicas digitales y pantallas, y luego en el FTD (Full-flight Training Device), que recrea con gran realismo la cabina del Pilatus y permite entrenar con el equipo completo de siete kilos. Solo cuando el alumno demuestra estar preparado, se autoriza el primer vuelo acompañado. El último paso, reservado a quienes prueban su destreza, es la “suelta” o vuelo en solitario, una posibilidad aún incierta en el caso de Leonor.
Con su ingreso en San Javier, la princesa de Asturias sigue los pasos de su padre, el rey Felipe VI, y de su abuelo Juan Carlos I, quienes también estudiaron en la academia, aunque lo hicieron en el histórico C-101, conocido como “Culopollo”, sustituido ahora por el moderno Pilatus P-31.
Leonor se incorpora a la Lxxviii promoción como una alumna más del cuarto curso, junto a otros 74 cadetes —15 de ellos mujeres—. En total, este año la AGA recibe a 483 estudiantes, un 9,3% más que en 2024, de los cuales un 18,1% son mujeres. Compartirá una sencilla habitación con dos o tres compañeras en el pabellón femenino, dotada de cama, escritorio, armario, estantería y baño compartido.
Los horarios son estrictos: diana a las 6.30, clases desde las 7.40 hasta las 15, y sesiones vespertinas de 16 a 18. Después, tiempo libre hasta las 22.15, cena a las 20.30 y silencio obligatorio a las 22.30. Los fines de semana y vacaciones, salvo sanciones, los alumnos pueden salir de la base.
La princesa no tendrá mucho margen de adaptación: comenzará las clases este mismo lunes con un currículo especial.
El objetivo de sus tres años de formación militar es proporcionar a la heredera un conocimiento integral de las Fuerzas Armadas, institución que llegará a comandar como capitana general cuando acceda al trono.
Agencia DPA y diario El País
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