La particular mezcla de español e inglés que se habla en Gibraltar (y por qué no es un espanglish común)

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“Creo que perdí el pesci. Me gusta ese mushasho, me parese mu shuni. Lo voy a llamar p’atrás and let’s see if he tells me to go out with him”. Puede que leyendo la frase anterior deduzcas, haciendo uso de tu dominio del inglés o de un traductor, que hay un muchacho del que espero que me pida salir. También que, a saber por qué, mezclo inglés y español, este último comiéndome algunas vocales, y en medio meto unas palabras un poco raras.

Lo que quise decir es: “Creo que perdí el sentido común. Me gusta ese muchacho, me parece muy lindo. Le voy a devolver la llamada y veremos si me pide salir con él”. Y te lo conté en llanito, que es el modo de hablar que tienen algunos habitantes de Gibraltar, un enclave que está lindando con Cádiz, en Andalucía, pero que no pertenece a España, sino a Reino Unido.

Gibraltar está frente al mar, en la unión del mar Mediterráneo y el océano Atlántico y a unos 22 kilómetros de la costa de Marruecos. Forma parte de lo que Reino Unido considera “territorios británicos de Ultramar”, entre los que también incluyen las islas Malvinas/Falklands, reclamadas por Argentina. Es decir, está bajo soberanía británica.

En Gibraltar vive una población de unos 38.500 habitantes, aunque cada día la frontera o verja con España la cruzan cada día unas 30.000 personas para ir a trabajar. Muchos de los nacidos allí se denominan a sí mismos como “llanitos”, todos tienen pasaporte británico, aunque gozan de cierto nivel de autogobierno. Y también algunos hablan de este particular modo, que no es un espanglish al uso.

¿Cómo este enclave de apenas 6 kilómetros cuadrados en mitad de Andalucía y en un punto tan estratégico acaba siendo británico? La respuesta es la Guerra de Sucesión, como llamaron un conflicto que tiene su origen en España pero que involucró a varias potencias europeas.

En 1702, el rey Carlos II de España, de la dinastía de los Habsburgo, murió sin descendencia. Así, Europa quedó configurada en dos bloques, cada uno con su apuesta por un candidato. De un lado estaban España y Francia; del otro, Inglaterra y Holanda, Portugal, los príncipes alemanes y el imperio austríaco. La disputa por quién ocuparía el trono de España llevó a una guerra en suelo europeo que se extendió por 12 años.

Llanito: la particular mezcla de español e inglés que se habla en Gibraltar (y por qué sus hablantes dicen que no es un espanglish común)Buyenlarge/Getty Images

En mitad de la contienda, en 1704, una flota anglo-holandesa tomó el peñón de Gibraltar. Aunque la maniobra la hicieron en nombre del candidato austríaco, la bandera que clavaron en tierra fue la británica. Cuando en 1713 se puso fin a la guerra, se hizo mediante la firma del Tratado de Utrecht, que, como curiosidad, es el segundo tratado vigente más antiguo, precisamente por Gibraltar.

En esos tratados España accedió a perder poder político y militar a cambio de que las potencias europeas reconocieran como rey de España a Felipe V de Borbón (1683-1746). Según el acuerdo, literalmente cedió ese territorio a Gran Bretaña “para siempre”. Aunque, en ese tiempo, el área era menor y las condiciones otras.

España lo considera una colonia en Europa, en medio de Andalucía. Por ello, durante décadas reclamó su soberanía ante la ONU o buscó, al menos, compartir la soberanía sobre el Peñón con Reino Unido.

Hasta en dos ocasiones, 1967 y 2002, los gibraltareños votaron en referendo sobre su soberanía. En ambos casos, con una apabullante mayoría del 99%, rechazaron que hubiera una soberanía compartida entre Reino Unido y España sobre el Peñón.

En el momento que Gibraltar pasa a ser británica, tras el éxodo de gibraltareños españoles, Reino Unido hizo una repoblación de la zona con habitantes de España. Pero también concedieron permisos de trabajo o de residencia a sefardíes (las comunidades judías expulsadas de la Península Ibérica en 1492 por los Reyes Católicos), genoveses, malteses, indios y marroquíes, según explica a BBC Mundo Francisco Oda-Ángel, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y director del Instituto Cervantes en Tetuán (Marruecos).

Llanito: la particular mezcla de español e inglés que se habla en Gibraltar (y por qué sus hablantes dicen que no es un espanglish común)Felipe Rodriguez/VW Pics/Universal Images Group via Getty Images

Además, estaba el personal del entonces imperio británico. “Principalmente, tenemos dos partes, la sociedad civil que habla español, algunos hablan en portugués y los militares que hablan inglés, pero están muy separados”, explica a BBC Mundo Elena Seoane, catedrática de Lingüística Inglesa de la Universidad de Vigo (España).

La especialista, que hizo trabajo de campo en Gibraltar, nos cuenta que, en ese momento, “la lengua de comunicación es el español, pero hay ciertos elementos italianos, portugueses y de esta lengua judía, haketía. Italiano, catalán y demás, pero básicamente la población habla español en su variante andaluza”.

Con toda esa cantidad de nacionalidades y lenguas cohabitando en un espacio tan pequeño empieza la mezcla lingüística. Y hay una primera condición que ayuda a que los idiomas español e inglés empiecen a mezclarse.

“Hay un estudio de los matrimonios que se dan en Gibraltar que data de 1834. Entonces, ya se ve que hay muchísimas nupcias entre soldado inglés y mujer española. Ahí empieza la mezcla. Y empieza a surgir en una especie de llanito que yo creo que se desarrolla más a principios del siglo 20. Aunque ahí empiezan a mezclarse las dos lenguas”, explica Seoane.

Tras la II Guerra Mundial, Reino Unido comenzó un intenso proceso de britanización de la sociedad gibraltareña, que en aquel momento era en su inmensa mayoría una comunidad cultural y lingüísticamente hablante de español. “La lengua vehicular había sido siempre el español, pero los ingleses introdujeron cambios importantes en el modelo educativo de la ciudad con una enseñanza monolingüe en inglés, basado en el sistema educativo británico”, explica Francisco Oda-Ángel.

Llanito: la particular mezcla de español e inglés que se habla en Gibraltar (y por qué sus hablantes dicen que no es un espanglish común)Print Collector/Getty Images

Esto, que se mantiene hoy día, hizo que cambie el llanito y que se hable de llanito de primera, segunda y tercera generación. La variación, explican los expertos consultados, va desde una población que es principalmente monolingüe en español, que vira hacia una población bilingüe y, ahora, que es monolingüe, pero en inglés.

“Es un spanglish europeo, el único que se da en Europa, que presenta alternancia de los dos idiomas, pero con estructuras completas, no palabras sueltas”, explica Oda-Ángel.“Además, es un espanglish con acento andaluz”, ríe este gaditano.

Por un lado, explica, hay adaptaciones fonéticas del español de palabras británicas, como decir mebli en vez de “marbles” (más abajo, el diccionario). Otro fenómeno actual, explica Oda-Ángel, es la adaptación al español de palabras y frases británicas, como “te llamo p’atrás”, del “to call back”, devolver una llamada.

“No es un spanglish de cualquier sitio, porque tiene una mezcla de inglés y español y retiene alguna palabra italiana, alguna palabra genovesa italiano, judía”, explica Seoane. Y no es tan sencillo como cambiar de inglés a español de modo indiscriminado.

Llanito: la particular mezcla de español e inglés que se habla en Gibraltar (y por qué sus hablantes dicen que no es un espanglish común)Matt Cardy/Getty Images

Ioanna Sitaridou, profesora de lingüística histórica en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), estudió el fenómeno del llanito y otros de contactos de lenguas. Explica que “los hablantes de llanito tienen una honda conciencia sobre qué palabras pertenecen al llanito y cuáles no.”

Por ejemplo, explica que la palabra “claro” se dice en llanito, pero no su sinónimo, “por supuesto”. O que en vez del uso del español “rojo” se usa el vocablo de uso común en Andalucía “colorao”. También usan la palabra “carne”, pero no así “cordero”, “ternera” o “cerdo”, vocablos para los que eligen su correspondiente en inglés.

“Por ejemplo, ellos pueden decir de veinte pounds, pero no twenty libras y no te saben decir por qué… Simplemente lo dicen así por costumbre”, matiza Seoane. Y Sitaridou explica que “las palabras cambian de significado al cruzar la frontera terrestre (la verja que separa España de Gibraltar)”. Por ejemplo, en España si alguien dice “él tiene mucha pasta” se refiere a que esa persona tiene mucho dinero, “pero en llanito significa que es muy lento”.

“Su llanito parece aleatorio, pero no lo es. Y algunas personas jóvenes que quieren hablar llanito, que quieren intentarlo, dicen cosas que los mayores responden: { ´Anda, cállate, que no sabes hablarlo´”, dice Seoane. “Desde el punto de vista lingüístico es un fenómeno que evoluciona, pero con tendencia a perderse, el llanito actual. El llanito primito ya casi desapareció “, lamenta Oda-Ángel.

Aunque pueda parecerlo, no, no es igual al espanglish que se habla en el continente americano, principalmente en Estados Unidos. Ioanna Sitaridou afirma que “es importante aclarar que el contacto de español con inglés en distintas partes no produce en sí resultados idénticos”.

El espanglish se refiere “al español en los Estados Unidos y como ocurre a menudo con el contacto lingüístico y la alternancia de código, también está marcado por una falta de comprensión adecuada de ambas lenguas”.

En el caso del espanglish del continente americano, es una mezcla del español latinoamericano con una fuerte influencia del inglés en la variante que se habla en Estados Unidos, tanto en término de préstamos como alternancia de códigos. Pero, por supuesto, hay diferencias. Y Sitaridou da varias razones.

“Por un lado, la variedad del inglés no es la misma. Hablamos de un inglés de Estados Unidos frente a un inglés británico. Tampoco la variedad de español es la misma, puesto que es el espanglish nace de una mezcla con el español que se habla en diversas partes de América Latina y, en el llanito, de la variante que es el andaluz. Pero, además, las condiciones de uso y las presiones sociales relacionadas con el prestigio tampoco son las mismas”, aclara.

Canilla: Si alguien dice esta palabra en llanito no se referirán, como en México o en Cuba, a la parte anterior de la pierna, ni a la barra de pan venezolana. Al igual que ocurre en Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, están hablando de un grifo. Por ejemplo: “abre la canilla para que corra el agua”.

Capotí: Es posible que un llanito, por mucho calor que haga en la playa a las cinco de la tarde un día de julio, saque su termo para servirse su capotí con sanduchito. Vamos, la clásica taza de té británica de la tarde, es decir, la “cup of tea”.

Liquirbá: la golosina fina y alargada que suele de ser color negro o roja, es decir, un regaliz, y cuyo nombre proviene del regaliz de palo. En inglés esto se conoce como “liquorice bar”.

Llamar para atrás: esta expresión también se ve en algunos lugares del continente americano donde se habla espanglish y viene de “call you back”, llamar a alguien, devolverle una llamada.

Marchapié: se refiere a la acera y, en este caso, la palabra no proviene del inglés, sino de la adaptación de la palabra “marciapiede”, del italiano.

Mebli: En Gibraltar, los niños de antiguamente, cuando querían jugar con esa esferas chiquiticas de cristal, es decir, las metras, balitas, potico, chibola o canicas, decían que iban a jugar con las “merblis”, que proviene de la palabra inglesa “marbles”.

Pish: ¿Conoces a alguien que sea gomelo, fresa, sifrino, pituco, cheto, cuico, pijo? Pues a esa persona, en llanito se le llama pish, que viene del inglés “posh”.

Plomero: si un llanito tuviera una filtración de agua en su casa o se le avería la tubería de la lavadora, llamará a un gasfiter, gasista, fontanero o, como también se dice en otros lados en América Latina, un plomero, nombre que viene de cómo se llama a este oficio en inglés: plumber.

Rolipo: ese caramelo insertado en un palo, es decir, un chupetín, chupeta, chupete, chupachups. En definitiva, un “lollipop”.

Por Alicia Hernández

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