KABUL.- Un potente terremoto de magnitud 6,0sacudió anoche varias localidades de la provincia de Kunar, en el noreste de Afganistán, y dejó un saldo devastador: al menos 800 muertos y más de 2700 heridos, según el último balance difundido por las autoridades talibanas.
Esta mañana, las imágenes mostraron a los rescatistas trasladando a personas heridas en camillas desde los edificios derrumbados hasta helicópteros mientras la gente cavaba frenéticamente entre los escombros con las manos en busca de sus seres queridos desaparecidos.
El epicentro se localizó cerca de la ciudad de Jalalabad, a menos de 160 kilómetros de Kabul y cerca de la frontera con Pakistán, en la vecina provincia de Nangahar, a apenas ocho kilómetros de profundidad, lo que potenció el impacto del sismo.
El vocero del gobierno, Zabihullah Mujahid, confirmó en conferencia de prensa que en Nangahar se registraron al menos 12 fallecidos y 255 heridos, además de los daños registrados en Kunar. Al menos cuatro provincias del este afgano —Nangarhar, Nuristan, Laghman y Kunar— se vieron afectadas, según Kate Carey, jefa adjunta de la oficina de asuntos humanitarios de la ONU en Afganistán.
El temblor fue superficial y se produjo a las 23.47 (hora local), seguido de al menos cinco réplicas que se sintieron a cientos de kilómetros, incluso en Islamabad, Pakistán, a 370 kilómetros de distancia. En ese país vecino se reportaron temblores en Khyber Pakhtunkhwa, Punjab, Cachemira y la capital, sin daños ni víctimas graves de inmediato.
El terremoto también se sintió en Kabul y en varias ciudades paquistaníes cercanas a la frontera. La magnitud de las réplicas mantiene a la población alerta. Abdul Rahman, comerciante de Jalalabad, contó: “No nos atrevimos a volver a entrar en la casa. Dormimos afuera, en el frío, con mis hijos envueltos en mantas. Cada réplica nos hace pensar que todo volverá a caer”.
Poco después del temblor inicial, los vecinos salieron a ayudar en plena noche a quienes habían quedado atrapados bajo los escombros, según muestran videos difundidos en redes sociales.
En Asadabad, capital de Kunar, el hospital provincial quedó rápidamente desbordado. “Recibimos un paciente cada cinco minutos durante toda la noche”, dijo a la BBC el doctor Muladad, jefe del centro, que describió la situación como una “crisis inesperada” y declaró el estado de emergencia hospitalaria. Con las camas agotadas, muchos heridos, incluidos mujeres y niños, fueron atendidos en el suelo.
Fatima, una joven de 24 años que llegó con lesiones en el rostro, relató entre lágrimas: “Estábamos durmiendo cuando la casa empezó a temblar. Los muros se vinieron abajo y quedamos atrapados. Logré salir, pero mis dos hermanos siguen bajo los escombros”.
Cerca de 250 pacientes fueron trasladados al hospital principal de Nangahar. La situación en la región rural es crítica, con aldeas destruidas y poblaciones aisladas debido a deslizamientos de tierra y carreteras bloqueadas.

El terreno montañoso de las provincias afectadas complica las operaciones de búsqueda y rescate. Los funcionarios talibanes solicitaron ayuda internacional, especialmente helicópteros, para llegar a aldeas remotas. “Necesitamos cooperación inmediata para salvar vidas”, afirmó Mujahid, advirtiendo que las próximas horas serán cruciales para encontrar sobrevivientes bajo los escombros.
En la aldea de Watapur, un agricultor de 50 años describió: “Escuchamos un estruendo, como si la montaña se partiera. Todo se movía y después solo había polvo. Vi a mis vecinos corriendo, muchos niños gritando. En mi calle no quedó ninguna casa en pie”.
Afganistán se encuentra sobre una de las zonas sísmicas más activas del planeta, en la confluencia de las placas india y euroasiática. La región del Hindu Kush, en el noreste, ha sido escenario de varios terremotos mortales de gran magnitud.
En octubre de 2023, tres sismos afectaron la provincia de Herat, matando a casi 1300 personas e hiriendo a unas 1700. En junio de 2022, un terremoto de magnitud 5,9 azotó la provincia de Paktika, causando al menos 1300 muertos según la ONU, mientras el gobierno talibán reportó más de 4000 víctimas. En 2015, un sismo de magnitud 7,5 en Pakistán y Afganistán dejó más de 380 fallecidos, incluyendo 12 niñas afganas que murieron en una estampida escolar.
El terremoto ocurre en un país ya debilitado por crisis múltiples. Según la ONU, menos del 30 % de las necesidades humanitarias están cubiertas en 2025, y más de la mitad de los 42 millones de habitantes requiere asistencia. La ayuda internacional se ha reducido desde el retorno de los talibanes, con Estados Unidos y varios países europeos recortando fondos, lo que provocó el cierre de cientos de hospitales y centros de salud.
El regreso forzado de más de dos millones de afganos desde Pakistán e Irán aumentó la presión sobre las comunidades locales, justo cuando muchas de estas personas regresaban al país antes de una fecha límite para su expulsión.
Con hospitales colapsados, carreteras bloqueadas y aldeas aisladas, la ayuda internacional es crucial. Equipos humanitarios locales y de la ONU hacen un llamado urgente para suministros médicos, alimentos, refugios y transporte aéreo para heridos.
“La gente necesita atención médica urgente, refugio y alimentos. Estamos desbordados”, dijo un trabajador humanitario local.
Mientras las autoridades y la población intentan recomponerse, Afganistán enfrenta una vez más la prueba de sobrevivir a un desastre natural que supera con creces sus capacidades internas, exacerbado por años de conflicto y una crisis humanitaria prolongada.
Agencias AP, AFP y ANSA y diario The New York Times
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