BALTIMORE.- Kilmar Ábrego García, el ciudadano salvadoreño que se volvió un símbolo de la guerra del presidente Donald Trump contra la inmigración ilegal, fue detenido nuevamente el lunes por las autoridades estadounidenses, según su abogado, y ahora podría ser deportado a Uganda, un país africano con abusos documentados a los derechos humanos y un idioma que él no habla.
Ábrego García se entregó en su cita de registro con las autoridades migratorias en Baltimore, estado de Maryland, tres días después de haber sido liberado de una prisión en Tennessee, dijo su abogado Simon Sandoval-Moshenberg a una multitud reunida fuera del edificio.
“Este gobierno nos ha dado un duro golpe, pero quiero decirles algo: Dios está con nosotros y nunca nos abandonará”, dijo Ábrego García a través de una traductora antes de entregarse. “Dios hará justicia a toda la injusticia que sufrimos”.
Ábrego García ingresó a las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) junto a su mujer, que salió sin él minutos después, con lágrimas en los ojos.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, tuiteó que Ábrego García estaba siendo procesado para su deportación. “El presidente Trump no va a permitir que este inmigrante ilegal, que es miembro de la pandilla MS-13, traficante de personas, abusador doméstico serial y depredador infantil, siga aterrorizando a los ciudadanos estadounidenses”, agregó la funcionaria, aunque no se conocen pruebas de esos delitos.
Sandoval-Moshenberg dijo que se había presentado una demanda en un tribunal de distrito federal en Maryland poco después de su detención pidiendo una orden para que no fuera deportado.
Ábrego García, trabajador de la construcción de Maryland, se convirtió en el rostro de la dura campaña de Trump contra la inmigración cuando fue deportado por error en marzo a la conocida prisión de máxima seguridad en su país de origen, El Salvador. Fue devuelto a Estados Unidos en junio, pero entonces fue acusado de cargos de tráfico de personas que sus abogados describen como escandalosos y vengativos.
El intento de deportarlo a la lejana Uganda, en África Oriental, añade un giro dramático a este caso que se ha convertido en emblemático del combate de Trump contra la inmigración ilegal y, según sus críticos, de sus violaciones a las leyes.
El gobierno de Trump dice que intenta deportarlo meses antes de la fecha prevista de su juicio en Tennessee, alegando que el hombre de 30 años, casado y con hijos, es un peligro para la comunidad y miembro de la pandilla MS-13. Él ha negado las acusaciones de vínculos con la pandilla, se declaró no culpable de los cargos de contrabando de personas y pidió a un juez que desestimara el caso porque se trataba de cargos presentados a modo de venganza.
Las autoridades de inmigración confirmaron que planean enviar a Ábrego Garcia a Uganda, que recientemente aceptó un trato para aceptar a ciertos deportados de Estados Unidos, después de que él rechazara una oferta para ser trasladado a Costa Rica a cambio de declararse culpable de cargos de tráfico de personas.
Según sus abogados defensores, el gobierno le ha dado a Ábrego Garcia hasta este lunes por la mañana para aceptar el acuerdo de culpabilidad y la deportación a Costa Rica, o “esa oferta se retirará para siempre”.
En un escrito, los defensores de Ábrego García solicitaron a los tribunales que desestimaran el caso, argumentando que se trata de un intento vengativo de castigarlo por impugnar su deportación inicial a El Salvador.
Ábrego Garcia regresó con su familia en Maryland el viernes. Un video publicado por defensores de la reunión familiar mostró una habitación decorada con serpentinas, flores y carteles. Abrazó a sus seres queridos y les agradeció “por todo”.
Documentos presentados en un tribunal federal muestran que el gobierno de Costa Rica dijo que Ábrego Garcia sería bienvenido como inmigrante legal y no enfrentaría detención.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Justicia, Chad Gilmartin, dijo que los cargos criminales subrayan cómo Ábrego Garcia representa un “peligro claro” y que puede declararse culpable o enfrentar un juicio.
“De cualquier manera, haremos que Ábrego Garcia rinda cuentas y protegeremos al pueblo estadounidense”, afirmó Gilmartin.
Ábrego Garcia fue deportado erróneamente a El Salvador en marzo, en el marco de un acuerdo de la Casa Blanca con el gobierno de Nayib Bukele, a pesar de la conclusión previa de un juez de que enfrentaba un “temor bien fundado” de violencia allí. Ante una orden judicial, el gobierno de Trump lo trajo de regreso a Estados Unidos en junio, para luego detenerlo por cargos de tráfico de personas.
Los cargos de tráfico se derivan de una parada de tráfico en Tennessee en 2022 por exceso de velocidad. Había nueve pasajeros en el vehículo, y los agentes discutieron entre ellos sus sospechas de tráfico. A Ábrego Garcia se le permitió continuar conduciendo solo con una advertencia.
Ábrego Garcia tiene una esposa e hijos estadounidenses y ha vivido en Maryland durante años. Aunque fue considerado elegible para la liberación previa al juicio el mes pasado, permaneció en la cárcel a pedido de sus abogados, quienes temían que el gobierno republicano pudiera intentar deportarlo nuevamente de inmediato si era liberado.
Un fallo reciente en un caso separado en Maryland requirió que ICE proporcionara un aviso de 72 horas antes de iniciar procedimientos de deportación, tiempo para permitir que un posible deportado prepare una defensa. Un correo electrónico de ICE enviado a los abogados a las 4.01 de la tarde el viernes se refiere a esa decisión.
“Por favor, que este correo electrónico sirva como aviso de que el Departamento de Seguridad Nacional puede expulsar a su cliente, Kilmar Armando Abrego Garcia, a Uganda no antes de 72 horas a partir de ahora (excluyendo fines de semana)”, indica.
Uganda recientemente acordó aceptar deportados de Estados Unidos, siempre que no tengan antecedentes penales y no sean menores no acompañados.
Las autoridades federales han argumentado que Ábrego Garcia puede ser deportado porque llegó a Estados Unidos ilegalmente y porque un juez de inmigración de Estados Unidos lo consideró elegible para la expulsión en 2019, sólo que no a su país natal, El Salvador.
Agencias AP y AFP
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