JERUSALÉN.- A fuerza de bombardeos y operaciones, el ejército israelí intensificó su ofensiva en la Ciudad de Gaza este jueves, con el objetivo de tomar lo que presenta como el último gran bastión de Hamas en el territorio palestino. Mientras tanto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron al personal médico y a las organizaciones de ayuda humanitaria en el norte de Gaza que comiencen a ejecutar planes de evacuación.
Esta semana, oficiales militares israelíes informaron a “los funcionarios médicos y a las organizaciones internacionales en el norte de la Franja de Gaza que se preparen para la evacuación de la población hacia el sur de la Franja de Gaza”, según el comunicado emitido por el Ejército. Quién además informó a las partes pertinentes en Gaza para que comiencen a reubicar el equipo hospitalario en el sur.
“Los oficiales enfatizaron a los responsables médicos que están realizando ajustes en la infraestructura hospitalaria en el sur de la Franja para recibir a los enfermos y heridos, y que se prevé un aumento en la entrada del equipo médico necesario”, señala el comunicado.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, tiene previsto reunirse a lo largo de este día con algunos de sus ministros del gabinete para discutir su plan para la ciudad más grande del enclave.
En la ofensiva participarán cinco divisiones que contarán con la convocatoria de 60.000 reservistas más, según confirmó el ejército.
“No vamos a esperar. Hemos iniciado las acciones preliminares y, en estos momentos, las tropas del ejército israelí controlan las afueras de Ciudad de Gaza”, declararon las fuerzas militares, mientras la comunidad internacional demanda un cese de hostilidades.
Un funcionario militar israelí, que habló bajo condición de anonimato de acuerdo con las regulaciones, dijo el miércoles que las tropas se trasladarían gradualmente a la ciudad de Gaza, incluidas partes en las que no han operado anteriormente y donde, según el funcionario, Hamas aún tiene capacidades militares y de gobierno. Aunque el funcionario no brindó detalles de un calendario preciso para la operación, dijo que el proceso de movilización de reservistas se desarrollará durante varias semanas.
Se espera que la llamada a filas de decenas de miles de reservistas lleve semanas, lo que daría tiempo a los mediadores para intentar salvar las distancias en torno a una nueva propuesta de alto el fuego temporal que Hamas aceptó, pero a la que el gobierno israelí aún no ha respondido oficialmente. La propuesta exige un alto el fuego de 60 días y la liberación de 10 rehenes vivos retenidos en Gaza por milicianos de Hamas y de 18 cadáveres. A su vez, Israel liberaría a unos 200 prisioneros palestinos en su poder desde hace mucho tiempo.
El gabinete de seguridad presidido por Netanyahu había autorizado a inicios de agosto un plan para tomar militarmente esta ciudad así como Muwasi y otros campos de refugiados adyacentes. En esas zonas, junto con la ciudad central de Deir al-Balah, son las únicas partes de Gaza que no han sido destruidas casi por completo en operaciones israelíes anteriores. También se cree que allí podría tener Hamas a los cautivos.
Netanyahu es presionado por algunos miembros de extrema derecha de su coalición para que rechace un alto el fuego temporal y, en su lugar, continúe la guerra y prosiga con la anexión del territorio.
Desde hace más de una semana, varios barrios de Ciudad de Gaza, el mayor núcleo urbano de la Franja ubicado en el norte, sufren bombardeos intensos de la aviación y la artillería. Los más castigados están siendo los de Zeitun y Al Sabra. Los bombardeos en Ciudad de Gaza prosiguieron este jueves, según varios testigos. Muchos habitantes huyeron hacia el oeste y el sur.
“La casa tembló toda la noche. El sonido de las explosiones, la artillería, los aviones de combate, las ambulancias y los gritos de auxilio nos están matando”, dijo a a la agencia AFP Ahmad al Shanti. El ejército israelí detalló el jueves una serie de operaciones llevadas a cabo en Gaza en las últimas semanas. Afirmó que las maniobras y los ataques “crearon las condiciones” para intensificar la presión sobre Hamas y sentar las bases para las siguientes fases de la campaña.
Los planes de Israel también provocaron una controversia interna: las familias de los rehenes restantes temen que otra escalada militar pueda condenar a sus seres queridos, mientras que exfuncionarios de seguridad de jerarquía, afirman que hay poco que ganar en términos militares.
Es por esto que cientos de miles de israelíes se unieron a protestas masivas el fin de semana.
La decisión de volver a convocar a los reservistas lejos de sus familias y negocios, muchos de ellos habiendo cumplido condenas anteriores durante 22 meses de guerra agotadora, podría intensificar aún más esas tensiones.
Hamas, que aceptó la vigente propuesta de acuerdo de un alto el fuego, afirmó que la operación en Ciudad de Gaza demuestra un “desprecio flagrante por los esfuerzos realizados con los mediadores”.
Netanyahu “demuestra que es el verdadero obstáculo para cualquier acuerdo, que no le importa la vida [de los rehenes israelíes] y que no tiene la intención seria de recuperarlos”, agregó en un comunicado el miércoles.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), implicado en las operaciones de canje de rehenes por prisioneros palestinos durante las dos treguas anteriores, calificó de “intolerable” la intensificación de las hostilidades. “Significa más muertos, más desplazamientos, más destrucción y más pánico”, dijo a AFP su portavoz, Christian Cardon.
La agencia humanitaria de la ONU también advirtió que el plan israelí tendrá “un impacto humanitario terrible” sobre la población y obligarla a ir al sur “podría equivaler a un desplazamiento forzoso”. Alertó que muchas personas que se vieron obligadas a huir “siguen atrapadas, completamente aisladas y sin suministros de alimentos, agua y medicinas”.
El comisionado general de la Unrwa, Philippe Lazzarini, alertó sobre un aumento de seis veces en los casos de desnutrición infantil en Gaza desde marzo y advirtió que muchos menores no sobrevivirán a nuevos desplazamientos si no se aplican medidas de emergencia inmediatas. “Tenemos una población extremadamente débil que no resistirá otra gran operación militar”, señaló, subrayando que sin un plan de crisis, los niños desnutridos estarán “condenados”.
Aunque Netanyahu asegura que los civiles podrán refugiarse en “zonas seguras” con alimentos y atención médica, no existe claridad sobre dónde estarían. La experiencia de Muwasi, declarada zona humanitaria al inicio de la guerra y convertida en un campamento sobrepoblado y sin servicios básicos, genera dudas sobre esas promesas.
Paralelamente, el ministro de Defensa, Israel Katz, sugirió construir una “ciudad humanitaria” en Rafah, devastada y bajo control militar, mientras Netanyahu impulsa la idea de reubicar a gazatíes en otros países como “emigración voluntaria”, una propuesta que palestinos y parte de la comunidad internacional denuncian como expulsión forzosa.
Agencias AFP, AP y Reuters