Otra muerte sospechosa en Moscú: un histórico referente de la prensa rusa cayó por la ventana y alimenta rumores

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MOSCÚ.- La policía rusa abrió una investigación para esclarecer la muerte de Vyacheslav Leontyev, de 87 años, exdirector del periódico Pravda —la histórica publicación oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)—, quien murió tras caer desde la ventana de su departamento en el oeste de Moscú.

El cuerpo fue hallado el sábado por la mañana frente a su edificio, según informaron medios estatales rusos. De acuerdo con las primeras versiones, Leontyev se precipitó desde una altura de unos 21 metros, equivalente a un quinto o sexto piso. La policía confirmó que investiga tres hipótesis: suicidio, accidente o intervención de terceros.

El tabloide oficialista Moskovsky Komsomolets señaló que la muerte pudo haber sido un suicidio motivado por problemas de salud y por la reciente hospitalización de su esposa tras una caída. Según ese medio, el exdirector habría sufrido dificultades cardíacas el mismo día de su fallecimiento y rechazado asistencia médica, aunque no presentó pruebas de ello.

Fuentes del entorno periodístico disienten con esa versión. El periodista ruso exiliado Andrey Malgin, que conocía a Leontyev, calificó el caso de “extraña muerte” y recordó que el editor “sabía mucho sobre el dinero del Partido”, en alusión a los fondos secretos que el Comité Central del PCUS habría manejado a través de sus empresas durante los años finales del régimen soviético. “Da la impresión de que era una especie de millonario subterráneo”, escribió Malgin en sus redes sociales, sugiriendo que Leontyev podría haber tenido acceso a información o recursos sensibles.

Leontyev dirigió Pravda desde la década de 1980 y continuó al frente de su sucesora tras la disolución de la Unión Soviética en 1991. Durante su gestión, el diario fue el principal órgano de propaganda del Partido Comunista y una de las empresas más rentables vinculadas al Comité Central.

Aunque las autoridades aún no informaron resultados oficiales de la autopsia, medios internacionales como The Times y The Moscow Times incluyeron su nombre en la lista de muertes inexplicables de figuras prominentes rusas desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022.

El caso de Leontyev se suma a una serie de muertes de empresarios, funcionarios y figuras del poder ruso que, en los últimos tres años, aparecieron muertos en circunstancias similares —caídas desde ventanas, balcones o torres de hoteles—. Si bien muchas fueron calificadas oficialmente como suicidios o accidentes, sus contextos y vínculos con el poder político alimentan sospechas de una purga silenciosa o de asesinatos encubiertos.

Entre los casos más notorios figura el del presidente de Lukoil, Ravil Maganov, quien murió en septiembre de 2022 tras caer desde una ventana del Hospital Clínico Central de Moscú, conocido como la “clínica del Kremlin”. La empresa aseguró que falleció por una “grave enfermedad”, pero versiones policiales indicaron que sufrió un ataque cardíaco tras la caída. Su sucesor, Vladimir Nekrasov, murió un año después por una supuesta “insuficiencia cardíaca aguda”. Ambos ejecutivos se habían manifestado en contra de la guerra en Ucrania.

En marzo de 2023, el vicepresidente de Lukoil Vitaly Robertus, de 54 años, fue hallado ahorcado en el baño de su oficina en Moscú. Ese mismo año, la funcionaria del Ministerio de Defensa Marina Yankina, encargada del financiamiento de la invasión, murió tras caer desde una altura de 50 metros en San Petersburgo.

El productor de petróleo ruso Lukoil dijo el 1 de septiembre de 2022 que su presidente, Ravil Maganov, había muerto a causa de una «grave enfermedad», después de que los medios rusos citaran fuentes que decían que el hombre de 67 años murió tras caerse de la ventana de un hospitalMIKHAIL KLIMENTYEV – SPUTNIK

También se registraron muertes en el sector energético estatal. En 2022, cuatro altos ejecutivos de Gazprom murieron en apenas seis meses, según el medio opositor Novaya Gazeta. A fines de 2024, el exvicepresidente de la petrolera Yukos Mikhail Rogachev, de 64 años, cayó desde el décimo piso de su departamento en Moscú.

La secuencia se repite en el ámbito político. En julio de este año, el ministro de Transporte Roman Starovoyt, de 53 años, fue encontrado muerto poco después de ser despedido por Vladimir Putin. El Kremlin informó que se trató de un suicidio, pero medios rusos señalaron que habría sido “torturado” antes de morir. También en julio, el vicepresidente de Transneft –empresa rusa estatal que opera el mayor sistema de oleoductos del mundo- Andrey Badalov, de 62 años, cayó desde su departamento en el barrio de Rublyovka, zona residencial de la élite moscovita.

Otras muertes llamativas incluyen la del diputado Pavel Antov, magnate de la industria alimentaria, quien cayó desde el tercer piso de un hotel en la India en diciembre de 2022, pocos meses después de criticar los bombardeos rusos sobre Kiev. En ese mismo viaje, otro empresario que lo acompañaba murió de un presunto infarto dos días antes.

Pavel Antov era parlamentario y murió tras caer desde el tercer piso en un complejo de la India

El caso más simbólico es la muerte de Alexei Navalny, el principal líder opositor a Putin, rodeada de fuertes sospechas. El activista anticorrupción, que había sobrevivido a un envenenamiento con agente nervioso en 2020, falleció el 16 de febrero de 2024 en la colonia penal ártica de Jarp, donde cumplía una condena de 19 años considerada política. Las autoridades rusas atribuyeron su fallecimiento a un “síndrome de muerte súbita”, pero su entorno denunció que fue víctima de condiciones carcelarias extremas, aislamiento prolongado y falta de atención médica adecuada.

Aunque el Kremlin niega cualquier relación, las similitudes entre los casos y la falta de transparencia judicial alimentan las especulaciones. En la mayoría de los incidentes no se encontraron notas de suicidio, las autopsias fueron parciales o se clasificaron como información reservada, y los medios estatales difundieron explicaciones contradictorias.

Los medios internacionales destacan que más de una veintena de muertes con características similares ocurrieron desde febrero de 2022, coincidiendo con la escalada militar en Ucrania y el endurecimiento del régimen interno. Varias víctimas habían expresado descontento con la conducción del Kremlin o manejaban información financiera sensible vinculada a las industrias estratégicas del país.

El periodista Andrey Malgin —quien vive exiliado en Italia— subrayó que la muerte de Leontyev “mantiene el patrón” de figuras con acceso a secretos del Estado que terminan muriendo en caídas o supuestos suicidios. “Las ventanas siguen abiertas en Rusia”, ironizó.

Para los analistas políticos, el caso de Leontyev tiene un valor simbólico adicional. Como exdirector del órgano oficial del Partido Comunista, representaba un vínculo directo entre el poder soviético y el actual sistema ruso, dominado por antiguos cuadros del aparato estatal. Su fallecimiento podría marcar el final de una generación que conoció desde adentro los mecanismos de poder y financiamiento del régimen.

Agencias AFP y ANSA