Luego de que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, anunciara que está en negociación un swap de US$20.000 millones con el Gobierno argentino, y en el marco de un clima visiblemente más favorable para el sector financiero local, el Banco Central (BCRA) bajó 10 puntos la tasa de referencia, que quedó en 25%.
Se trata de la tasa que el organismo utiliza para operaciones de captación de pesos a través de las ruedas simultáneas en el mercado de pases y cauciones. Estas herramientas le permiten a la autoridad monetaria retirar pesos de la plaza o intervenir en el costo del dinero. Y tienen efecto sobre el resto de las tasas del mercado.
“¡BCRA baja la tasa de simultáneas a 25%! ¿Qué significa esto? Que le pone piso a la tasa diaria vía una operación de pase de bonos en BYMA (simultáneas). Esa tasa arrancó en 45% hace un par de semanas, bajó a 40, luego a 35 y ahora a 25. ¡Fuerte señal! (SIC)”, posteó en X Ariel Sbdar, CEO de Cocos Capital.
Cabe recordar que antes del desarme de las LEFI, el 10 de julio pasado, la tasa de política monetaria era del 29%. Luego, empezaron a subir.
Tras el recorte de hoy, las tasas de caución se alinearon rápidamente al nuevo nivel del 25%.
“Tasa de caución en pesos a un día operando debajo del 25% de TNA. La tasa cayó 27% respecto de ayer. Buena señal que se siga normalizando”, agregó el analista Damián Brik.
El 9 de septiembre, tras las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, el BCRA había reducido del 45% al 40% y luego al 35% la tasa de interés que ofrece por tomar pesos del mercado, y el Tesoro también priorizó una baja antes de renovar todos los vencimientos de la licitación del día siguiente.
En paralelo, el BCRA analiza flexibilizar la Comunicación “A” 8320, que obliga a los bancos a constituir diariamente su posición de encajes —antes el requisito era de cumplimiento mensual— con duras penalidades en caso de incumplimiento, lo que los lleva a sobreintegrar.
La adaptación en estudio permitiría que las entidades puedan integrar encajes en períodos de tres días y sin penalidad, siempre que cumplan con un mínimo diario de entre 80% y 90% del porcentaje actual, según pudo saber LA NACION en consultas con fuentes oficiales y banqueros.
De todos modos, se mantendría el tope vigente, que en promedio obliga a los bancos a mantener inmovilizados $53,50 de cada $100 que captan del público, el nivel más alto desde 1993.
El objetivo es darles a las entidades mayor flexibilidad en el manejo de la liquidez diaria y liberar algo de capacidad prestable para evitar que siga desalentando la demanda de crédito o dando de baja líneas, como ya ocurrió en varios casos.