WASHINGTON.- Un mes después de la cumbre en Alaska con el líder ruso Vladimir Putin, el presidente Donald Trump todavía parece sorprendido de que su táctica no diera frutos con la paz en Ucrania.
“Me ha decepcionado”, dijo Trump esta semana. “Realmente me ha decepcionado”.
No ha habido más avances en Medio Oriente, donde el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está iniciando una nueva ofensiva en Ciudad de Gaza y arremete contra toda la región.
“Tienen que ser muy, muy cuidadosos”, dijo Trump después de que Israel atacara a Hamas dentro de Qatar, un aliado de Estados Unidos que acogió negociaciones diplomáticas.
La decepción y frustración de Trump son muy diferentes de la confianza y el dominio que intenta proyectar en el escenario internacional, especialmente mientras pregona sus esfuerzos diplomáticos y su campaña para el Premio Nobel de la Paz. Al preguntársele sobre sus objetivos para la próxima Asamblea General de la ONU, el presidente respondió: “La paz mundial”. Pero los conflictos más destacados parecen estar intensificándose en lugar de disminuir.
“Estos últimos nueve meses de esfuerzos de paz fueron simplemente una calesita”, dijo Max Bergmann, funcionario del Departamento de Estado durante la presidencia demócrata de Barack Obama, que ahora trabaja en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
Aunque Trump valora los gestos audaces (un ataque con un bombardero furtivo en Irán, un anuncio de aranceles de gran alcance), resolver un rompecabezas global es una lucha mucho mayor.
La verdad fundamental, dijo Bergmann, es que “intentar alcanzar acuerdos de paz es muy difícil” y que Trump no se ha rodeado de diplomáticos experimentados y expertos en política exterior.
“Es como si me dijeras: ‘Haz un trato con un hotel’”, dijo Bergmann. “Sería un trato terrible. Perdería mucho dinero”.
En defensa de Trump, la Casa Blanca ha señalado los comentarios de líderes europeos que han elogiado sus esfuerzos para forjar acuerdos de paz. Trump suele señalar que contrata “solo a los mejores”.
Matt Kroenig, asesor principal de políticas del Pentágono durante el primer mandato de Trump, dijo que la imprudencia del presidente puede obtener resultados, como cuando exigió un mayor gasto de defensa a los aliados europeos.
Trump, sin embargo, puede terminar perdiendo el tiempo en cuestiones más desafiantes y eventualmente darse por vencido, como cuando intentó persuadir a Kim Jong-un para que pusiera fin al programa nuclear de Corea del Norte.
En lo que respecta a la paz en Ucrania y Gaza, Kroenig se preguntó: “¿En qué momento dirá: ‘Esto es demasiado difícil, pasemos a otros temas’?”
La política exterior suele ser un juego de equipo para las administraciones presidenciales, que requiere una amplia coordinación entre agencias a través del Consejo de Seguridad Nacional. Pero Trump ha reducido drásticamente el personal del consejo, y Marco Rubio se desempeña como secretario de Estado y asesor de seguridad nacional.
“Es una persona que establece la estrategia y todos los demás esperan ver qué pasa”, dijo Kroenig.
En Medio Oriente, Trump se encuentra en una situación cada vez más explosiva. Este año ha visitado seis países árabes, incluido Qatar, para fortalecer lazos y ha respaldado las operaciones militares de Israel en Gaza e Irán.
Pero ahora Israel, envalentonado por su éxito en el campo de batalla, está atacando con mayor amplitud en toda la región, incluyendo el reciente ataque contra miembros de Hamas en Qatar. Esto puso en peligro las negociaciones que Estados Unidos ha intentado impulsar y debilitó la confianza de los líderes árabes en la capacidad de Trump para influir, y mucho menos frenar, a Netanyahu.
Algunos de ellos ahora ven a Israel, y no a Irán, como su principal amenaza para la seguridad, según tres diplomáticos árabes familiarizados con las conversaciones de la última cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo en Doha. Se trata de un cambio notable tras el acercamiento entre Israel y los países árabes durante el primer mandato de Trump, cuando el presidente republicano impulsó los Acuerdos de Abraham. Los diplomáticos no estaban autorizados a comentar públicamente las conversaciones privadas y hablaron bajo condición de anonimato.
Los funcionarios estadounidenses han tratado de disipar las dudas señalando las expresiones de descontento de Trump con las últimas medidas de Netanyahu, las recientes reuniones celebradas con el primer ministro de Qatar y las discusiones sobre medidas de seguridad mejoradas.
Durante la reunión anual de alto nivel de la Asamblea General de la ONU de esta semana, Rubio y el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, pueden esperar escuchar un coro de críticas, mientras las naciones árabes buscan un cambio en la forma en que Estados Unidos aborda la región.
Por ejemplo, Estados Unidos ha intentado asegurar que Israel tenga una ventaja militar sobre sus vecinos árabes. Pero ahora que Israel ha atacado a Qatar con armas suministradas por Estados Unidos -un ataque que Qatar no pudo contrarrestar con sus propias defensas, también suministradas por Estados Unidos-, los diplomáticos árabes están considerando exigir un mayor apoyo.
Una medida de ese tipo probablemente sería políticamente insostenible, al menos por ahora, dado el fuerte apoyo a Israel entre los republicanos que controlan el Congreso.
En Europa, Trump ha frustrado a sus críticos con su enfoque equívoco hacia Putin, sugiriendo a veces que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, es igualmente responsable de la guerra que Moscú inició con su invasión de 2022.
Trump insistió recientemente en que su reunión con Putin “logró mucho”, pero “para bailar el tango se necesitan dos”.
“Ya sabes que son dos personas, Zelensky y Putin, que se odian”, dijo.
El temor a que la guerra en Ucrania se extienda se ha visto acentuado por las recientes incursiones militares rusas en el espacio aéreo de Polonia y Estonia, miembros de la OTAN. Tras la entrada de tres aviones de combate rusos en el espacio aéreo estonio el viernes, Trump afirmó que esto podría indicar un grave problema.
Durante una conferencia de prensa en Gran Bretaña durante su visita de Estado, Trump afirmó estar comprometido con detener los conflictos en Gaza y Ucrania. Luego, se volvió filosófico.
“En la guerra nunca se sabe. La guerra es diferente”, dijo. “Suceden cosas muy diferentes a las que uno pensaba”.
Por Chris Megerian y Matthew Lee