TEL AVIV.– Más familias palestinas abandonaron Ciudad de Gaza este martes tras una noche de intensos bombardeos israelíes que dejaron al menos 16 muertos. Al mismo tiempo, en Israel, miles de ciudadanos iniciaban una jornada de protestas para exigir la liberación de los rehenes y el fin de la guerra en el enclave palestino.
Las demandas de un alto el fuego se multiplicaron después del ataque israelí contra el hospital Nasser, en el sur de Gaza, que dejó al menos 20 muertos, entre ellos cinco periodistas. Entre las víctimas se encontraba Miriam Dagga, colaboradora de la agencia The Associated Press, que días antes había documentado la atención a niños desnutridos en ese mismo centro. El ataque, considerado uno de los más mortales contra periodistas y hospitales desde el inicio de la guerra, generó conmoción mundial y derivó en funerales multitudinarios en los que palestinos y defensores de la libertad de prensa lloraron a las víctimas.
A esa tragedia se sumaron los ataques del martes contra los hospitales Nasser, Shifa y la clínica Sheikh Radwan, que, según funcionarios sanitarios, dejaron al menos otros 16 muertos. En paralelo, el Ministerio de Salud de Gaza informó que tres personas fallecieron hoy por causas vinculadas a la desnutrición y el hambre, lo que elevó a 186 el total de muertes desde fines de junio, de las cuales 117 corresponden a niños.
La ofensiva no se detuvo. Durante la noche y la madrugada del martes, los bombardeos golpearon los suburbios de Sabra, Shejaia y Tuffah, en Ciudad de Gaza, así como Jabalia, en el norte, destruyendo carreteras y viviendas. “Son como terremotos, quieren asustar a la gente para que abandone sus casas”, relató Ismail, un residente de 40 años. El ejército israelí aseguró que sus operaciones tenían como objetivo destruir túneles y localizar armas de Hamas.
Mientras tanto, manifestantes israelíes bloquearon rutas en Tel Aviv y otros puntos del país, quemaron neumáticos, exhibieron fotografías de rehenes aún retenidos en Gaza y pidieron por el fin de la guerra, antes de una reunión del gabinete de seguridad que podría abordar la reanudación de las negociaciones para una tregua en el territorio palestino.
Se espera que el primer ministro Benjamin Netanyahu encabece este martes una reunión del gabinete de seguridad, aunque no está claro si en la agenda figurará la discusión de los esfuerzos de alto el fuego. Días atrás, el propio Netanyahu había anunciado que Israel lanzaría una ofensiva ampliada en la ciudad de Gaza mientras, en paralelo, buscaba un acuerdo de tregua. Sin embargo, Israel aún no ha enviado un equipo negociador para tratar la propuesta que los mediadores mantienen sobre la mesa. Según el primer ministro, la ofensiva es la vía más eficaz para debilitar a Hamas y recuperar a los rehenes, pero las familias de los secuestrados y sus partidarios rechazan de plano esa estrategia.
“Vuelvan a la mesa de negociaciones. Hay un buen acuerdo sobre la mesa. Es algo con lo que podemos trabajar”, reclamó Ruby Chen, padre de Itay Chen, un joven israelí-estadounidense de 21 años cuyo cuerpo continúa retenido en Gaza. “Podríamos cerrar un acuerdo para traer de vuelta a todos los rehenes”, agregó.
Atendiendo a un llamado del Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas de Israel para un “Día de la disrupción”, miles de manifestantes salieron a las calles con pancartas que decían “Acuerdo de Rehenes Ahora”. Los familiares señalaron que esperan que la presión sostenida empuje a Netanyahu y a su gabinete a comprometerse con un cese del fuego. Pero los socios de extrema derecha de la coalición han amenazado en repetidas ocasiones con abandonar el gobierno si Israel acepta una tregua, y han despreciado las demandas de los manifestantes.
“Podríamos haber terminado la guerra hace un año y haber traído a todos los rehenes y soldados a casa. Podríamos haberlos salvado, pero el primer ministro eligió, una y otra vez, sacrificar a civiles por el bien de su gobierno”, denunció Einav Zangauker, cuyo hijo Matan, de 25 años, fue secuestrado en uno de los kibutz más golpeados el 7 de octubre. “¿Cómo serán devueltos los rehenes, los vivos y los caídos? ¿Quién gobernará Gaza el día después? ¿Cómo reconstruiremos nuestro país?”, se preguntó.
Otro de los testimonios que conmovieron fue el de Doron Steinbrecher, liberada tras 471 días de cautiverio. “Les rogué que no me mataran”, relató la joven de 32 años, que pasó más de un año y tres meses bajo tierra. Allí, explicó, desarrolló un vínculo con otras secuestradas y describió las condiciones extremas: “En los túneles no hay luz ni aire fresco. No sabes si es de día o de noche. En algunos apenas se podía estar de pie”.
Steinbrecher contó que los milicianos de Hamas le advirtieron que la ejecutarían de inmediato si oían acercarse al ejército israelí. Bajo una fuerte presión psicológica, se le prohibía mostrar emociones y apenas se le permitía lavarse. “Mendigar por comida era parte de la rutina”, dijo. Y concluyó: “Tuve el privilegio de volver a casa, y ellos también se lo merecen”.
Hamas secuestró a 251 personas el 7 de octubre de 2023. La mayoría fue liberada durante los altos el fuego posteriores, mientras que Israel solo logró rescatar con vida a ocho rehenes. Según datos oficiales, aún permanecen en Gaza unos 50 cautivos, de los cuales se estima que alrededor de 20 siguen vivos.
Según medios israelíes, la reunión del gabinete de seguridad podría abordar la reanudación de las negociaciones tras la propuesta más reciente de los mediadores, que Hamas ya aceptó. Qatar, en tanto, declaró que sigue “esperando” la respuesta de Israel. El plan contempla un alto el fuego acompañado de la liberación de rehenes.
La guerra, iniciada tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, ha dejado hasta ahora más de 62.000 palestinos muertos —en su mayoría civiles—, ha generado una crisis humanitaria sin precedentes y ha desplazado internamente a casi la totalidad de la población del enclave, de dos millones de personas.
Agencias AFP, AP y Reuters