España continúa este lunes en la lucha contra los 39 incendios forestales en Galicia, que afectan principalmente a las provincias de Ourense, Zamora, León y Cáceres. En solo una semana, causaron tres muertos, más de tres mil desplazados y arrasaron 115.000 hectáreas.
Según informó una fuente del gobierno al diario El País, las llamas continuarán hasta el martes o el miércoles en aquellas zonas, sin descartar áreas de Extremadura.
Aunque algunos incendios dejaron de crecer y están empezando a ser doblegados, es posible que vuelvan a avivarse por los vientos, la sequía y las altas temperaturas. Los pronósticos anticipan que las marcas este lunes llegarán hasta los 44°C.
La situación es tan preocupante que el gobierno español desplegó 500 efectivos adicionales de la unidad militar de emergencias para apoyar las operaciones. Según informó LN+, es la mayor movilización europea de Protección Civil de la historia. El número total de uniformados desplegados en toda España ascendió a 1900.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, consideró a 23 de los 40 incendios activos como “especialmente preocupantes”.
España es uno de los países más afectados en la trágica temporada de incendios en el sur de Europa. Portugal y Turquía replican este fenómeno mortal.
En el país vecino, los incendios forestales quemaron unas 155.000 hectáreas de vegetación en lo que va del año. Varias localidades, castigadas por un ambiente infernal sostenido, se encuentran bajo alerta naranja y otras bajo alerta roja por riesgos de fuego forestal. Un incendio en Trancoso lleva ocho días ardiendo. El viernes pasado, uno más pequeño a pocos kilómetros al este se cobró la vida de un residente local.
Turquía, que experimentó su julio más caluroso desde que se iniciaron los registros meteorológicos hace 55 años, sufre en estos momentos el escenario más trágico. Al menos 14 personas, entre bomberos y rescatistas, fallecieron mientras combatían las llamas en el noroeste del país. Los incendios no se han detenido desde el 26 de junio. La combinación de sequía, las altas temperaturas y los fuertes vientos generan nuevos focos.