Los aranceles de Trump son los más altos en un siglo, pero ahora hasta parecen un alivio

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NUEVA YORK.- Hasta hace apenas seis meses, resultaba inimaginable que Estados Unidos le aplicara un arancel del 15% a las importaciones de Japón, uno de sus más cercanos y duraderos aliados. Durante la campaña electoral, el ahora presidente Trump había hablado de un arancel de base universal del 10%, y un tributo más alto para China, pero nadie sabía cómo lo iba a implementar.

Y sin embargo, el martes, cuando Trump anunció un acuerdo comercial que incluía un 15% de arancel a los productos japoneses —el más alto que han tenido que pagar en décadas—, en realidad la sensación fue de un alivio palpable. Los mercados de Asia y Europa operaron al alza, y el índice Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio se disparó más de un 3,5%, mientras que las acciones de las automotrices japonesas, cuyas exportaciones a Estados Unidos también tributarán un 15% en aranceles, se dispararon más de un 10%.

Los peatones caminan frente a un panel electrónico de cotizaciones que muestra el índice Nikkei en la Bolsa de Tokio, el 23 de julio de 2025KAZUHIRO NOGI – AFP

La reacción de los mercados demuestra hasta qué punto y con qué rapidez Trump ha modificado las expectativas mundiales respecto a los aranceles que aplica Estados Unidos: en apenas unos meses, el presidente ha naturalizado tasas arancelarias que poco tiempo atrás habrían provocado un shock. Pero con sus amenazas de gravámenes aún mayores y su disposición a embarcarse en devastadoras guerras comerciales, Trump de alguna manera logró que estos aranceles, drásticamente más altos y con tasas no vistas en más de un siglo, parezcan más bien un alivio.

La reacción se debe en gran medida a la tremenda incertidumbre que el presidente ha generado con sus negociaciones comerciales con el resto del mundo. De hecho, tiene amenazados a docenas de países con imponerles aranceles más altos a partir del 1 de agosto a menos que lleguen a un acuerdo con Estados Unidos. Hasta el momento, los que han firmado son el Reino Unido, Vietnam, Indonesia y Filipinas, y en todos los casos mantienen aranceles de entre el 10% y el 20%.

Operadores trabajan en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) el 23 de julio de 2025 en la ciudad de Nueva YorkSPENCER PLATT – GETTY IMAGES NORTH AMERICA

El hecho de que Estados Unidos cerrara el acuerdo con Japón el martes fue una sorpresa positiva en sí misma. Las negociaciones entre ambos países habían sido difíciles, en parte porque Japón estaba en vísperas de elecciones generales y los políticos se veían presionados por las bases para no ceder ante Estados Unidos en lo que respecta a los intereses fundamentales de su país.

Tokio y Washington también estaban enfrentados por el arancel del 25% que Trump les había impuesto a los automóviles importados de cualquier parte del mundo, así como por las barreras de Japón al arroz estadounidense, al que siempre se consideró de inferior calidad. Durante gran parte de las negociaciones, no estuvo claro si ambos países lograrían superar esos obstáculos.

La clave para cerrar el acuerdo parecía ser que Trump aceptara reducir al 15% los aranceles para los automóviles japoneses, una cifra significativamente menor a los aranceles que se aplicarán a los automóviles de otros países, pero que aun así supone un aumento considerable respecto del 2,5% vigente antes de que Trump asumiera el cargo.

El presidente Donald Trump después de hablar durante una recepción para los miembros republicanos del Congreso, el martes 22 de julio de 2025, en WashingtonJulia Demaree Nikhinson – AP

Michal Jozwiak, analista de mercado de la firma global de servicios financieros Ebury, dice que el acuerdo representa “un posible salvavidas para Japón, ya que implica una concesión bastante significativa por parte del gobierno Trump y al mismo tiempo protege de aranceles más severos al crucial sector automotriz del país”.

Habrá que ver si el presidente les ofrece aranceles similares a otros países exportadores de autos, pero Corea del Sur, la Unión Europea y México, que se encuentran en negociaciones activas con Estados Unidos, parecen inclinados a presionar para que sus propios acuerdos también incluyan una reducción de los aranceles.

El acuerdo con Japón “reforzó la percepción de que la Casa Blanca está abierta a acordar”, señala Jozwiak.

El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, en Tokio, el 23 de julio de 2025STR – JIJI Press

Pero mientras Trump celebra la puesta en práctica de su plan y los mercados bursátiles se ubican en sus máximos históricos, los economistas insisten en que el aumento de los aranceles eventualmente comenzará a impactar en la economía interna norteamericana. Los aumentos de precios tardaron en materializarse, pero desde el mes pasado son cada vez más evidentes en electrodomésticos, juguetes, muebles y otros artículos importados. Los economistas anticipan que el aumento de precios será un lastre para las ventas y para la actividad del consumidor, lo que resultará en un crecimiento más lento de la economía de Estados Unidos en general.

Ryan Young, economista senior del centro de estudios libertario Competitive Enterprise Institute, calificó el acuerdo como una situación en la que salen perdiendo tanto Estados Unidos como Japón, y dijo que septuplicará los aranceles que pagan los norteamericanos sobre los productos japoneses.

Bolsa de Valores de Japón (JPX), incluido el índice Nikkei (arriba a la derecha), en la Bolsa de Tokio, el 23 de julio de 2025KAZUHIRO NOGI – AFP

“Si bien se trata de un incremento de impuestos menor que la amenaza del presidente Trump de imponer un arancel del 25%, sigue siendo una gran pérdida para los comerciantes minoristas y los consumidores norteamericanos, así como para los fabricantes de Estados Unidos que utilizan importados de Japón”, apuntó Young.

Para Matt Gertken, estratega geopolítico en jefe de la firma de investigaciones de mercado BCA Research, “no había dudas de que Japón haría concesiones y llegaría a un acuerdo”, ya que Estados Unidos es destino del 20% de las exportaciones japonesas y del 37% de sus exportaciones de autos. Estados Unidos también es destino de alrededor del 43% de la inversión extranjera directa de Japón, y además garantiza la defensa nacional de ese país, agrega Gertken. “Japón es capaz de digerirlo ese acuerdo con tal de no perder acceso al mercado norteamericano”.

Edición especial del diario Yomiuri Shimbun que informa del acuerdo comercial, el miércoles 23 de julio de 2025, en TokioEugene Hoshiko – AP

En un mensaje enviado el miércoles a sus clientes, los analistas del grupo de servicios financieros Nomura informaron que estaban revisando sus pronósticos, ya que los recientes aranceles habían sido más agresivos de lo esperado, y señalaron que los aranceles de Trump a otros países parecían acomodarse en torno al 20% promedio, en lugar del 10%. Además, aseguraron que el arancel del 50% que Trump le impuso a las importaciones de acero y que pretende imponer a las importaciones de cobre también fue mayor de lo esperado.

Los analistas de Nomura concluyeron que ahora esperan que la tasa arancelaria efectiva promedio de Estados Unidos se acomode en torno al 19,5%, lo que podría impulsar la inflación y ralentizar el crecimiento económico.

Muchos gobiernos extranjeros ya han entendido que bajo el gobierno de Trump los aranceles serán más altos de manera permanente y simplemente intentan reducirlos lo más que pueden. Para muchos países no solo es importante que la tasa arancelaria general sea más baja, sino también que su arancel particular sea más bajo que el de los países con los que compiten por los consumidores norteamericanos.

Para Japón, por ejemplo, un arancel del 15% para sus automóviles es una carga considerable en comparación con los fabricantes norteamericanos, que no pagan arancel. Sin embargo, para los fabricantes japoneses ese 15% representa una ventaja inmediata sobre las automotrices de otros países, que pagan un arancel del 25%.

Patrick Anderson, director ejecutivo de la consultora automotriz Anderson Economic Group, señala que el arancel del 15% sobre los automóviles japoneses “ejercería una fuerte presión sobre Alemania, Corea y la UE”, cuyos autos de lujo, con un arancel del 25%, podrían sumar más de 15.000 dólares de costo extra por unidad.

Es una cifra de castigo, y el resultado es que la importación de algunos de esos vehículos directamente se ha frenado”, dice Anderson.

Traducción de Jaime Arrambide