DUBÁI.- El estrecho de Ormuz es un punto de paso clave para el comercio mundial de petróleo debido a los grandes volúmenes de crudo que pasan por él cada día y que Irán amenazó con bloquear en múltiples ocasiones durante situaciones de crisis. Varios diputados iraníes volvieron a esgrimir esta amenaza tras los bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares en Irán, aunque la decisión final recae en el consejo de seguridad nacional, instancia de seguridad más alta del país.
Los bombardeos, con los que Washington se sumó a la ofensiva desatada el 13 de junio por el Ejército israelí contra el país centroasiático -que respondió con el lanzamiento de cientos de misiles y drones contra territorio israelí y hoy contra una base militar de EE.UU. en Qatar-, llevaron a Teherán a sopesar este extremo, si bien por ahora no hay una decisión oficial.
El estrecho, situado entre Irán y Omán y que conecta el golfo de Omán con el golfo Pérsico, juega un papel clave en la economía internacional, especialmente en lo relativo a la exportación de petróleo y gas desde Medio Oriente, por lo que su cierre podría tener un gran impacto a nivel mundial.
La zona, considerada como uno de los principales puntos de estrangulamiento para el comercio, tiene una importancia estratégica y su bloqueo podría ser llevado a cabo por Irán de forma total o parcial, debido a sus propios intereses económicos, si bien Washington y la Unión Europea (UE) ya advirtieron contra este paso.
El estrecho, que tiene una anchura de entre 34 y 90 kilómetros y no supera los 60 metros de profundidad, aloja rutas comerciales por las que pasa aproximadamente el 20 por ciento del petróleo mundial, por lo que cualquier medida que afecte a las operaciones en este área podría provocar que los precios del petróleo se disparen y desencadenar una reacción en cadena a nivel económico.
En 2024 alrededor de 20 millones de barriles de crudo transitaban diariamente por él y también lo hacía aproximadamente una quinta parte del comercio mundial de gas natural licuado, principalmente desde Qatar.
Más del 80% del petróleo y gas que transita por el estrecho tiene como destino los mercados asiáticos, según la Agencia de Información Energética de EE.UU. (AIE).
Si bien algunos puntos de estrangulamiento de petróleo globales pueden ser eludidos tomando rutas más largas que simplemente aumentan los costos, eso no es una opción para la mayoría del petróleo que se mueve a través del Estrecho de Ormuz.
Esto se debe a que los oleoductos que podrían usarse para transportar el petróleo por tierra, como el oleoducto Este-Oeste de Arabia Saudita, no tienen ni de cerca la capacidad suficiente.
“La mayoría de los volúmenes que transitan por el Estrecho de Ormuz no tienen medios alternativos para salir de la región”, según la AIE.
Si Irán bloqueara el estrecho, los precios del petróleo podrían dispararse hasta 120-130 dólares por barril, al menos temporalmente, advirtió Homayoun Falakshahi, jefe de analistas de crudo en Kpler, en un seminario web el domingo. Esto implica un incremento aproximado del 75%, respecto al valor actual del barril.
El precio del barril de crudo de calidad Brent, de referencia para Europa, llegó a subir este lunes hasta un 5,7% para cotizar en 81,40 dólares, su mayor valor desde enero, si bien antes de la apertura de las bolsas europeas moderó su aumento hasta los 78,26 dólares, lo que supone una subida del 1,62% respecto del cierre anterior.
Aunque Irán tiene una nueva terminal en construcción en Jask, justo fuera del Estrecho, la nueva instalación solo ha cargado petróleo una vez y no está en posición de reemplazar el Estrecho, según los analistas de Kpler.
Así, el cierre de este paso podría impactar a través de un aumento de los precios de bienes y servicios a nivel mundial, con economías como las de China, India, Corea del Sur o Japón entre las más afectadas, dado que figuran entre los principales importadores del petróleo de Irán, pero también de otros países del Golfo como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Irak, Kuwait o Qatar.
De hecho, es Arabia Saudita el país que más petróleo exporta a través de esta vía, si bien Irán también es uno de los principales exportadores, con China como principal comprador, lo que podría provocar un aumento de los costos de fabricación e impulsar una oleada inflacionaria en todo el mundo.
En caso de cerrar ese paso, Irán “bloquearía sus propias exportaciones de petróleo, en un momento en que su economía ya atraviesa grandes dificultades”, subrayó por su parte el profesor de la universidad de Ottawa (EEUU), Thomas Juneau, en X
Un aumento de precios “no durará mucho” y el Estrecho probablemente se reabrirá “muy rápido”, subrayó Falakshahi de Kpler.
Los analistas auguran que cualquier aumento de los precios probablemente no sea duradero ya que esperan que la Marina de Estados Unidos intervenga para mantener el Estrecho abierto. En la década de 1980, buques de guerra estadounidenses escoltaron petroleros kuwaitíes a través del Estrecho de Ormuz para protegerlos contra ataques iraníes durante la guerra Irán-Irak.
La posibilidad de que el estrecho de Ormuz sea cerrado aumentó drásticamente a raíz de los bombardeos estadounidenses contra las instalaciones de Fordo, Natanz e Isfahán, que llevaron al Parlamento de Irán a aprobar una resolución recomendando el cierre de esta arteria clave para el comercio global.
El presidente de la comisión parlamentaria sobre Seguridad Nacional y Política Exterior, Esmaeil Kousari, explicó tras la votación que “el Parlamento llegó a la conclusión de que el estrecho de Ormuz debe ser cerrado, si bien la decisión final recae sobre el Consejo Supremo de Seguridad Nacional”, según la cadena de televisión Press TV.
El Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán reúne a las máximas autoridades del gobierno, las Fuerzas Armadas y la Guardia Revolucionaria, junto con representantes designados por el líder supremo. Su función es definir las políticas de defensa y seguridad nacional bajo las directrices del ayatollah Ali Khamenei.
Aunque Irán ha amenazado en el pasado con cerrar el estrecho de Ormuz, nunca llegó a concretarlo. Sin embargo, la reciente ofensiva militar de Israel y Estados Unidos, sin un ataque previo iraní, podría llevar a Teherán a considerar seriamente esta medida como represalia. Teherán medita si esta decisión daría más beneficios o perjuicios, teniendo en cuenta el impacto económico que tendría sobre el propio país y China. A su vez, evalúan el riesgo de una respuesta militar internacional.
Dado que Irán controla la parte norte del estrecho, entre los métodos plausibles para proceder a su cierre figuran la colocación de minas marinas o los ataques directos contra buques, algo que ya han hecho los hutíes desde Yemen para afectar durante los últimos meses a aquellas embarcaciones con destino a Israel como represalia por su ofensiva contra la Franja de Gaza.
En este contexto, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, pidió el domingo a China que recomiende a Teherán que no cierre el estrecho y recordó que Pekín “depende mucho” de este paso para obtener el petróleo que exporta. Además, dijo durante una entrevista a la cadena de televisión Fox que este bloqueo “sería otro terrible error” por parte de Irán. “Sería un suicidio económico para ellos si lo hicieran, y conservamos opciones para hacerle frente”, sostuvo, antes de agregar que “otros países también deberían considerarlo”. “Perjudicaría a las economías de otros países mucho más que a la nuestra. Sería, creo, una escalada masiva que merecería una respuesta no solo nuestra, sino también de otros”, subrayó.
Rubio, envió un mensaje directo a las autoridades iraníes: “Si quieren negociar, estamos listos para negociar. Si quieren hacerse los listos y hacer cosas peligrosas, tenemos respuestas devastadoras”, zanjó.
De hecho, el vocero del Ministerio de Exteriores de China, Guio Jiakun, afirmó este lunes que las aguas del golfo Pérsico forman parte de “importantes rutas comerciales internacionales” y su seguridad redunda en interés de todo el mundo, por lo que ha evitado que “la inestabilidad regional tenga un mayor impacto en el desarrollo económico mundial”.
Por su parte, la Alta Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, sostuvo que el cierre del estrecho de Ormuz sería “extremadamente peligroso” y “no beneficiaría a nadie”, al tiempo que en que insistió en la necesidad de buscar una solución diplomática “a largo plazo”.
Agencias AP y AFP
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