La fuerte apreciación del tipo de cambio que se consolidó en los últimos meses reconfiguró los márgenes del comercio exterior argentino. Y con esa nueva ecuación macroeconómica, se reactivó un viejo problema: el presunto ingreso y venta de productos importados de forma ilegal.
La preocupación atraviesa cámaras empresariales e industriales, que alertan sobre un “avance sostenido del contrabando”, indicaron. Según cuestionaron, alimentos, bebidas, indumentaria, electrodomésticos y hasta productos de higiene y cuidado personal, entre tantos otros, cruzarían la frontera sin pagar impuestos ni cumplir con ningún tipo de control, y llegarían directamente a las góndolas de autoservicios ubicados en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
“Detectamos un punto cúlmine del fenómeno, porque hoy tenemos uno de los tipos de cambio más bajos en términos históricos, especialmente frente a nuestros países vecinos. A la inversa, la brecha cambiaria funcionaba paradójicamente como un factor de protección, porque era más barato importar legal que ilegalmente”, señalaron fuentes del sector a LA NACION.
Referentes de distintas cámaras coincidieron en dos variables que estarían empujando esta dinámica. Por un lado, la alta carga tributaria y los costos asociados a la producción local, que hacen más rentable fabricar en países limítrofes. Por el otro, un “proceso de desregulación que facilitó el acceso al comercio exterior sin controles previos”, dijeron.
“Con la apertura a las importaciones vía courier, cualquiera puede comprar por e-commerce en el exterior y revender. Además, hoy ya no se exigen condiciones que antes eran obligatorias para importar, como el legajo o la acreditación de solvencia financiera. Eso desdibuja los límites entre lo formal y lo informal”, explicaron desde una cámara industrial.
El mapa del contrabando incluiría rutas fluviales y pasos fronterizos vulnerables. “Hay puntos que son un colador. Vemos ingresos desde Paraguay, Bolivia, Brasil y Chile. E incluso detectamos camiones que simulan ser de mudanza y ocultan productos detrás. En épocas de bajante de los ríos, hay también embarcaciones muy rudimentarias que traen mercadería ‘a lo pavote’”, indicaron desde una entidad.
Según describieron, el fenómeno ya no se limitar a las zonas de frontera. “En el sector cervecero vemos con gran preocupación el crecimiento del contrabando. Según un relevamiento que realizamos, el 40% de los autoservicios del AMBA comercializa alguna marca de cerveza que ingresó de manera ilegal al país. Estos productos que ingresan de manera ilegal al país no solo no pagan impuestos, sino que suponen un peligro para el consumidor ya que no se garantizan los controles de calidad y salubridad”, denunciaron desde la Cámara de la Industria Cervecera Argentina.
Un mes atrás, por ejemplo, efectivos de Gendarmería secuestraron 65.196 latas de cervezas fabricadas en Brasil, al inspeccionar un camión en Corrientes. Según precisaron, la mercadería tenía un valor superior a $163 millones.
En sintonía, desde la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) advirtieron que uno de cada cuatro celulares que se venden en el país proviene del contrabando. Para las autoridades, la trazabilidad es sencilla: se detecta por el IMEI. No obstante, aclararon que el consumidor final suele actuar de buena y no tiene muchas herramientas para detectarlo, más allá de la etiqueta “fabricado en Tierra del Fuego” que identifica la producción local. Explicaron que se desregularon elementos clave, como el enchufe nacional, la impresión del manual en español o la etiqueta verde de importación.
En Afarte señalaron que, además de los celulares, se detectaron ingresos ilegales de aires acondicionados, televisores y pequeños electrodomésticos, productos que solían quedar en zonas de frontera y hoy están disponibles en comercios del conurbano.
Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) identificaron que los delitos vinculados al contrabando están afectando en mayor medida a sectores tales como el calzado, indumentaria, electrodomésticos y artefactos electrónicos (celulares, tablets, computadoras, electrodomésticos del hogar), bebidas (cervezas). “También está extendiéndose a rubros como la venta de materiales de la construcción, que ingresan en forma ilegal al mercado y sin las debidas certificaciones, poniendo en riesgo las construcciones que se realicen con los mismos”, puntualizaron.
Frente a este escenario, desde las diferentes entidades enfatizaron que trabajan de forma coordinada junto con ARCA, Aduana y la Secretaría de Comercio. Explicaron queestán reforzaron operativos, inspecciones e incautaciones de estos productos.
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