Una nota secreta escondida en un violín fabricado en el campo de concentracíón de Dachau cuenta una historia de supervivencia

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Durante la Segunda Guerra Mundial, dentro de los muros del campo de concentración nazi de Dachau, un prisionero judío escribió en secreto una breve nota y la escondió dentro de un violín que había fabricado en circunstancias terribles: un mensaje para el futuro que permanecería oculto durante más de 80 años.

“Instrumento de prueba, fabricado en condiciones difíciles sin herramientas ni materiales”, rezaba la desgastada nota. “Dachau. Anno 1941, Franciszek Kempa”.

El origen del violín, construido en 1941 por Franciszek “Franz” Kempa mientras estaba prisionero de los nazis en Dachau, al sur de Alemania, se pasó inadvertido durante décadas. Fue sólo cuando unos marchands de arte húngaros enviaron el instrumento a reparar -tras haberlo guardado durante años entre un conjunto de muebles comprados- que su historia salió a la luz.

Aunque la artesanía del instrumento apuntaba claramente a un hábil constructor, el profesional que lo reparó quedó perplejo por la mala calidad de la madera y las toscas herramientas utilizadas para crearlo, que no se correspondían con la evidente destreza empleada.

“Si nos fijamos en sus proporciones y estructura, podemos ver que es un violín de maestro, hecho por un hombre que dominaba su oficio”, dijo Szandra Katona, una de las marchands húngaras que descubrieron el origen del violín. “Pero la elección de la madera era totalmente incomprensible”.

Ante esta contradicción, la profesional desmontó el violín, revelando la nota oculta de Kempa: una aparente explicación, incluso una disculpa, de un maestro luthier obligado por las brutales limitaciones de su cautiverio a construir un instrumento que no estaba a la altura de sus propios estándares.

Dachau, situado cerca de Múnich, fue el primer campo de concentración creado por los nazis en marzo de 1933. Inicialmente albergó a prisioneros políticos, pero más tarde se convirtió en modelo para otros campos, donde se encarcelaba a judíos, romaníes, clérigos, homosexuales y otras personas perseguidas por el régimen nazi.

Con el tiempo, pasó a ser un lugar de trabajos forzados, experimentos médicos y castigos brutales, y siguió en funcionamiento hasta que fue liberado por las fuerzas estadounidenses el 29 de abril de 1945. Se cree que al menos 40.000 personas murieron allí por inanición, enfermedad, ejecución o malos tratos.

Existen numerosas pruebas de la presencia de instrumentos musicales en los campos de concentración de Europa central y oriental durante la Segunda Guerra Mundial. Con fines propagandísticos, los nazis a menudo permitían o incluso fomentaban la formación de grupos musicales para dar una falsa impresión al mundo exterior sobre la vida en los campos.

Sin embargo, se cree que todos los instrumentos conocidos que sobrevivieron a Dachau fueron llevados por los prisioneros. El “violín de la esperanza” de Kempa, como se ha dado en llamarlo, es el único instrumento conocido construido realmente dentro del campo.

Se desconoce cómo salió de Dachau y llegó a Hungría. Pero Kempa, según los documentos proporcionados a los marchands húngaros por el museo conmemorativo de Dachau, sobrevivió a la guerra y regresó a su Polonia natal para seguir fabricando instrumentos antes de morir en 1953.

Los documentos también indican que los nazis sabían que Kempa era fabricante de instrumentos, algo que Tamás Tálosi, uno de los marchands, cree que pudo haberle evitado el destino de millones de personas que perecieron en los campos.

“Lo llamamos el ‘violín de la esperanza’ porque, si alguien acaba en una situación difícil, tener una tarea o un reto lo ayuda a superar muchas cosas”, dijo Tálosi. “La persona no se centra en el problema, sino en la tarea en sí, y creo que esto ayudó al fabricante de este instrumento a sobrevivir al campo de concentración”.

Traducción: Elisa Carnelli