WASHINGTON.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó el domingo un nuevo ataque en el Pacífico oriental a dos presuntas embarcaciones que transportaban droga, matando a seis personas a bordo, mientras aumentan los llamados para que se investiguen los ataques de la campaña contra el narcotráfico que muchos consideran una maniobra de presión sobre el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«Nuestros servicios de inteligencia sabían que estos buques estaban asociados con el contrabando ilícito de narcóticos, transportaban estupefacientes y transitaban por una ruta de tránsito conocida del narcotráfico», dijo Hegseth en la red social X, incluyendo un video de los ataques a las embarcaciones.
Estados Unidos ya lleva más de una docena de ataques desde septiembre contra embarcaciones cerca de la costa venezolana y, más recientemente, en la zona oriental del océano Pacífico, matando a al menos 76 personas mientras intensifica su despliegue militar en el mar Caribe.
El mismo día, el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU instó al gobierno norteamericano a investigar la legalidad de sus ataques y advirtió que hay “fuertes indicios” de que constituyen “ejecuciones extrajudiciales”.
“Deben preguntarse: ¿se trata de violaciones del derecho internacional en materia de derechos humanos? ¿Son ejecuciones extrajudiciales? Quiero decir, hay fuertes indicios de que lo son, pero deben investigarlo», declaró el alto comisionado Volker Turk a la agencia AFP en una entrevista.
El presidente norteamericano, Donald Trump, alega sin presentar pruebas que los barcos bombardeados transportaban drogas con destino a Estados Unidos, pero ciertos líderes extranjeros, algunos miembros del Congreso, expertos jurídicos y familiares de los muertos han pedido que se presenten evidencias al respecto.
El secretario de Estado, Marco Rubio, y Hegseth se reunieron la semana pasada con un grupo bipartidista de legisladores encargados de supervisar los asuntos de seguridad nacional, ofreciendo una de las primeras miradas de alto nivel a la justificación legal y la estrategia detrás de los ataques.
Aunque los legisladores demócratas se opusieron, los republicanos del Senado votaron un día después para rechazar un proyecto de ley que habría limitado la capacidad de Trump de lanzar un ataque directo contra Venezuela sin la autorización del Congreso.
Los bombardeos empezaron a principios de septiembre y han tenido como objetivo principalmente embarcaciones en el mar Caribe, aunque cada vez se han desplazado más hacia el Pacífico oriental, donde se trafica gran parte de la cocaína proveniente de los mayores productores del mundo.
La administración norteamericana también ha desplegado una enorme fuerza militar en aguas sudamericanas, incluyendo un submarino nuclear y un grupo de buques de guerra que acompañan al portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford.
Trump ha justificado los ataques afirmando que Estados Unidos se encuentra en un “conflicto armado” con los cárteles de la droga y sosteniendo que las embarcaciones son operadas por organizaciones terroristas extranjeras que inundan las ciudades estadounidenses con drogas.
Los ataques y la presencia militar han alimentado las especulaciones sobre un intento de derrocar a Maduro, que ha sido acusado de narcoterrorismo en Estados Unidos.
Venezuela dice que los ataques son ilegales, equivalen a asesinatos y son una agresión contra el país soberano sudamericano.
El mandatario venezolano ha declarado que el gobierno estadounidense está “fabricando” una guerra en su contra, lo que lo ha llevado a elevar las competencias de seguridad y desplegar decenas de miles de tropas en todo el país.
Agencias AP, AFP y Reuters