Los líderes mundiales, científicos, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil se reúnen a partir de este lunes en Belém, Brasil, para la Cumbre del Clima (COP 30), encabezada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se trata del cuarto evento internacional con mayor asistencia del mundo después de los Juegos Olímpicos, el mundial de la FIFA y la Asamblea General de la ONU. Hasta ahora, 163 de los 195 países miembros ya confirmaron su presencia.
En ese sentido, unos 50 presidentes y jefes de Estado participarán de la reunión de alto nivel que se dará los primeros días de la semana próxima.
Entre los que asistirán, estará el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro británico Keir Starmer, al igual que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de Liberia, Joseph Boakai. China enviará al viceprimer ministro Din Xuexiang y Estados Unidos no enviará representante para esta etapa del evento, aunque participarán de las negociaciones.
A pesar de que todavía no hay confirmación oficial de si la administración libertaria asistirá, fuentes consultadas dentro del Gobierno nacional aseguraron que enviarán a cinco representantes de nivel medio, al menos de Cancillería y también de la Subsecretaría de Ambiente.
“Es una delegación austera”, dijeron. Hasta ahora no ha habido confirmación de ningún asistente con rango ministerial y mucho menos el presidente de la Nación, que está de gira en el exterior hasta el sábado próximo.
Una funcionaria con larga trayectoria en el ámbito ambiental reconoció en diálogo con LA NACION que “hay poca claridad” sobre cómo será la participación del país en la conferencia.
En la COP29, celebrada en Azerbaiyán, la Argentina fue centro de un escándalo internacional al retirar su delegación sin dar explicaciones oficiales apenas dos días después del inicio de las negociaciones.
Meses más tarde, funcionarios cercanos al Presidente reconocieron que, envalentonado por el triunfo de Donald Trump, el Ejecutivo había evaluado retirarse del Acuerdo de París, algo que luego reiteró el actual jefe de Gabinete y vocero presidencial, Manuel Adorni. Aquello nunca se concretó.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, hablará este lunes en la ceremonia de apertura oficial de la COP30, donde se espera que presente un llamado a la “responsabilidad compartida” frente a la crisis climática.
Esta semana, Naciones Unidas anunció que el mundo está muy lejos de lograr que el calentamiento global se mantenga bien por debajo de los 2°C en comparación con los niveles de la era preindustrial: ese fue el objetivo acordado por prácticamente todos los países en el Acuerdo Climático de París de hace 10 años.
Por el contrario, las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles y la deforestación siguen aumentando, y el mundo se encamina a un calentamiento de alrededor de 2,8°C. Los científicos afirman que cada décima de grado que se suma entraña mayores riesgos de olas de calor, incendios forestales, sequías, tormentas y extinción de especies animales y vegetales.
Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo que no asistirá a la COP30. El presidente Trump suele desestimar la amenaza del cambio climático y fomenta el uso de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, mientras sanciona a la industria de las energías renovables.
Según las imágenes que trascendieron, los líderes mundiales que participen de la Cumbre del Clima de la ONU COP30 en Belém, Brasil, se alojarán en habitaciones compartidas.