El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció este martes un discurso ante la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Durante su alocución de 55 minutos, el mandatario repasó el contenido de su segundo mandato, cuestionó la eficacia de la organización y detalló su postura sobre conflictos internacionales, la inmigración y la agenda verde. El contenido del discurso de Trump en la ONU incluyó una serie de críticas a aliados y organismos multilaterales.
Desde el podio, Donald Trump adoptó un tono desafiante. Afirmó que la economía de su país es “más grande y mejor que nunca” y que Estados Unidos “vuelve a ser respetado como nunca antes”. En medio de sus cuestionamientos a la organización, se quejó del equipamiento técnico. “Las dos cosas que obtuve de las Naciones Unidas fueron una mala escalera y un mal teleprompter”, chicaneó.
Frente al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, Trump cargó contra el organismo. “Siempre dije que la ONU tiene un potencial tremendo, tremendo. Pero ni siquiera se acerca a cumplirlo. Lo único que hacen es escribir cartas con palabras vacías y las palabras vacías no detienen guerras”, afirmó. Aseguró que en siete meses de gestión detuvo siete conflictos que eran considerados interminables y que la ONU no ofreció asistencia.
La inmigración ilegal fue otro eje central. El mandatario denunció que la ONU destinó el año pasado cientos de millones de dólares para apoyar a más de medio millón de migrantes que ingresaron a Estados Unidos de manera irregular.
Calificó esa política como “totalmente inaceptable”. “La ONU se supone que debe detener invasiones, no crearlas ni financiarlas”, agregó. Defendió sus políticas de detención y deportación en la frontera sur como un “acto humanitario que salvó vidas”.
El presidente estadounidense dirigió duras advertencias a los países europeos. Aseguró que estaban “yendo al infierno” por mantener fronteras abiertas. “Europa está en serios problemas. Han sido invadidos por una fuerza de extranjeros ilegales como el mundo nunca ha visto y, como eligen ser políticamente correctos, no hacen nada al respecto”, declaró.

Exhortó a las naciones europeas a terminar con este “fallido experimento”. Afirmó que su experiencia en el tema era decisiva. “Puedo decirles, soy realmente bueno en esto. Sus países van a ir al infierno si no actúan”, sentenció.
También exigió que dejen de comprar gas y petróleo a Rusia. “Es vergonzoso para ellos, están comprando energía rusa mientras luchan contra Rusia. Piénsenlo, están financiando la guerra contra ellos mismos”, afirmó.

Trump pidió la liberación inmediata de todos los rehenes en Gaza. Calificó el reconocimiento de un Estado palestino por parte de varios países europeos como una “recompensa por horribles atrocidades”. “Quienes quieren la paz deberían unirse en un mensaje: liberen a los rehenes ahora”, sentenció.
Sobre Ucrania, reiteró que la guerra nunca habría comenzado bajo su mandato. Describió el conflicto como una “escaramuza rápida” que debía resolverse en días gracias a su buena relación con Vladimir Putin.
También amenazó con imponer “una muy fuerte ronda de aranceles” contra Rusia si no se avanza hacia un alto el fuego. Denunció que China e India son “los principales financiadores” de la guerra al seguir con la compra de energía rusa.
El presidente cuestionó con dureza las políticas de energía verde y las alertas sobre el cambio climático. Señaló que décadas atrás los científicos advirtieron que algunas naciones podrían desaparecer para el año 2000 debido al calentamiento global, pero aseguró que “no ha pasado”.
Para él, estas predicciones representan “el mayor engaño perpetrado contra el mundo” y son obra de “gente estúpida”. Aseguró que si los países no abandonan la “estafa verde”, están condenados al fracaso.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.