WASHINGTON.- Un día después de publicar el video del segundo ataque contra una embarcación con narcotraficantes venezolanos en el mar Caribe, el presidente Donald Trump afirmó este martes que un tercer barco fue interceptado por las fuerzas norteamericanas desplegadas en la zona y advirtió al régimen de Nicolás Maduro que “deje de enviar presos de sus cárceles” a Estados Unidos.
“Lo diré sin rodeos. Dejen de enviar al Tren de Aragua hacia Estados Unidos. Dejen de enviar drogas a Estados Unidos”, dijo Trump antes de abordar el Marine One para emprender su viaje a Gran Bretaña.
“En realidad, interceptamos tres barcos, no dos, pero ustedes solo han visto dos. Y el problema es que hay muy pocos barcos en el mar. No hay muchos barcos en el agua, no me imagino por qué. Ni siquiera barcos de pesca. Nadie, nadie quiere ir a pescar“, dijo
“Yo le diría con mucha firmeza: dejen de enviar gente de sus prisiones a nuestro país. Están enviando a sus presos. Ya lo han hecho”, afirmó respecto al régimen chavista, al responder una pregunta de un periodista sobre las acusaciones de Maduro de que Estados Unidos se dispone a invadir Venezuela.
“Las cifras acaban de salir: otro mes con cero personas entrando en nuestro país. Y son asuntos importantes, y hay gente que desearía que yo lo hiciera mal. Nadie ha hecho en la frontera lo que yo he hecho”, amplió Trump.
Ayer, el presidente había anunciado el segundo ataque desde que la Casa Blanca lanzó un despliegue militar en el sur del Caribe que llevó al máximo la tensión con Venezuela. Las fuerzas estadounidenses destruyeron una embarcación de un cartel de la droga venezolano que se dirigía a Estados Unidos y tres “narcoterroristas” murieron.
La operación marcó una nueva escalada en la lucha contra el narcotráfico en Estados Unidos, lo que llevó a legisladores y analistas a cuestionar la legalidad de la operación, desarrollada en aguas internacionales. La Casa Blanca insistió que la acción fue “plenamente conforme con el derecho de los conflictos armados”.
Trump calificó el ataque de exitoso y necesario para proteger a Estados Unidos, en medio del despliegue de por lo menos ocho barcos de guerra y miles de efectivos en la zona con el objetivo de cumplir su orden de combatir el tráfico de drogas por el que acusa, entre otros actores, al régimen de Maduro.
El Pentágono no ofreció el lunes más detalles sobre el ataque y se remitió a la publicación de Trump en las redes sociales, aunque un funcionario afirmó por separado, en condición de anonimato, que se trataba de un ataque de Operaciones Especiales.
En julio pasado, Trump firmó una orden secreta en la que ordenaba al Pentágono comenzar a utilizar la fuerza militar contra ciertas bandas criminales y carteles de la droga latinoamericanos. Su administración también comenzó a intensificar los ataques retóricos contra Maduro, a quien acusa de ser líder del Cartel de los Soles, integrado presuntamente por altos mandos militares venezolanos. Incluso, Washington duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por su captura.
En plena la escalada, Maduro había advertido este lunes a los países del “gran Caribe” sobre una “guerra” por un “cambio de régimen” que, insistió, quiere propiciar el gobierno de Trump.
El 2 de septiembre, en la primera acción militar para cumplir la directiva de Trump, Estados Unidos llevó a cabo un ataque contra un barco del grupo Tren de Aragua que había salido de Venezuela, según la acusación de Trump. El presidente afirmó que la embarcación estaba cargada de droga y que 11 “narcoterroristas” habían muerto por el operativo.
Luego, este lunes, se sumó un segundo ataque en aguas internacionales en el que murieron tres traficantes. El Ejército estadounidense no reveló qué armas utilizó para atacar esos barcos, mientras se esperan nuevos detalles del tercer operativo anunciado por Trump esta mañana.
La Armada norteamericano cuenta con por lo menos ocho buques de guerra en el Caribe y miles de efectivos, un despliegue que generó posturas divergentes entre los gobiernos de la región, entre críticas y respaldo. Además, el Pentágono envió a Puerto Rico drones armados MQ-9 Reaper y aviones de combate F-35, entre otras aeronaves.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, y el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, realizaron una visita sorpresa a Puerto Rico la semana pasada.
El debate sobre la legalidad de los operativos militares norteamericanos en aguas internacionales, que la Casa Blanca justifica, se incrementó en los últimos días, con críticas de los demócratas en el Congreso.
“Las acciones de Trump constituyen una violación atroz de la ley y un peligroso ataque a nuestra Constitución”, advirtió el senador Jack Reed, de Rhode Island, el demócrata de mayor rango en el Comité de las Fuerzas Armadas. “Ningún presidente puede librar una guerra en secreto ni llevar a cabo asesinatos injustificados; eso es autoritarismo, no democracia”, afirmó.
La administración Trump no ha ofrecido una explicación jurídica detallada sobre por qué es legal —y no un crimen de guerra, como afirman sus críticos— atacar a embarcaciones con personas sospechosas de haber cometido un delito, en vez de que sean interceptadas en aguas norteamericanas por la Marina o la Guardia Costera, para potencialmente arrestar y procesar a los denominados “narcoterroristas”.
El propio Trump ha señalado en Truhan Social que estos carteles de tráfico de drogas “extremadamente violentos” representan una “amenaza para la seguridad nacional, para la política exterior y los intereses vitales de Estados Unidos”.