NUEVA YORK.– El Air Force One, el emblemático Boeing 747 que transporta al presidente de Estados Unidos, protagonizó el martes un inusual incidente en el congestionado espacio aéreo de Nueva York, cuando un avión de la aerolínea Spirit Airlines se aproximó a la aeronave presidencial que volaba rumbo a Londres, obligando a la intervención urgente de un controlador aéreo.
El episodio ocurrió mientras ambos aviones sobrevolaban Long Island. El vuelo 1300 de Spirit, un Airbus A321 que cubría la ruta entre Fort Lauderdale y Boston, se encontraba a una altitud similar y con una trayectoria que comenzaba a converger con la del avión presidencial. El controlador de tráfico aéreo, al percatarse de la situación, intentó comunicarse rápidamente con los pilotos de Spirit para ordenar un cambio de rumbo.
Las grabaciones difundidas en la página especializada liveatc.net muestran la tensión de la comunicación. En varias ocasiones, el controlador repite la orden de modificar el curso, aumentando el tono de voz al no recibir una respuesta inmediata de la tripulación.
“Spirit 1300, gire veinte grados a la derecha”, se escucha en el audio. Ante la falta de reacción, insiste de manera más enérgica: “Gira veinte grados ahora mismo. Hay tráfico a tu ala izquierda, a unas ocho millas [12 kilómetros]. Seguro que sabes quién es. No lo pierdas de vista; es blanco y azul”. La descripción no dejaba lugar a dudas: se refería al Air Force One.
En otro pasaje del audio, el controlador, visiblemente exasperado, reprocha a los pilotos: “Tengo que repetirte dos veces cada instrucción. ¡Presta atención! ¡Deja el iPad!”. El tono irritado de sus mensajes, amplificado en redes sociales por usuarios que compartieron las grabaciones, generó comentarios y especulaciones sobre la disciplina de la tripulación de Spirit en pleno vuelo.
Pese a la tensión del intercambio radial, especialistas aclararon que en ningún momento los dos aviones superaron los umbrales de seguridad establecidos. Datos preliminares de la plataforma FlightRadar sugieren que la distancia mínima entre ambos fue de unas 11 millas náuticas, lo suficiente para que no existiera un riesgo real de colisión. La cadena estadounidense CBS, que reportó el incidente, indicó en que la seguridad del presidente nunca estuvo comprometida.
El vuelo de Spirit Airlines finalmente continuó su ruta sin más sobresaltos y aterrizó con normalidad en Boston. A través de un comunicado enviado al medio británico Daily Mail, un vocero de la aerolínea buscó llevar tranquilidad: “El vuelo 1300 de Spirit Airlines (FLL-BOS) siguió los procedimientos y las instrucciones de Control de Tráfico Aéreo (ATC) mientras se dirigía a Boston (BOS) y aterrizó sin incidentes. La seguridad es siempre nuestra máxima prioridad”.
El Air Force One, por su parte, prosiguió su trayecto a Londres, donde Trump aterrizó la noche del martes para dar inicio a su segunda visita de Estado al Reino Unido. En esta ocasión, el recibimiento fue fastuoso: el rey Carlos III recibió a Trump en el Castillo de Windsor con la mayor guardia de honor para un líder extranjero en la historia reciente, acompañado por la reina Camila, el príncipe Guillermo y Catalina. Hubo himnos, saludo protocolar y un paseo en carruaje bajo la lluvia, en lo que la prensa británica calificó como un trato “sin precedentes”, orquestado por el gobierno de Keir Starmer para reforzar la alianza con Washington.
Agencias AP y ANSA