MADRID.- Tras el escandaloso final de la Vuelta a España, que debió ser suspendido por manifestaciones propalestinas que impidieron su final en Madrid, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, reafirmó este lunes su “profunda admiración por una sociedad civil española que se moviliza contra la injusticia” y reclamó que Israel sea excluido de todas las competencias internacionales por la guerra en Gaza.
Los organizadores de la carrera cancelaron el domingo la ultima etapa del evento debido a enfrentamientos entre la Policía y quienes se manifestaban contra la participación del equipo Israel Premier Tech, financiado por un empresario cercano al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en el centro de la capital española, a la altura de Atocha, Cibeles y Gran Vía. Dos personas fueron detenidas y 22 policías resultaron heridos en los enfrentamientos, según el gobierno español.
El dirigente socialista, que ha hecho de la causa palestina una de sus prioridades, consideró igualmente que “hasta que no cese la barbarie, ni Rusia ni Israel deben estar en ninguna competición internacional”.
En la misma línea, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reivindicó en declaraciones a los medios las movilizaciones propalestinas del domingo como un “ejemplo de dignidad” y también reclamó que Israel no participe en eventos deportivos o culturales, poniendo énfasis en el festival de música de Eurovisión.
Por su parte, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, culpó este lunes al jefe del Ejecutivo español de los “actos de violencia” ocurridos en La Vuelta y consideró que “no es digno” del cargo que ocupa. Sin embargo, evitó alinearse con la posición israelí sobre Gaza.
El director general de la Vuelta Ciclista a España, Javier Guillén, criticó el lunes a los manifestantes que forzaron el abandono de la última etapa de la carrera y calificó de “absolutamente inaceptables” las caóticas escenas vividas.
“Quiero lamentar y especialmente condenar lo sucedido en la última etapa”, dijo Guillén en una rueda de prensa en la capital española. “Pocos comentarios son necesarios con respecto a lo que vimos ayer, las imágenes hablan por sí solas”, sentenció el directivo.
La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) condenó “enérgicamente” los “graves incidentes” que tuvieron lugar durante la Vuelta, a los que consideraron una “amenaza directa al orden público”. La federación dijo que “convertir un evento deportivo internacional en un campo de agitación violenta es absolutamente inaceptable”.
A pesar de las críticas procedentes de la oposición de derecha, entre ellas la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tras el final caótico de la prueba ciclista el domingo, Sánchez se mantuvo firme en su postura.
“Nosotros, por supuesto que rechazamos siempre la violencia. Faltaría más. Lo hemos hecho siempre. Sentimos, como dije ayer, una profunda admiración y respeto por nuestros deportistas, por los ciclistas de la Vuelta ciclista a España”, indicó el presidente del gobierno español durante una intervención ante parlamentarios socialistas el lunes.
“Pero también sentimos un inmenso respeto, y una profunda admiración por una sociedad civil española que se moviliza contra la injusticia y defiende su idea de forma pacífica”, agregó, en referencia a los manifestantes propalestinos que perturbaron el desarrollo de la prueba durante casi todas las etapas, pero especialmente en su llegada el domingo a la capital.
El día anterior, decenas de miles de personas –100.000 según la Delegación del Gobierno en Madrid– invadieron el recorrido de la última etapa de la Vuelta con banderas y pancartas para denunciar el “genocidio sionista” en Gaza, obligando a que la etapa finalizara antes de tiempo y tampoco pudiera realizarse la entrega de trofeos como estaba prevista.
La semana pasada, un manifestante propalestino irrumpió otra parte de la ruta de la Vuelta y provocó una caída a 50 kilómetros de la meta, durante la etapa 15 con final en Monforte de Lemos. El ciclista más perjudicado fue el español Javier Romo, del equipo Movistar, que terminó en el suelo tras esquivar al manifestante. Sin embargo, el movimiento de un agente de la Guardia Civil que intentó interceptar al manifestante terminó afectando la trayectoria de otros corredores.
“El gobierno ha permitido e inducido la no finalización de la Vuelta, y de ese modo, un ridículo internacional televisado en tordo el mundo”, criticó el domingo Núñez Feijóo en su cuenta de X.
Ya la semana pasada, el anuncio de Sánchez de un paquete de medidas “para detener el genocidio en Gaza” había generado una fuerte escalada diplomática con Tel Aviv, haciendo que Israel prohibiera la entrada al país a dos ministras del gobierno español.
Después del anuncio, el gobierno de Netanyahu acusó a Madrid de impulsar una “campaña antiisraelí y antisemita”. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, respondió con un llamado a consultas a la embajadora española en Tel Aviv, Ana María Salomon, ante las “calumniosas acusaciones hacia España”.
Agencias AFP y Reuters