Morgan Stanley dio marcha atrás con su recomendación de compra de activos argentinos tras el revés electoral de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, donde perdió por 13 puntos en las legislativas de ayer.
Según la entidad estadounidense, esa diferencia anticipa un resultado mucho más ajustado en las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre de lo que se preveía, dado que la provincia concentra cerca del 38% del electorado nacional.
“Esperamos una política monetaria aún más restrictiva en las próximas semanas: sospechamos que las autoridades defenderán la estabilidad cambiaria todo lo posible de aquí a los comicios, ya que cualquier debilitamiento significativo del peso podría reducir aún más el apoyo al Gobierno de cara a las legislativas, como parecería haber ocurrido ya”, advirtió Morgan Stanley en un informe titulado “Argentina – Economía y Estrategia de Crédito Soberano: Reacción rápida a la elección”.
En ese sentido, apuntaron que podría ser razonable esperar un peso más débil, que potencialmente se acerque al techo de la banda cambiaria pese a las tasas altas. “Creemos que, de ocurrir, el Banco Central cumplirá con el plan acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de vender dólares. El Tesoro también podría intervenir si fuera necesario, como de hecho anunció la semana pasada”, agregaron.
De cara a fin de año, el banco consideró que los resultados en Buenos Aires aumentan la probabilidad del escenario bajista central, en el cual el mercado cuestiona la continuidad de las reformas y crece la incertidumbre en torno a las futuras fuentes de financiamiento externo (escenario de reversión de reformas).
“En este caso, proyectamos una caída de los bonos de unos 8 puntos con respecto al cierre del viernes, a un precio promedio de 56, con un desempeño inferior de los títulos de corto plazo. Como ya señalamos, es probable que el mercado también incorpore la posibilidad de otros escenarios adversos”, señalaron.
En consecuencia, Morgan Stanley decidió cerrar la recomendación que había lanzado la semana pasada de aprovechar la debilidad para comprar, a pesar de que hoy probablemente se vean precios mucho más bajos, y retiró también su visión positiva. “A medida que la curva de crédito se aplana, vemos a los bonos de corto plazo rindiendo peor pese a su duración mucho más baja debido a las amortizaciones”, concluyeron.
A contramano, UBS dijo en su reporte que, aunque los riesgos han aumentado, mantiene como escenario base retornos positivos sólidos de los bonos argentinos en dólares en un horizonte de 6 a 12 meses.
JP Morgan también se refirió en dos informes posteriores al revés bonaerense para el Gobierno y señaló que abre un período de prima de riesgo político prolongada y eleva la vulnerabilidad económica. “La contundente victoria del kirchnerismo en la contienda provincial marca una cuesta más empinada para el Gobierno en su intento de lograr un resultado positivo en octubre”, señalaron.
El banco destacó que, si bien el Ejecutivo reafirmó su compromiso con la disciplina fiscal y la continuidad del esquema cambiario, el aumento de la incertidumbre eleva la presión sobre los mercados: con reservas líquidas estimadas en US$15.800 millones y depósitos en dólares del Tesoro por US$1.465 millones, el margen de maniobra del Banco Central es limitado si el tipo de cambio se acerca al techo de la banda.
JP Morgan también subrayó que la fuerte caída de hoy del Merval (10,6% en pesos y 14,9% en dólares) lleva el índice accionario a niveles comparables a los registrados en períodos prolongados de la administración kirchnerista, lo que podría limitar el potencial de bajas adicionales.
“El aumento del riesgo político tras la derrota electoral se traduce en mayores primas de riesgo sobre los activos y en una mayor vulnerabilidad del peso argentino, pese a las intervenciones del Tesoro en el mercado de cambios”, advirtieron, y remarcaron que las tasas reales altas amenazan con tensionar las cuentas fiscales. En este contexto, consideraron que podría ser necesario un tipo de cambio real más competitivo para sostener un mayor superávit comercial y contener la demanda de dólares de los hogares.
En esa línea, Wells Fargo señaló que el peso se encuentra bajo presión tras las elecciones bonaerenses y, aunque es probable que el Tesoro intervenga en el mercado cambiario para intentar estabilizar la moneda, la falta de poder de fuego en reservas limitará la efectividad de cualquier defensa cambiaria.
“Nuestras proyecciones base de largo plazo para el tipo de cambio USD/ARS podrían alcanzarse antes de lo esperado, y no podemos descartar un escenario de crisis, especialmente ahora que la mayoría de los controles de capital fueron eliminados”, cerraron. En el escenario de mayor probabilidad -que es una victoria en octubre de La Libertad Avanza- prevén un dólar oficial a $1400 en el cuarto trimestre de este año y a $1600 en igual período del próximo año.