El ordenamiento general impulsado por el Gobierno, junto al nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), le permitió al equipo económico eliminar el cepo para las personas físicas en abril pasado. De esta manera, más allá de regulaciones bancarias para aspirar pesos sueltos u operaciones en futuro para redibujar la cancha, el dólar volvió a flotar entre bandas.
Al comienzo del nuevo esquema, el Ejecutivo sostenía que el dólar se iba a acercar a la banda inferior del esquema. Sin embargo, en la antesala de las elecciones bonaerenses, que ganaron un peso político inédito, la divisa se encuentra más cerca de la superior.
¿Cuál fue el recorrido de la moneda estadounidense?
El debut de la flotación en abril
Después de seis años con cepo, Milei logró ponerle fin a la restricción de compra de dólares para las personas. Anunció un nuevo acuerdo con el FMI, blindó de reservas al Banco Central, pero trajo compromisos de mediano plazo cuyo éxito depende de reformas que deben aprobarse en el Congreso. Es decir, la victoria electoral legislativa era la parte no económica del plan. Sin embargo, en ese entonces septiembre y octubre estaban lejos y el esquema de flotación se llevaba todas las miradas.
Ese 14 de abril se inauguraron las bandas entre $1000 y $1400. El dólar cerró a $1230 en el Banco Nación. Finalmente, terminó el mes en $1190.
En ese entonces, el equipo económico del Gobierno estipulaba que iba a caer y acercarse a la banda inferior dentro de su rango de flotación, que era de $1000. “Todos los factores monetarios empujan para que el tipo de cambio caiga”, había declarado Milei, en una entrevista concedida al streaming Neura.
Entre mayo y junio, el Gobierno recolectó señales dispares. Mientras subsistía el debate sobre cómo podría aprovechar buenos momentos para comprar reservas para el Central, el sector agroexportador alimentaba de dólares la plaza mientras el conflicto comenzó a escalar en el Congreso.
Esa combinación de factores generó distintos “momentums”. Por ejemplo, el 8 de mayo el dólar cerró a $1130 en el Banco Nación, la tercera jornada con el valor más bajo de la divisa estadounidense. El Gobierno cosechaba elogios por la salida del cepo y la lucha contra la suba de precios no se resentía. La inflación de abril, conocida en mayo, marcaba 2,8% y el Ejecutivo mostraba que con flotación también podía continuar el sendero desinflacionario.
A su vez, surgió el debate sobre la compra de reservas netas para el Banco Central. Algunos analistas señalaban que la entidad monetaria podía comprar dólares, pese a que eso generaría mayor demanda en el mercado de cambios. Sin embargo, la decisión del Gobierno fue no comprar y esperar que la cotización se acercara más al piso de la banda.
Esa pax cambiaria empezó a vivir con algo contrario a la pax política. El Congreso se activó. Diputados le dio media sanción a los proyectos que estipulaban un aumento excepcional para jubilados y pensionados del 7,2%, una nueva moratoria previsional y la emergencia en discapacidad.
Ese Parlamento adverso a la disciplina fiscal del Gobierno, sumado a las marchas y reclamos por incrementos de salarios en el Hospital Garrahan marcaron un junio que comenzó a mostrar conflictividad política. Uno de sus puntos de mayor tensión se alcanzó con el rechazo a la ley de ficha limpia. Pero, por otro lado, el Ejecutivo sonrió tras el triunfo en la elección porteña.
Este contexto de claroscuros terminó con un dólar que llegó hasta los $1215, en el cierre de junio, según el Banco Nación. Con esa cotización ya empezó a quedar lejano ese piso de $1130 registrado el 8 de mayo.
Pese a eso, el análisis intermensual arrojó que el dólar en mayo subió 0,8% y en junio, 1,2%. Asimismo, la inflación, otro indicador con impacto directo en la vida cotidiana, marcaba por primera vez en la gestión libertaria un resultado por debajo del 2%. Según el Indec, en el quinto mes del año fue del 1,5% y en el sexto, del 1,6%.
Del “comprá, no te la pierdas campeón” a la volatilidad. Julio empezó con un dólar a $1215 y terminó a $1380. Las fotos del inicio y del final contrastan entre sí. Por eso, la película ayuda a entender cómo sucedió ese aumento del 13,5% en sólo un mes.
El 2 de julio el ministro de Economía, Luis Caputo, lanzó la frase: “Comprá, no te la pierdas campeón”.
¿Qué pasó en el mes? El 10 de julio el Senado convirtió en ley el aumento jubilatorio, la moratoria y la emergencia en discapacidad. Todo recibió el veto presidencial para defender el superávit fiscal, pero eso también extendió en el tiempo la disputa.
Una semana después, el dólar cerró su primera jornada en la barrera de los $1300. Se observaron fluctuaciones, pero el mayor salto ocurrió entre el 30 y el 31, cuando pasó de una cotización de $1325 a $1380.
En parte, ese salto se explica a partir del vencimiento de las LEFI y una mayor liquidez de pesos que quedó en la plaza. A su vez, esto coincidió con unas tasas de interés que no terminaban de evitar el traspaso al dólar.
En paralelo, la liquidación del agro fue menor a la de los meses anteriores. Durante varios días existió especulación sobre posibles medidas del Gobierno sobre las retenciones, algo que el presidente Milei terminó de anunciar el 26 de julio, con una baja del arancel.
El nuevo “tema del momento”
Agosto arrancó con una buena noticia para el Gobierno: la aprobación de la primera revisión del Fondo Monetario Internacional al programa económico, que incluyó cambios en la exigencia de cumplimiento de la meta de acumulación de reservas netas del Banco Central.
Además, los datos de inflación corroboraron que no hubo “efecto passthrough” (traspaso a precios de la suba del dólar en julio). El Indec publicó que la inflación en el séptimo mes fue del 1,9%.
Sin embargo, agosto tuvo un “tema del momento” instalado: las tasas de interés y los encajes. Eso hacía referencia a la estrategia del Gobierno para absorber pesos y evitar que se pasen a dólares, y así quitarle presión al tipo de cambio. Esta decisión fue catalogada como insostenible a largo plazo.
El universo industrial acumuló reclamos en contra de ella. Incluso, el ministro Caputo indicó que podía generar un impacto negativo en la actividad económica de corto plazo. Pero también mencionó que “post elecciones” figura en los planes del Gobierno dar marcha atrás con esa política, dado que el oficialismo espera tener un buen resultado en los comicios.
De este modo, la política empezó a jugar con mayor visibilidad en la economía. Esto también se observó en el Congreso, con el rechazo al veto presidencial sobre la emergencia en discapacidad.
Fabian Marelli
“Usando causas nobles como excusas, promulgan leyes que irremediablemente llevan a la quiebra nacional”, sostuvo Milei en cadena nacional. Surgió el concepto de “muralla fiscal”. Con él, el Presidente defendió al corazón del programa económico: el ancla fiscal.
A su vez, la escena política en la recta final previa a las elecciones bonaerenses sumó el componente de los audios atribuidos al exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, sobre presuntas coimas. El Gobierno los tildó de “opereta”.
Entonces, el dólar interrumpió su descenso en la última semana de agosto. Siempre se mantuvo por encima de la barrera de los $1300, pero había iniciado una curva descendente desde el pico de los $1380. Había llegado a bajar hasta $1310, pero la última jornada de agosto, a una semana del voto bonaerense, cerró a $1360 en el Banco Nación.
La semana prelectoral
El primer día de la semana previa a la elección bonaerense, este lunes, el dólar alcanzó los $1385 en el cierre, según el Banco Nación.
El Gobierno anunció la posible intervención en el mercado de cambios del Tesoro al día siguiente. El tuit del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, marcó una nueva jugada del equipo económico. “No nos podemos regalar”, dijo a LA NACION una fuente de Casa Rosada.
Su efecto inmediato fue calmar a la divisa estadounidense que terminó el martes $10 por debajo del lunes. De hecho, esa misma cotización ($1375 en Banco Nación) se mantuvo durante el miércoles, el día del cierre de campaña de La Libertad Avanza en Moreno.
Luego de haber anunciado que intervendría -ya no se puede hablar de una libre flotación- en el mercado único de cambios para ofrecer mayor liquidez en tiempos de tensiones cambiarias y de haber vendido más de US$100 millones el martes, el Gobierno afirmó que este miércoles el Tesoro adquirió US$34 millones.
Por lo tanto, al dólar le quedan dos jornadas bursátiles previas a la elección bonaerense. Lo que suceda el domingo, en parte, ayudará a entender el humor de los mercados del próximo lunes.