Portugal guarda este jueves un día de luto nacional tras el descarrilamiento del emblemático funicular de la Glória, en Lisboa, que causó al menos 16 muertos y más de 20 heridos en uno de los barrios más turísticos de la capital. El accidente se produjo la tarde del miércoles cerca de la avenida de la Libertad, cuando el famoso funicular de la Gloria -que conecta la plaza de Rossio con los barrios de Bairro Alto y Príncipe Real- se salió de la vía y se estrelló contra un edificio. Las causas del siniestro aún se desconocen.
El funicular ya había sufrido un descarrilamiento el 7 de mayo de 2018, aunque en esa ocasión no hubo víctimas. Entonces, el vagón no volcó, sino que se salió de los rieles y terminó sobre los adoquines, según informó el medio local Sic Notícias. La atracción estuvo fuera de servicio durante un mes.
Tras aquel episodio, especialistas advirtieron sobre potenciales riesgos. António Carloto, miembro de la Asociación Portuguesa de Amigos de los Ferrocarriles, declaró en ese momento: “Se descarriló y esta vez no hubo consecuencias. La próxima vez podría no ser así. Es evidente que hubo negligencia”.
La empresa Carris de Ferro de Lisboa atribuyó el hecho a una “anomalía técnica” y aseguró que, en cuestión de semanas, el sistema estaría “en perfectas condiciones de seguridad y funcionamiento durante los próximos dos años”. Sin embargo, según la prensa local, ya entonces eran visibles señales de desgaste: la pieza de las ruedas que se engancha a la vía y evita el descarrilamiento estaba deteriorada, lo que habría facilitado la salida de los rieles.
De acuerdo con el balance actualizado este jueves por los servicios de rescate, al menos 16 personas murieron y más de 20 resultaron heridas, entre ellas 11 extranjeras: dos españoles, dos alemanes, una francesa, un italiano, un suizo, un canadiense, un surcoreano, un marroquí y un caboverdiano.
Inicialmente se habían reportado 15 fallecidos, pero uno de los heridos murió durante la noche, según la jefa de protección civil, Margarida Castro.
La Justicia portuguesa abrió una investigación para esclarecer las causas del siniestro. Imágenes difundidas en redes sociales mostraban, entre una nube de humo, el vagón totalmente destrozado contra una pared, tras no haber tomado aparentemente la curva al final de la calle.
Ante la tragedia, el gobierno portugués decretó un jornada de luto nacional para este jueves en conmemoración a los fallecidos, cuyas identidades dará a conocer próximamente la fiscalía.
Un amplio operativo de bomberos, policías y servicios de emergencia trabajó durante toda la noche en la zona, donde el vagón quedó volcado contra una pared en la empinada pendiente por la que circulaba a diario.
Una testigo del accidente declaró a Sic Noticias que había visto el vehículo descender “a toda velocidad” y que este “chocó contra un edificio con una fuerza brutal y se derrumbó como una caja de cartón”.
El vagón amarillo de forma cuadrada se considera un ícono de la ciudad y es una imagen habitual en los souvenirs de las tiendas de regalos de Lisboa. Según la página web de los Monumentos Nacionales, fue construido por el ingeniero franco-portugués Raoul Mesnier du Ponsard e inaugurado en 1885. Fue electrificado en 1915.
El servicio, inaugurado en 1885, sube y baja unos pocos cientos de metros de una colina en una calle curva y libre de tráfico en tándem con otro que va en sentido contrario.
El Ayuntamiento de Lisboa detuvo las operaciones de otros tres famosos funiculares en la ciudad mientras se realizaban inspecciones inmediatas.
Carris, la empresa que opera el tranvía, dijo que se había realizado el mantenimiento programado. Ofreció sus más profundas condolencias a las víctimas y sus familias en una publicación en redes sociales, y prometió que se tomarían todas las diligencias necesarias para encontrar las causas del accidente.
“Se respetó todo escrupulosamente”, declaró Pedro Bogas, director de Lisboa Carris, en el lugar del accidente, y añadió que una empresa externa ha realizado el mantenimiento de los funiculares durante los últimos 14 años.
Su revisión general se lleva a cabo cada cuatro años y la última se realizó en 2022, según Carris. El mantenimiento intermedio se hace cada dos años y se completó en 2024.
Con información de las agencias AP y AFP
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