Después de pasar sus vacaciones de verano en Grecia, esta semana la reina Máxima volvió al ruedo y retomó su agenda laboral. Este miércoles 3 de septiembre se trasladó a la localidad de Veghel, en Brabante Septentrional, para compartir una jornada especial con las Hermanas Franciscanas en el Barrio del Monasterio. Para la ocasión, la monarca eligió vestirse de blanco y optó por un look sencillo y relajado con el que volvió a reafirmar su compromiso con el medio ambiente como una de las máximas impulsoras de la moda circular.
Este martes, Zorreguieta visitó el Kloosterkwartier (Barrio del Monasterio) en la localidad de Veghel. “Inspirados por la filosofía de las Hermanas Franciscanas, asociadas a Veghel desde hace 180 años, se desarrolló allí una nueva zona residencial por iniciativa propia, priorizando el cuidado mutuo. Se establecieron instituciones sociales y se construyeron nuevas viviendas para personas con y sin necesidades de cuidado”, indicaron desde la casa de Orange-Nassau. Durante la jornada, la monarca mantuvo conversaciones con las diecinueve hermanas que viven allí, visitó la lavandería, la sala de billar y la capilla, recorrió un complejo en el complejo de apartamentos y charló con los vecinos.
En cuanto a su vestimenta, Máxima Zorreguieta optó por estar cómoda y relajada, pero sin perder el glamour que la caracteriza. Lució un conjunto de blusa blanca de mangas abullonadas con encaje de Tory Burch y una falda midi plisada haciendo juego. En lugar de sus clásicos stilettos, optó por unas sandalias de taco abiertas en color marrón y una cartera haciendo juego. En cuanto a las joyas, incluyó unos aretes dorados, varias pulseras y su clásico reloj. Al cabello lo dejó suelto y prolijamente peinado hacia un costado.
A lo largo de los años, Zorreguieta reafirmó que no es necesario estrenar una prenda nueva en cada evento, al contrario, una misma pieza puede adaptarse según las circunstancias. Y esta vez volvió a demostrarlo. A este outfit total white lo usó en julio de 2023 para la tradicional sesión de fotos familiar de verano con su marido, el rey Guillermo Alejandro, sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane y su perro Mambo. En dicha ocasión posaron en la playa de La Haya frente al Mar del Norte y en lugar de sandalias abiertas, optó por unas plataformas de yute para caminar por la arena con mayor comodidad.
Esta no fue la única actividad que realizó la monarca esta semana. Además de asistir al Gran Premio de Países Bajos junto a su familia, el martes estuvo en las localidades de Amstelveen, Ouderkerk aan de Amstel y Hilversum en la provincia de Holanda Septentrional. Durante su visita, se abocó a las actividades de infraestructura y se interiorizó en la aplicación de la circularidad. Se subió a las máquinas y aprendió sobre sus funciones, conversó con los operadores y hasta se sacó selfies.
Durante la jornada, demostró que no es solo una mera espectadora y que no tiene inconvenientes a la hora de “sacarse la corona”. Para las recorridas, tuvo que ponerse sobre la ropa un equipo especial: un casco blanco, chaleco y pantalón anaranjado fluorescente y zapatos especiales para estar protegida. Si bien por su seguridad respetó el código de vestimenta, no perdió el glamour. Debajo llevó un look formal pero relajado: una blusa verde de mangas amplias de Natan Couture, un pantalón rosa, un par de sus clásicos stilettos verdes de Gianvito Rossi, un clutch, anteojos de sol y aretes colgantes.