Qué ocurrió dentro de Evin, una de las prisiones más infames de Irán

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“Para mí, el infierno no fue el momento en que Israel atacó; el infierno fue el momento en el que no nos abrieron la puerta (de la celda)”, declaró a la BBC Motahareh Goonei, una activista política que se encontraba en régimen de aislamiento en la prisión de Evin en el momento de un ataque israelí. Goonei había sido detenida diez días antes luego de publicar un mensaje en su cuenta de X en el que criticaba al gobierno iraní.

El 23 de junio, en las últimas horas de la guerra de 12 días entre Irán e Israel, el ejército israelí atacó una de las cárceles más infames de Irán: la prisión de Evin. Las imágenes satelitales, los testimonios de testigos presenciales y las grabaciones verificadas obtenidas por el servicio persa de la BBC revelan nuevos detalles del ataque y de las personas que murieron.

La BBC verificó de forma independiente las identidades y las circunstancias que rodearon la muerte de tres de las víctimas del ataque, entre ellas un prisionero iraní-estadounidense, a través de entrevistas con sus familiares. Hasta ahora, las autoridades iraníes solo revelaron los nombres y las identidades del personal de la prisión.

El complejo de alta seguridad, situado en el extremo norte de Teherán, la capital iraní, albergó a miles de prisioneros políticos durante el último medio siglo, tanto antes de la revolución de 1979 como bajo las actuales autoridades gobernantes del país. Ese día de junio, la prisión de Evin se convirtió en el escenario del ataque israelí más mortífero en suelo iraní en cuanto a víctimas civiles.

Las autoridades iraníes afirman que murieron 80 personas, entre ellas personal penitenciario, reclusos, trabajadores sanitarios, visitantes y residentes de los barrios cercanos. En un informe publicado el 14 de agosto, Human Rights Watch afirmó que los ataques aéreos israelíes contra el complejo penitenciario iraní de Evin fueron indiscriminados e ilegales y constituyeron un aparente crimen de guerra.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que el motivo del ataque contra la prisión de Evin fue que las instalaciones se estaban “utilizando para operaciones de inteligencia contra Israel”.

Motahareh Goonei recuerda el momento en el que las explosiones sacudieron el recinto: “Cuando oí la tercera explosión, supe que no había salida. Golpeé la puerta con todas mis fuerzas, pero no se abría. Pensé: este es el fin de tu vida, despedite”.

El 15 de julio, Motahareh Goonei fue puesta en libertad provisional bajo fianza.Contenido generado por los usuarios

Liberada de su celda por otro prisionero, Motahareh Goonei salió tambaleándose entre un humo espeso y asfixiante. Goonei afirma que los guardias de la prisión intentaron inicialmente impedir que los reclusos escaparan, y que algunos interrogadores incluso los amenazaron.

Sin embargo, en unas escenas que ella describió como “horribles pero humanizadoras”, los prisioneros se apresuraron a ayudar a los guardias heridos, tranquilizando a una oficial que estaba en pánico y vendando las heridas de un interrogador que lloraba.

Otros reclusos de otra sala se apresuraron a ayudar a los médicos y enfermeras atrapados en la clínica de la prisión. Saeedeh Makarem, una de las médicas de Evin que resultó gravemente herida en el ataque, escribió más tarde en Instagram lo sucedido: “Los mismos prisioneros a los que una vez traté me salvaron la vida”.

Otra mujer recluida en Evin, que habló bajo condición de anonimato por temor a su seguridad, describió el momento del ataque a la BBC: “Al principio hubo varias explosiones en rápida sucesión, y el ruido duró unos dos minutos. Inicialmente nos quedamos en nuestras camas porque las ventanas se habían roto, luego nos vestimos y todos ayudamos a bajar a las mujeres mayores. Nadie de la prisión nos ayudó, nos cerraron la puerta y nos dijeron que no podíamos salir”.

El análisis de la BBC indica que Israel atacó Evin con al menos seis proyectiles, dañando por lo menos 28 edificios dentro del complejo.

Basándose en imágenes satelitales, la BBC identificó seis puntos en la prisión de Evin que probablemente fueron atacados.MAXAR

Las FDI afirman que llevaron a cabo un “ataque selectivo” contra “un símbolo de la opresión del pueblo iraní” y aseguran que se tomaron medidas para minimizar los daños a la población civil. Sin embargo, un familiar de un prisionero político que llegó a visitarlo pocos minutos después de las explosiones dijo que “los que salían de la prisión decían que había cadáveres por todas partes. Algunos reclusos habían salido, pero ninguno intentaba escapar, solo estaban aturdidos”.

Las autoridades iraníes afirman que 75 reclusos huyeron durante el caos. Algunos fueron capturados posteriormente o regresaron voluntariamente.

Las autoridades iraníes afirman que de las 80 personas fallecidas en el ataque, 42 eran funcionarios de la prisión y cinco eran reclusos. Sus nombres no fueron revelados. El servicio persa de la BBC confirmó que Masoud Behbahani, ciudadano con doble nacionalidad iraní y estadounidense, era uno de estos reclusos. Había sido encarcelado por delitos financieros.

Su familia recibió versiones contradictorias sobre su muerte por parte de la Organización Penitenciaria Iraní: o bien se cayó durante el ataque y sufrió un infarto, o bien sufrió un infarto durante la evacuación, seguido de un coma mortal tras un retraso en el tratamiento.

De izquierda a derecha: Arvin Mohammadi, Mehrangiz Imenpoir y Masoud Behbahani (profesor iraní-estadounidense). Estas tres personas se encuentran entre los fallecidos cuya identidad pudo confirmar la BBC.BBC / Contenido generado por los usuarios

Arvin Mohammadi, de 37 años, murió en el edificio administrativo mientras pagaba la fianza para la liberación temporal de su padre, según contó su esposa a la BBC. Mehrangiz Imanpour, de 61 años, una destacada artista y pintora cuya casa estaba cerca de la prisión de Evin, es otra de las víctimas cuya identidad pudo confirmar la BBC.

Reza Khandan Mahabadi, reconocido escritor iraní y exesposo de Imanpour, declaró a la BBC que esta murió por la matralla de la explosión ocurrida cerca de la entrada de la sala de visitas de la prisión, en el lado norte del recinto. Debido a la fuerza de la explosión, su cuerpo fue hallado fuera del perímetro del recinto.

Entre las demás víctimas mortales del ataque se encontraban la madre de un niño de un año, un filántropo que visitaba la prisión para gestionar la liberación de un prisionero, cinco trabajadores sociales, 13 jóvenes reclutas militares y el hijo de 5 años de uno de los trabajadores sociales.

Tras el ataque a la prisión de Evin, se desconoce la suerte que corrieron los prisioneros transgénero. Algunos medios de comunicación afirmaron que habían muerto 100 reclusos transgénero, pero la investigación del servicio persa de la BBC revela que esto no es cierto. Reza Shafakhah, un abogado iraní que estuvo siguiendo la situación de los reclusos transgénero, declaró a la BBC: “Existe una gran preocupación por su situación. Nadie sabe dónde se encuentran ahora”.

El lugar de impacto de uno de los misiles israelíes en el edificio administrativo de la prisión de Evin, donde murió un gran número de personas.Getty Images

Israel alegó que la prisión se estaba utilizando para “operaciones de inteligencia contra Israel, incluido el contraespionaje”, pero no respondió a las preguntas de la BBC sobre los objetivos exactos o las armas utilizadas, ni sobre si previó la muerte de civiles.

Un mes después del ataque, Amnistía Internacional publicó un informe sobre el incidente. “Dirigir ataques contra objetivos civiles está estrictamente prohibido por el derecho internacional humanitario. Llevar a cabo tales ataques a sabiendas y de forma deliberada constituye un crimen de guerra”, afirmó Erika Guevara Rosas, directora senior de Investigación, Defensa, Política y Campañas.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU declaró que Evin “no era un objetivo militar” y que el ataque violaba el derecho internacional humanitario. Tom Dannenbaum, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Tufts, declaró a la BBC que cada sección de la prisión debería evaluarse en función de su relevancia militar. Según la información disponible, afirmó, todas las víctimas mortales eran civiles: guardias, reclusos, visitantes y residentes locales.

Imagen de los momentos posteriores al ataque israelí.Getty Images

Luego del ataque israelí a la prisión de Evin, las instalaciones fueron evacuadas por completo por primera vez. Tras el despliegue de un gran número de fuerzas de seguridad, los reclusos, entre los que se encontraban disidentes políticos, declararon a la BBC que fueron trasladados por la fuerza y de forma violenta a otros lugares, con los guardias utilizando esposas y grilletes.

Las reclusas fueron enviadas a la prisión de Qarchak y los hombres a la prisión de Teherán Bozorg (Fashafuyeh), ambas situadas en el desierto al sur de Teherán. El poder judicial iraní anunció, 45 días después del ataque, que los detenidos regresaban a Evin, en medio de acusaciones de los reclusos y de organizaciones de derechos humanos de nuevos actos de violencia y humillación contra los prisioneros políticos.

Algunos reclusos dijeron a la BBC que se les ordenó que se pusieran esposas en las manos y las piernas y, al negarse, fueron rodeados por los guardias, obligados a salir de los vehículos y sometidos a agresiones físicas. Los detenidos de edad avanzada resultaron heridos y algunos fueron esposados mientras yacían en la calle.

Los funcionarios judiciales iraníes negaron haber agredido físicamente a los prisioneros o haberles puesto esposas en las manos y las piernas. Algunos reclusos denuncian que esta brutalidad, que se produjo tanto durante la evacuación como después de que fueran devueltos a la prisión de Evin, se dirigió precisamente contra aquellos que, a pesar de tener la oportunidad de escapar durante el bombardeo israelí, decidieron no huir y, en cambio, se apresuraron a ayudar a rescatar a las personas que habían quedado atrapadas bajo los escombros.

El servicio persa de la BBC está prohibido en Irán por el gobierno, y hasta ahora los funcionarios iraníes no respondieron a nuestras solicitudes de comentarios o entrevistas.

Por Farzad Seifikaran