Campaña y medidas, aunque también puede entenderse como medidas y campaña. La administración de Axel Kicillof hizo una serie de anuncios económicos y fiscales cuya argumentación golpeó directo al gobierno nacional.
Cuando faltan menos de dos semanas para la elección bonaerense del 7 de septiembre, el gobernador avanzó con una determinación que llega desde ARBA, el fisco provincial. El organismo encabezado por Cristian Girard decidió suspender las medidas cautelares hasta fin de año.
“Esta suspensión se enmarca en el paquete de medidas de alivio y acompañamiento al sector productivo que anunció el gobernador Axel Kicillof“, sostuvo Girard. Durante la presentación de ese grupo de anuncios, el exministro de Economía kirchnerista lanzó críticas: “Hablaban de poner clavos en ataúdes, cruces en tumbas, pero lo que está enterrando Milei es la producción, la industria y el trabajo nacional”.
La suspensión implica que no se trabarán embargos a cuentas bancarias. Sin embargo, fuentes del gobierno bonaerense aclararon que las obligaciones tributarias continúan vigentes, “aunque sin la aplicación de medidas que afecten al capital de trabajo”.
Las autoridades indicaron que la economía provincial, dependiente en gran parte de la industria, cayó 0,7% entre enero y mayo de este año frente al mismo período de 2023. “La industria bonaerense perdió 10% de su capacidad de producción”, señalaron.
De esta manera, los funcionarios que responden a Kicillof comenzaron a marcar un quiebre desde la llegada al poder de Javier Milei.
Según datos del Ministerio de Producción bonaerense, la construcción retrocedió 23,1% entre enero y mayo de 2025 frente a 2023, siendo el sector más golpeado. Luego le siguieron la industria (-9,9%) y el comercio (-6,1%). A diferencia de ellos, el agro creció 40,9%, atribuido por la administración bonaerense al efecto sequía durante el último año de Sergio Massa en el Ministerio de Economía nacional.
Más allá de los números de actividad, la gestión bonaerense buscó remarcar contrastes con el Gobierno nacional. Criticó el ajuste, las tasas de interés y el nivel de actividad económica; negó que el dólar flote al considerar que “está planchado”, pero ponderó la previsibilidad que trajo la desaceleración de la inflación.
Pese a ello, destacaron que el consumo retrocedió 9% interanual en julio, según datos del Banco Provincia. Estos números se relacionan con el peso creciente de los servicios en la canasta familiar: en 2023 representaban 5,9% y en agosto llegaron a 12,6%.
Estos guarismos contrastan con los difundidos por la consultora Scentia, que registró un aumento intermensual del 4% en julio y un avance acumulado del 0,8% en 2025.
Fuera del consumo de los hogares, los números de Kicillof también reflejaron endeudamiento de pymes: el nivel de morosidad se duplicó en lo que va de 2025, al pasar de 0,9% a 1,9%.
Las estadísticas bonaerenses van en sentido opuesto a los datos del Gobierno nacional, que exhibe superávit financiero, salida del cepo cambiario para personas, desaceleración de la inflación y descenso de la pobreza.
Sin embargo, en las últimas semanas el debate por el nivel de actividad económica quedó en el centro de la escena. Según el Indec, en junio la economía cayó 0,7% contra mayo, lo que parece frenar el repunte iniciado en el segundo semestre del año pasado.
De aquí en adelante, las proyecciones están atravesadas por la suba de tasas de interés, dispuesta por el Gobierno para absorber pesos y quitar presión al dólar.
“En el caso actual, creemos que esta suba de tasas va a ser transitoria, porque las elecciones serán muy favorables para LLA [La Libertad Avanza]”, posteó el ministro de Economía, Luis Caputo.
“Podría haber algún impacto en el nivel de actividad en el corto plazo, pero debiera recomponerse rápidamente después de las elecciones”, concluyó.
Así, las decisiones económicas entraron de lleno en el tramo final de la primera elección bonaerense. El primer round será el 7 de septiembre y el segundo, para las legislativas nacionales, el 26 de octubre.