Pese a que destacaron los gestos del Gobierno hacia el campo y reconocieron el acercamiento del presidente Javier Milei con el sector, los titulares de la Mesa de Enlace remarcaron que los desafíos de fondo todavía están pendientes: infraestructura, conectividad y una profunda reforma impositiva y laboral que permitan liberar todo el potencial productivo de la Argentina. Las entidades coincidieron en que el cambio de rumbo económico es claro, aunque todavía falta. Afirmaron que la Argentina necesita reformas estructurales, tanto tributarias como laborales, que proporcionen un marco de competitividad real.
En la 10ª edición de Negocios del Campo, el evento organizado por LA NACION, los presidentes de las organizaciones rurales participaron de un panel que analizó la situación del agro. Allí estuvieron Nicolás Pino (Sociedad Rural Argentina), Carlos Castagnani (Confederaciones Rurales Argentinas), Andrea Sarnari (Federación Agraria Argentina) y Lucas Magnano (Coninagro). La moderación estuvo a cargo de la periodista Viviana Valles.
Los dirigentes rescataron la baja permanente de retenciones anunciada por Milei en la última Exposición Rural de Palermo y concretada luego por su equipo económico, pero al mismo tiempo advirtieron que, para consolidar ese gesto, se necesitan políticas de infraestructura, que se bajen los impuestos y reglas claras que den previsibilidad.
“No es solo una cuestión de paciencia, sino de tiempo y de espalda para soportar malos momentos. Hay productores que la tienen y otros que no. Pero si no empezamos a transitar un camino con oportunidades, nunca lo vamos a lograr. La infraestructura es parte de ese camino que necesita la producción”, planteó Sarnari.
La dirigenta subrayó que la falta de infraestructura es un límite estructural. “De nada sirve duplicar la producción si después no tenemos cómo sacarla. Esto lo necesitamos los productores, pero también la Argentina, si quiere posicionarse en el mundo”, señaló.
En esa misma línea, Pino valoró la reducción de retenciones como un paso en la dirección correcta: “Impactaron bien, con entusiasmo porque dan previsibilidad. Ese es un insumo clave para que el productor invierta. El camino está marcado, ahora hay que seguir trabajando en búsqueda de terminar con los impuestos distorsivos como es este derecho de exportación. La quita de impuestos es algo importante y es lo que va entendiendo el Gobierno y nos va escuchando y así se van tomando decisiones. Quizás uno esperaba siempre más porque la necesidad es grande, pero hay que saber adaptarse a la situación que está viviendo la Argentina y este proceso de cambio que viene, eso necesita tiempo, el camino está marcado hacia a dónde vamos, ese es el camino virtuoso que necesita la Argentina”.
Recordó que “cuando el productor tiene reglas claras, rápidamente invierte en fertilizantes, en tecnología o en ampliar superficie”. Por eso consideró que las señales positivas deben profundizarse con una reforma tributaria integral.
Sarnari, por su parte, volvió sobre el desafío de la diversidad productiva. “Cada vez somos menos los pequeños y medianos productores. Hay concentración y debemos trabajar para que no se siga dando. El gran objetivo es que nadie quede afuera”, sostuvo.
En ese sentido, Magnano puso el acento en la necesidad de pensar a largo plazo ydijo que, pese a que el Gobierno quitó, por ejemplo, las retenciones a las economías regionales, el semáforo de muchos de estos sectores todavía está en rojo. “Hacen falta muchísimas cosas. Vemos con buenos ojos varias de las medidas que se han tomado, sobre todo la liberación de exportaciones y la quita de aranceles, pero falta buscar nuevos mercados para el vino, por ejemplo. La ganadería es un ejemplo de un proyecto de años. No podemos seguir con parches. Hace falta una mirada estadista”, indicó.
El dirigente cooperativista señaló que, si se dan las condiciones adecuadas, la Argentina podría volver a tener una explosión productiva. “Pasamos de 30 a 90 millones de toneladas; hoy deberíamos estar pensando en 200 o 300 millones. Pero, con la infraestructura actual, colapsaríamos”, advirtió.
“Hace falta logística, rutas y conectividad. También acuerdos comerciales que hoy no tenemos”, señaló, al tiempo que remarcó que “los milagros no existen” y que el reacomodamiento económico llevará tiempo.
Castagnani coincidió en la urgencia de la infraestructura. “El 90% de nuestra producción se transporta por ruta, y muchas están destruidas. Además, los caminos rurales son tan importantes como las rutas nacionales, porque de allí sale toda la producción”, dijo.
El dirigente reclamó la puesta en marcha de un plan integral de obras. “Necesitamos rutas, caminos rurales y un sistema ferroviario que alivie la carga en las carreteras”, enfatizó.
Sarnari también denunció el mal manejo histórico de los recursos. “Hubo mucha desidia en el manejo de los fondos. Se cobran tasas que deberían ir a la infraestructura y nunca se ven reflejadas. No es solo bajar impuestos, sino direccionar bien los fondos y que se vuelquen donde tienen que ir”, advirtió.
En coincidencia, Pino señaló: “La infraestructura es uno de los casos más escandalosos de corrupción. Pagamos tasas por servicios que nunca se prestan. Es hasta obsceno, estamos acostumbrados a que nos maltraten”.
Otro tema abordado fue la apertura de la barrera sanitaria de la carne vacuna (los cortes planos como el asado) a la Patagonia. Sobre esto, Castagnani expresó: “Estamos a mitad de camino. Tenemos que defender a los productores ovinos patagónicos, que sostienen un territorio muy difícil y hoy ven cerrado el mercado con Chile. Debemos trabajar todos juntos para solucionarlo”.
En cuanto al presente de la ganadería, Pino se mostró optimista. “Hace tiempo vivimos un gran momento, con valores que permiten reinvertir. El criador hoy atraviesa una etapa positiva, algo que hacía años no pasaba”, destacó. Sin embargo, señaló que el desafío es crecer en índices de productividad: “Necesitamos mejorar preñez, destete y kilos de carne para pasar de 3 a 4 millones de toneladas anuales. Para estose requieren créditos amables, accesibles, porque muchos productores se comieron su capital de trabajo”.
El dirigente de la SRA también advirtió sobre la crisis de la ganadería ovina. “En la Patagonia la lana vale menos y la carne también. Se están desprendiendo de animales. Hay que trabajar en impuestos y en mercados para que el negocio vuelva a ser rentable”, reclamó.
En otro orden, reveló, además, su cercanía con Milei. “Tenemos un grado de amistad que nos permite hablar de muchas cosas desde otro lugar. Fue uno de los primeros en decir que las retenciones eran un impuesto obsceno”, recordó.
Al cierre del panel, los cuatro dirigentes imaginaron el futuro del agro. “Un campo más potente, con más tecnología, con muchos productores y con rentabilidad que permita que los jóvenes vuelvan al interior”, resumieron.
Coincidieron, también, en que “ganar dinero trabajando honestamente no debe ser una mala palabra” y que el futuro del sector dependerá de la capacidad del Gobierno para avanzar en una reforma tributaria y laboral profunda. “El campo siempre está listo”, concluyeron los representantes de la Mesa de Enlace.
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