Con 150 entrevistas focalizadas y 5000 encuestas digitales en la Argentina, Chile, Colombia, México y Perú, la principal conclusión de un estudio realizado de manera conjunta entre la consultora Michael Page junto a WeWork es que, aunque algunas empresas mantienen modelos híbridos, la tendencia general apunta hacia un retorno progresivo a la oficina.
El 48% de los encuestados está en un esquema 100% presencial a diferencia de 2023, cuando solo el 16% de las personas que participaron en el estudio se encontraba en esta modalidad. El 9% trabaja solo de manera remota, hay otro grupo reducido que puede optar por ir a la oficina alguna vez y el 35% restante se encuentra en modalidad híbrida: el 12% acude solo un día de manera presencial, el 31% va dos días a la oficina y el 57% restante, tres o más días a la oficina. “La fuerza laboral tiene poca capacidad de elección en cuanto a ello, pues en la mayoría de los casos, es una política establecida por parte de las empresas”, consigna el estudio.
Según el informe Talent Trends 2024 de PageGroup, alrededor del 37% de las personas en el mundo están acudiendo a la oficina con mayor frecuencia que hace doce meses. Se debe, en general, a que las políticas internas de las compañías han cambiado o se han vuelto más estrictas, seguido por el incremento de reuniones presenciales.
Miguel Carugati, managing director para la Argentina & Uruguay de PageGroup, explica a LA NACION que en la Argentina la modalidad que predomina hoy es el esquema híbrido. “Una de cada cinco firmas trabaja 100% del tiempo presencial, mientras que una de cada cinco empresas trabaja el 100% virtual. Las otras tres utilizan algún tipo de esquema híbrido”, dice.
La presencialidad va en ascenso. “Durante los años marcados por el Covid-19 nos fuimos todos a la modalidad virtual y ahí aprendimos a ser productivos, a trabajar responsablemente, tengamos o no tengamos mecanismos de control. Sin embargo en los últimos 12 meses, pero sobre todo en los últimos 6 meses, se ve un retorno fuerte a la oficina”, asegura Carugati.
El ejecutivo señala que “la ocupación del real estate para oficinas ya está en niveles prepandemia», y agrega: “Los precios no paran de subir. También se ve en el transporte público y en el tráfico en general. Esto indica que el retorno ya se siente en la calle».
Esta contraola, refiere, comenzó cuando los bancos de inversión en Estados Unidos empezaron a ver una merma en la productividad con el home office. Entonces empezaron a pedir, ya desde hace tiempo, que la gente se incorpore más días y hasta full presencial, señala. Además, agrega que los valores de la organización son muy difíciles de mantener desde la virtualidad y muy fáciles de ver, palpar y transmitir cuando uno se ve todos los días. “Yo creo que esos son los ejes que compiten cuando uno piensa en presencial versus virtual”, concluye.
La visión de los colaboradores
El 54% de las personas que participaron en el estudio prefiere trabajar en modalidad híbrida. De ellas, el 55% quiere ir entre uno y dos días a la oficina, mientras que el 45% prefiere asistir tres o más días. El 59% de los encuestados argentinos se sienten cómodos con esta modalidad, específicamente con dos días de asistencia en la oficina. Incluso, la mayoría de la muestra argentina no aceptaría un modelo que no fuera híbrido.
Estos resultados son similares a los que arroja Talent Trends 2024 – The Expectation Gap, de PageGroup, que indica que el regreso a la presencialidad es una tendencia que continúa en crecimiento.
Más allá de si es con mayor o menor frecuencia, el 67% de los encuestados indica que ir a la oficina ha afectado su vida de manera positiva, mientras que el 33% sostiene que el impacto ha sido negativo.
Claudio Hidalgo, presidente de WeWork Latinoamérica, analiza la situación. “Hoy la discusión de volver o no al espacio de trabajo tiene un gap entre el liderazgo de las empresas y sus colaboradores. Las firmas aseguran que en la oficina la gente es más productiva, en cambio los colaboradores entienden que son más productivos estando en su casa, trabajando de manera remota”, distingue. “En la medida en que estos dos puntos de vista no se encuentren, la vuelta a la oficina termina siendo forzada por las políticas internas de las compañías y esto puede traer desmotivación”, añade.
Según el estudio, las personas que consideran que la presencialidad los ha afectado de manera positiva dicen que se debe a tres factores: mejor balance vida-trabajo, mejor dinámica de equipo y mayor productividad. Las que prefieren la modalidad virtual aseguran que se pierde el tiempo en traslados, hay menor balance vida-trabajo y menor productividad.
Según el trabajo realizado por ambas compañías, el índice de tráfico de TomTom, que evalúa la congestión vial en 500 ciudades, clasifica a Buenos Aires como la ciudad número 232 con mayor congestión vial; seguida por Rosario en el lugar 303. Además, también estima que los habitantes de Buenos Aires pasan 90 horas en las llamadas “horas pico” al año, comparado con las 70 y 60 horas que pasan los de Rosario y Córdoba, respectivamente.
El ejecutivo de WeWork recomienda que la vuelta a la oficina tenga un propósito. “Si el colaborador en su casa tiene videollamadas y cuando llega a la oficina tiene las mismas llamadas por video, se empieza a cuestionar para qué vine. El propósito de venir a la oficina tiene que rediseñarse. Los espacios deben estar pensados para compartir tiempo de calidad», añade.