Repentino avance militar de Rusia en una zona estratégica de Ucrania, justo antes de la cumbre Trump-Putin

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PARÍS.– A tres días de la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska, el ejército ruso realiza un importante avance en Donetsk, en el este de Ucrania, que amenaza las dos últimas aglomeraciones de la zona aún bajo control ucraniano. Esa evolución del frente se produce en el peor momento para Kiev, que niega esos “avances”, aunque reconoce “infiltraciones” en las ciudades de Pokrovsk y Dobropillia.

El estado mayor desplegará “fuerzas (…) y recursos adicionales [para] la detección y destrucción de grupos de sabotaje enemigos que penetran detrás de la línea de defensa en dirección de Pokrovsk”, ubicada en el Oblast de Donetsk, anunció el vocero del órgano militar, Andriy Kovalov. Según el grupo operativo estratégico de las tropas ucranianas del Dnipro, se trata de penetraciones de pequeños grupos a través de la primera línea de defensa, “pero no de una conquista de territorios”.

El mapa interactivo Deepstatemap.live reveló anteayer, sin embargo, un avance de 17 kilómetros ­—probablemente realizado uno o dos días antes por la infantería rusa— hacia los pueblos de Zoloty Kolodiaz y Hrouzke. En el marco de la ofensiva rusa iniciada en la primavera boreal, caracterizada por su lentitud y por importantes pérdidas humanas y materiales, esa penetración adquiere un aspecto preocupante para la llamada “batalla del Donbass”, porción del este ucraniano que las fuerzas de Kiev intentan recuperar desde la invasión rusa, hace poco más de tres años.

Los bomberos ucranianos extinguen un incendio en un edificio residencial en el lugar de un ataque con drones rusos en la ciudad de Bilozerske, región de DonetskGENYA SAVILOV – AFP

Según fuentes militares, actualmente se libran combates en una decena de pueblos, algunos de los cuales bloquean los accesos septentrionales de Pokrovsk, como Krasnyi Lyman. La ciudad industrial y su pequeña hermana Myrnograd, ex centro logístico clave, ven hoy cerrarse sobre ellas una peligrosa tenaza por el sur y sobre todo por el norte.

“No se puede hablar de cerco táctico porque dos ejes importantes todavía permiten a los ucranianos salir de la ciudad, pero están bajo fuego enemigo. Esto es lo que los rusos llaman un cerco operacional”, precisa un oficial superior francés bien informado sobre el conflicto ucraniano. “La tenaza no está cerrada, pero el cuello de botella ya solo tiene 8 kilómetros de ancho”, precisa.

Al mismo tiempo, los primeros grupos de choque y asalto rusos estarían presentes en el corazón mismo de la ciudad, esta vez por el sur.

“Pokrovsk se acabó”, desliza otra fuente militar europea, precisando que no se puede saber exactamente cuándo caerá definitivamente la ciudad.

“Para restablecer la situación, los ucranianos deben expulsar los destacamentos rusos de Pokrovsk y poder respirar abriendo las mandíbulas de la tenaza rusa. Pero no tienen reservas suficientes para eso”, asegura.

Lo peor, sin embargo, estaría en otro lugar. Porque, en su avance de las últimas 48 horas, los rusos habrían perforado la nueva línea de fortificación establecida por los ucranianos desde hace más de un año en previsión de un posible avance enemigo, y que se encuentra justamente detrás de Pokrovsk.

Desde hace dos años, el lento empuje ruso ha hecho caer progresivamente todas las fortificaciones que databan de la guerra de 2014-2015. Resistiendo firmemente, los ucranianos erigieron esas nuevas líneas de defensa para proteger las últimas ciudades del Donbass aún bajo su control, especialmente Kramatorsk y Sloviansk, pero también Dobropillia, 20 km al norte de Pokrovsk y Bilozerske, a 30 kilómetros.

Son precisamente esas líneas las que fueron perforadas y los combates tienen ahora lugar a las puertas de esas dos últimas ciudades. El fuego ruso ya alcanzaría la autopista entre Dobropillia y Kramatorsk, capital ucraniana del Donbass desde que Donetsk fue conquistada por los rusos en 2014. Según algunas fuentes, ya controlarían físicamente ese eje logístico clave.

Un miembro de las tropas ucranianas se sube a un vehículo blindado que se dirige a la línea del frente en la ciudad de Lysychansk , en la región de Donbass, en el este de UcraniaARIS MESSINIS – AFP

El problema es que esas nuevas fortificaciones ni siquiera bastarían para detener la ola rusa, porque se necesitan infantes para defenderlas.

“Las líneas de defensa ucranianas no están suficientemente protegidas, hay una crisis de efectivos. El frente dentado ofrece muchas oportunidades al atacante ruso, cuyos TTP (procedimientos técnicos y tácticos, NDR) resultan mucho más flexibles y eficaces”, describe una fuente militar francesa, que resume la situación recordando el viejo adagio militar: “No hay buenos muros sin buenos hombres”. Además, la penetración rusa se basa enteramente en la infantería, apoyada por motos o vehículos ligeros y rápidos para ganar velocidad, en lugar de fuerzas blindadas, que no pueden maniobrar debido a la saturación de drones. Según los militares existe una “desmecanización” parcial del campo de batalla, que deja el protagonismo a los infantes.

“Quizás estemos asistiendo a la primera penetración rusa en profundidad desde octubre de 2022”, señala una de las fuentes. En claro, por primera vez desde que la guerra en Ucrania se convirtió en una larga guerra de desgaste, la maniobra vuelve a ser posible a nivel local, que es precisamente el objetivo de la atrición: crear rupturas súbitas en el frente, a fuerza de desgastar al adversario.

“Es una débil señal que muestra que el ejército ucraniano corre el riesgo de colapsar”, teme un oficial superior.

A su juicio, esta penetración de 17 kilómetros podría cambiar la situación a nivel estratégico. Porque, no solo condena la ciudad de Pokrovsk, sino que abre un espacio de maniobra a los rusos para centrarse en los próximos meses en el norte del Donbass, esa región de aproximadamente 7 000 km² del oblast de Donetsk que aún resistía al invasor ruso, privando a Vladimir Putin de una victoria política, ya que la anexó en 2022 y hasta la fecha solo controla el 70%.

Según el Instituto Americano para el Estudio de la Guerra (ISW), “grupos de sabotaje y reconocimiento rusos se estarían infiltrando en zonas cercanas a Dobropillia”, aunque es “prematuro calificar los avances rusos como ‘ruptura operativa’”. La organización reconoce, sin embargo, que los próximos días serán “probablemente cruciales”.

Queda ahora por saber cómo reaccionarán los ucranianos. El conocido especialista en OSINT (investigación de fuentes abiertas, NDLR) llamado “Playfra” en X ya menciona el despliegue urgente de tropas para tapar la brecha, como la 92ª brigada de asalto, la brigada “Rubij” pero también el 1er cuerpo Azov, ambos pertenecientes a la Guardia Nacional. Una versión que confirmaría las declaraciones oficiales del estado mayor ucraniano.

“Frenar una penetración requiere medios y organización. Hasta ahora solo hemos visto unidades ligeras. Las próximas 36 horas serán cruciales”, advierte el general Olivier Kempf.

Soldados de la 148va brigada de artillería del ejército de Ucrania cargan munición en un M777 antes de disparar contra posiciones rusas en el frente, en la región ucraniana de ZaporiyiaEvgeniy Maloletka – AP

Pero el dilema para Ucrania sigue siendo sistémico: desproteger el frente en un lugar es correr el riesgo de crear un colapso localizado en otro.

“Los rusos se han convertido en maestros en el arte de activar una franja y luego otra, aplicando la lenta estrategia llamada de las ‘mil incisiones’. En otra parte del frente, los ucranianos están fijados e incluso retroceden peligrosamente, como en Kúpiansk, Limán o Kostiantynivka”, señala Kempf.

Esta peligrosa situación estratégica es la consecuencia directa de un balance de poder militar que se inclina a favor de los rusos. Hasta la fecha, Ucrania alinea un poco menos de 400.000 hombres en el frente, mientras que el volumen ruso roza los 700.000 soldados. En 2022, el balance era inverso, ya que Rusia había invadido Ucrania con menos de 200.000 hombres.

Esta avanzada rusa se produce en vísperas de la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska, el viernes 15 de agosto. Los avances militares rusos reforzarán, sin duda, la estrategia triunfadora del ocupante del Kremlin, quien tendrá aún menos interés en hacer concesiones si considera que puede obtener los mismos resultados por la fuerza.

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