MIAMI.– Agentes inmobiliarios y desarrolladores están viendo los primeros coletazos del efecto Mamdani: la huida de neoyorquinos adinerados tras la elección del socialista democrático Zohran Mamdani como su alcalde.
Cuando los ricos se mudan, no se van a cualquier región con bajos impuestos. No se mudan, por ejemplo, a Tennessee o Wyoming. Suelen mudarse a un solo lugar: Florida.
El gobernador Ron DeSantis mencionó, a modo de chiste, a Mamdani como “agente inmobiliario del año”, al sostener que sus políticas progresistas provocarían que los neoyorquinos adinerados se mudaran a Florida. El socialista promueve financiar programas sociales con impuestos más altos al igual que leyes para controlar alquileres y proteger inquilinos.
“El éxodo ya ha empezado, es 100% real. Hay mucha gente neoyorquina que son full newyorkers, aman su ciudad y se van a quedar ahí porque es su mundo. Pero hay mucha gente que ama su ciudad pero está hasta el tope, no soportan lo que está pasando. No solo son los state taxes —los impuestos estatales que Nueva York cobra y que Florida no tiene—. Si tienes negocio grande este hombre te va a controlar el negocio, específicamente si tienes real estate. Ya tienen cuatro o cinco años de ver a sus amigos que han venido a Miami, haciendo videollamadas, en barco, viendo el sol. Esta es la gota que rebalsó el vaso, ya no soportan más” aporta Angel Nicolas, fundador de The Nicolas Group, broker que opera en el mercado de ultra lujo.
El agente insiste en que la situación actual no es comparable a la del Covid. “Los que se mudan no es gente normal, son los más ricos que buscan lujo y ultra lujo. Son dueños de compañías que hacen mucha plata. La gente que tiene hijos grandes ya empezó a venir. Pero el movimiento mas grande va a pasar el año que viene, los niños están en la escuela y no se mudan ahora mismo. Estoy buscando casa para mucha gente, tengo como 15 a 17 familias que se quieren mudar para Miami pero tienen que esperar que se acabe la escuela, ya han aplicado para entrar el año que viene”, adelanta Nicolas.
Edgardo Defortuna, fundador de Fortune International, coincide. “Parte es percepción —que la gente va a empezar a mudarse cada vez más— y parte es realidad. Yo estoy en la junta directiva de una de las escuelas secundarias más importantes de Miami, y la demanda y las consultas para inscribir a los chicos han aumentado mucho por parte de familias de Nueva York después de la elección. Esto va a ser un proceso más lento que durante el Covid, cuando la gente tenía que escapar. Ahora se nota la intención de emigrar de estado, y una de las primeras cosas que uno evalúa es en qué escuela va a anotar a sus hijos”, resalta.
El empresario argentino señala además que varios de sus agentes comenzaron a viajar con mayor frecuencia a Nueva York para ofrecer presentaciones a potenciales compradores. “Definitivamente vemos una posibilidad importante de una nueva ola migratoria y una oportunidad de recibir gente. No solo para venir a pasar un tiempo en Miami, sino como mudanza definitiva”, sintetiza.
Los recién llegados a Florida buscan lo mejor del mercado, propiedades listas “para entrar y dejar el cepillo de dientes en el baño”. “Voy con mis compradores a ver casas de lujo de entre 6 y 8 millones de dólares, y tal vez no les convence, entonces suben la búsqueda por encima de los 10 millones. En general, lo que más se mueve está en el rango de 10 a 20 millones: esa es la demanda que veo en zonas como Miami Beach, Coral Gables y Coconut Grove. Se vende lo que tiene calidad excepcional; a los desarrolladores que se animaron a construir proyectos de ultralujo les está yendo muy bien”, aporta.
Defortuna señala que en las últimas semanas vio mucha actividad en el St. Regis de Sunny Isles, impulsada por su ubicación directa sobre la playa, y también en Brickell, especialmente en el Cipriani, que ya avanza por el piso 50 y ofrece una entrega más rápida que otros proyectos aún en etapa de preconstrucción. Todos los brokers coinciden en que también crece la demanda de quienes prefieren alquilar primero y luego evaluar con calma dónde comprar. “Se percibe un ambiente muy interesante de potenciales compradores que son usuarios reales, no especuladores”, resume Defortuna.
Para el Vice Presidente de YPX Realty, Carlos Montecalvo, el triunfo de Mamdani terminó de definir a muchos que estaban dudando de mudarse a Florida o Texas. “El triunfo de un demócrata socialista que quiere poner impuestos más elevados a personas que ganan más de un millón de dólares anual hizo que la gente dijera ya es hora de irnos. Entonces sí, hay un efecto Mamdani. Hemos recibido un incremento de consultas del 30% de gente de New York que consideran Florida un lugar para venir a vivir”, apunta Montecalvo. Además del clima agradable, y ventajas impositivas, Florida hoy tiene mejor infraestructura y evolucionó de una ciudad de vacaciones a una ciudad metropolitana.
El argentino Lucas Capurro, fundador de Pumayna, una desarrolladora de casas de lujo, asegura que ha tenido consultas de gente de Nueva York pero no puede catalogarlo como éxodo. “La tendencia hacia Miami ya venía impulsada por el clima, la calidad de vida y una ventaja impositiva muy marcada. Una persona que gana un millón de dólares por año puede quedarse con unos 110.000 dólares más viviendo en Miami que en Manhattan, por no pagar impuestos estatales ni locales. En la práctica no vemos un ‘éxodo’ desde Nueva York, sino una diversificación. Muchos compradores mantienen activos en la ciudad, que sigue siendo un mercado de enorme liquidez y atractivo global, y al mismo tiempo suman Miami como hub en crecimiento”, explica Capurro.
Además de las empresas y particulares que deciden instalarse por su cuenta en Miami, Montecalvo menciona una tendencia reciente: los headhunters están viajando a Nueva York para reclutar talento y ofrecer como incentivo la relocalización en Florida, un paquete que combina nuevas oportunidades laborales con el atractivo de mudarse.
Defortuna, por su parte, se muestra abierto a la llegada de neoyorquinos, pero admite preocupación por el rumbo de algunas medidas anunciadas por la nueva administración. “Nueva York es la capital financiera del mundo y no es bueno para el país que atraviese dificultades. Espero que sea algo temporario y que la gente tome conciencia de que todos tenemos que proteger esa ciudad”, advierte.
Nicolas observa que el talento joven que trabaja en stocks, trading y mercados de capitales sigue concentrado en Nueva York, pero nota que esa tendencia empieza a desplazarse hacia Miami, atraída por un estilo de vida más flexible. “Antes Miami era el playground —el lugar al que venían a divertirse— de la gente del norte; ahora viven acá. Se han mudado algunos de los más ricos del mundo, como Jeff Bezos o Ken Griffin. Esa gente no hace nada que no esté súper calculado: ellos saben lo que está pasando. El dinero sigue al dinero: si querés ser como ellos, querrás estar cerca de ellos. Y esa tendencia se mueve cada vez más hacia Miami. No creo que hoy estemos a la par de Nueva York como business hub, pero dale cinco a siete años más a Miami. Brickell ya parece Manhattan”, asegura.
Al comparar los precios del lujo en ambas ciudades, Nicolas también ve un margen claro. En la ubicación más exclusiva de Nueva York —como los nuevos edificios de Billionaires’ Row— el valor oscila entre 60.000 y 70.000 dólares por metro cuadrado. En Miami, incluso en las mejores zonas, los precios se ubican alrededor de 40.000 dólares el metro cuadrado, lo que mantiene un diferencial atractivo para quienes buscan relocalizarse. Un escalón por debajo, en los segmentos de lujo “alto pero no ultra”, la brecha se achica: mientras en el distrito financiero de Manhattan el metro cuadrado ronda los 30.000 dólares, en Brickell se mueve entre 20.000 y 25.000 dólares.