WASHINGTON.- En el primer test electoral de la segunda presidencia de Donald Trump, con contiendas en distintos estados que marcarán un termómetro sobre su gestión, los focos de Estados Unidos están puestos esta noche en la ciudad de Nueva York, donde el candidato demócrata socialista Zohran Mamdani, convertido en un enemigo político del mandatario republicano, busca ratificar su favoritismo en la encuestas.
En el primer resultado de la noche electoral, los demócratas lograron recuperar el estado de Virginia, que por primera vez tendrá una gobernadora mujer. Abigail Spanberger se impuso sobre Winsome Earle-Sears, del Partido Republicano, que hasta ahora gobernaba ese estado. La ventaja es de poco más de diez puntos.
Tras una campaña centrada en atacar las políticas de Trump, se convertirá en la primera mujer en gobernar ese estado. “Esta noche enviamos un mensaje”, dijo Spanberger en su discurso de victoria en Richmond, la capital de Virginia.
“Enviamos un mensaje a nuestros vecinos y a nuestros compatriotas estadounidenses en todo el país. Enviamos un mensaje al mundo entero de que en 2025, Virginia eligió el pragmatismo por encima del partidismo”, expresó la gobernadora electa, una exagente de la CIA. “Es el honor de mi vida”, añadió.
Los resultados de las elecciones a gobernador de Virginia —que se celebran un año después de las generales— suelen considerarse un indicador político de las contiendas en los comicios de mitad de mandato del año siguiente.
Este año concentraba un especial interés porque Virginia -estado vecino al Distrito de Columbia- es hogar de más de 300.000 trabajadores federales, muchos de los cuales se vieron afectados por la estrategia del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la administración Trump para recortar la fuerza laboral y por el actual cierre del gobierno federal (shutdown), que llegó a un récord de extensión (35 días) y que no tiene fin a la vista.
Los demócratas también esperan dar el golpe en la ciudad de Nueva York. Convertido en un fenómeno político dentro del Partido Demócrata, Mamdani, de 34 años, tiene como principal adversario al exgobernador Andrew Cuomo, quien se presentó como independiente y fue respaldado por Trump. Según las encuestas, el candidato de origen ugandés e identificado como musulmán llegó a los comicios con diez puntos de ventaja en intención de voto. Las urnas en Nueva York cierran a las 21 (hora local, 23 en la Argentina).
En caso de ganar la alcaldía para la principal ciudad norteamericana, cuna del propio Trump, Mamdani se perfila para continuar su ascendente carrera en el Partido Demócrata y convertirse en un contrapeso al líder republicano, cuando falta un año para las elecciones de medio término.
Este martes, luego de emitir su voto, el joven candidato fue consultado sobre las amenazas de Trump de reducir los fondos federales a “La Gran Manzana” si resultara electo. “Trataré sus palabras como lo que son: declaraciones de un presidente, no la ley del país. Nueva York necesita un alcalde que defienda a sus habitantes, no uno que los sacrifique para evitar enfrentarse al poder federal”, desafió Mamdani, calificado por el presidente como un “comunista”.
El hasta ahora representante de Queens en la legislatura estatal añadió que, en caso de ganar, empleará todos los medios legales disponibles “para asegurar que la ciudad reciba cada dólar que le corresponde”, y afirmó que no será “intimidado por Trump ni por nadie”.
El lunes por la noche, en un duro posteo en su red Truth Social, Trump advirtió que si Mamdani resultara electo era “muy poco probable que contribuya con fondos federales, salvo el mínimo exigido”, a su “querida primera ciudad”. Y amplió: “Con un comunista, esta ciudad que en su día fue grande no tiene ninguna posibilidad de éxito, ¡ni siquiera de sobrevivir! La situación solo puede empeorar“.
En ese mensaje, Trump había llamado a votar por Cuomo en detrimento del candidato republicano, Curtis Sliwa, al ser el exgobernador de Nueva York quien marchaba segundo en las encuestas de intención de voto.
De 67 años, Cuomo intentaba volver a un cargo público luego de renunciar a la gobernación hace cuatro años, tras una serie de acusaciones de acoso sexual a varias mujeres que él negó.
Mamdani, que alteró el panorama político neoyorquino con sus propuestas extremas, impulsó su candidatura al conectar con muchos votantes descontentos con la gestión de Trump y con el propio Partido Demócrata, al que le ha costado reacomodarse tras la amplia derrota electoral de hace un año.
En ese sentido, la jornada electoral de este martes era considerada como una gran oportunidad para la oposición para revitalizarse, en momentos en que, según varias encuestas, Trump enfrenta los niveles más altos de desaprobación a su gestión.
Mamdani construyó su candidatura con un fuerte uso de las redes sociales y con una campaña enfocada en cómo lograr que Nueva York sea un lugar más asequible para vivir. También defendió ideas como el transporte público gratuito, supermercados de alimentos gestionados por la ciudad y la guardería universal, a la vez que aboga por aumentar los impuestos a los residentes más ricos para solventar los planes sociales. En caso de ganar, se convertiría en el primer alcalde musulmán de la ciudad.
Según los analistas norteamericanos, en caso de que Mamdani ganara sería probable que las figuras del establishment demócrata que tardaron en respaldar su candidatura se enfrenten a más preguntas sobre su gestión al frente de Nueva York. Una victoria amplia supondría un mandato electoral para la visión de corte socialista que él y sus laderos han apoyado durante años.
Además, también quedaría en el foco la dinámica en la relación con el presidente, quien advirtió que Mamdani se enfrentaría a problemas con Washington “como ningún otro alcalde en la historia” de la ciudad. El joven candidato se autodenominó como “la peor pesadilla de Donald Trump”, y prometió hacerle frente.
En un Partido Demócrata que busca impulsar nuevas figuras que capten a norteamericanos desencantados, para muchos el ascenso de Mamdani resultó una bocanada de aire fresco. Sin embargo, también generó preocupación en otros sectores, en los que temen que los intentos del Partido Republicano por calificar a la oposición de extremista resulten más efectivos con un “demócrata socialista” al frente de la ciudad más poblada del país, con unos 8,5 millones de habitantes.
Además de la ciudad de Nueva York, otro duelo -la elección a gobernador en Nueva Jersey- también era seguido con mucha atención porque, como el de Virginia, su resultado podría empezar a marcar la pauta de la campaña para las elecciones de mitad de mandato del año próximo que redefinirán el Congreso, dominado por los republicanos.
La congresista Mikie Sherrill, de Nueva Jersey, un importante estado de la costa este, buscó aprovechar el disgusto de sus partidarios con la gestión de Trump para convertirse en gobernadora.
Con poco más del 30% de los escrutados, Sherrill, favorita en los sondeos, le saca una amplia ventaja al republicano Jack Ciattarelli en la elección para suceder al gobernador demócrata Phil Murphy.
En California y Pensilvania
Este martes también hay elecciones de distinta índole en otros estados. En California deciden sobre una nueva redistribución de distritos electorales que podría cambiar el control de la Cámara de Representantes, actualmente en manos republicanas.
La Proposición 50, impulsada por el gobernador demócrata Gavin Newsom, responde a la nueva redistribución de distritos electorales de Texas, aprobada por los republicanos en agosto, como parte de los esfuerzos de Trump por mantener el control republicano de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de mandato de 2026.
En tanto, en Pensilvania, un estado pendular clave a nivel nacional, el control de la Corte Suprema local está en juego: los votantes decidirán si mantienen a tres magistrados de la mayoría demócrata de 5-2 en el alto tribunal.