Rafael Grossi confirmó ante empresarios que quiere dirigir la ONU

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MAR DEL PLATA.- Rafael Grossi es argentino y director general del Organismo Internacional de Energía Atómica. Desde ese lugar le toca sentarse a la mesa de conversación con líderes globales de la talla de Vladimir Putin y Volodimir Zelenski para mantener la paz nuclear en el mundo. Sin embargo, desde esa plataforma busca dar un paso más: dirigir la ONU.

El funcionario se mostró crítico respecto del rol actual de Naciones Unidas. “No estamos dentro de la misma bolsa que los otros organismos internacionales, como la ONU, que tienen un desprestigio enorme”, disparó por videollamada desde Washington al momento de defender su ardua tarea ante los empresarios presentes en el 61° Coloquio de IDEA.

“Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos hubo un cuestionamiento muy fuerte sobre la utilidad y legitimidad de los organismos internacionales. Están cumpliendo 80 años, pero surgieron en un contexto determinado, y con el paso del tiempo el foco inicial se fue abandonando”, describió, y continuó: “En los últimos ocho meses hubo conflictos que llegaron a un cierto entendimiento, como en Gaza, que esperemos que se cumpla y donde nos estamos ocupando del tema nuclear, pero también está la disputa entre Azerbaiyán y Armenia, o entre Paquistán e India, entre otros. Y en todos estos conflictos hubo un común denominador: la ausencia de las Naciones Unidas en la resolución de conflictos”.

Ante esta definición, Sergio Suppo, director periodístico de Cadena 3 y moderador de la charla, le preguntó: “Me parece escuchar a alguien que tiene la convicción o la aspiración de ser candidato a ser presidente de Naciones Unidas. ¿Me equivoco?”. La respuesta fue contundente: “No se equivoca”.

Y rescató lo que cree que es la función vital de la ONU. “A veces me critican por hablar con Putin, pero justamente hay que tener diálogo. Se puede estar o no de acuerdo, pero no hay que cancelar. Esto es extrapolable a un plano superior. Naciones Unidas sigue siendo una plataforma indispensable pese a sus falencias. A pesar de tener el G20, los BRICS o el Grupo de Shanghái, la ONU es el lugar donde todos se sientan juntos con la necesidad de encontrar convergencias mínimas”, dijo con convicción.

Grossi también contó en qué consiste su trabajo actual. “Dirigir un organismo internacional es demandante y en nuestro caso es más urgente que en décadas pasadas. Estamos discutiendo qué va a pasar con el programa nuclear, hoy está acá [en Washington] Zelenski. Gestionar crisis internacionales de esta naturaleza y verificar las centrales nucleares en el mundo es complejo. Es absolutamente absorbente, pero fascinante”, describió.

En cuanto a la toma de decisiones, recordó que es un organismo técnico, que cuenta con mucho personal con características específicas, como inspectores e ingenieros. “Pero hay un diplomático al frente porque hay una dimensión política esencial debido a los conflictos. Se requieren capacidades que he adquirido gracias a la Argentina”, aclaró.

Y agregó: “Mi desafío es balancear la gestión de crisis con el trabajo diario. Hay un board al que respondo. La crisis implica viajar y no estar en Viena [donde está la sede central]. Vengo de India y ahora estoy en Washington, pero no debo dejar los temas. Es como jugar partidas simultáneas de ajedrez, en las que se va de mesa en mesa”.

Su función también tiene riesgos y le valieron amenazas por parte del régimen iraní. “Lo tomo como un costo que debo asumir y no me dejo amedrentar, de lo contrario no estaría cumpliendo con la tarea que debo cumplir”.

“¿En el próximo Coloquio vamos a hablar con usted como en su condición de secretario general?”, preguntó Suppo sobre el cierre de la charla. “Bueno, no sé. Si gano. Todavía no le gané a nadie”, respondió, y bromeó: “Hay que ver si les atiendo el teléfono”. El auditorio le despidió con un fuerte aplauso.