Un hijo de Benjamin Netanyahu reconoció a las Islas Malvinas como parte de la Argentina

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Yair Netanyahu, hijo del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, reconoció este martes por la tarde a las Islas Malvinas como parte del territorio argentino. El mensaje, publicado en X, llega pocos días después de que el Reino Unido -que mantiene un histórico litigio con la Argentina por la soberanía del archipiélago- validara la existencia del Estado palestino. Esa decisión había sido calificada por el propio premier israelí como “un enorme premio para el terrorismo”, en medio del conflicto que disputan Israel y la organización terrorista Hamas.

Un hijo de Benjamin Netanyahu reconoció públicamente a las Islas Malvinas como parte de la ArgentinaCaptura de Pantalla

“¡Reconozco las Islas Malvinas como parte de Argentina!”, escribió Yair en la plataforma del empresario Elon Musk. Su declaración fue celebrada por funcionarios y dirigentes vinculados al gobierno de Javier Milei. “Algo histórico está pasando mientras algunos fogonean el caos”, expresó Nahuel Sotelo, secretario de Culto.

Un hijo de Benjamin Netanyahu reconoció públicamente a las Islas Malvinas como parte de la ArgentinaCaptura de Pantalla

Agustín Romo, titular del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura bonaerense, expresó su gratitud: “El hijo del primer ministro de Israel, Yair Netanyahu, anuncia que reconoce a las Islas Malvinas como argentinas. Gracias, Yair”. Minutos más tarde recibió otra respuesta del israelí: las banderas de ambos países junto a un corazón.

Nacido en 1991, Yair Netanyahu es el hijo mayor de Benjamin Netanyahu y de Sara Ben-Artzi. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Interdisciplinaria de Herzliya y tuvo un breve paso por la oficina de prensa del gobierno israelí, donde llevó adelante tareas vinculadas con la diplomacia digital.

Yair Netanyahu, el hijo mayor del premier israelí Benjamin NetanyahuRed X

Aunque no ocupa ningún cargo oficial en la administración de su padre, se convirtió en una figura mediática por su actividad en redes sociales, donde suele difundir mensajes de fuerte tono político contra opositores, medios de comunicación y líderes internacionales. La declaración sobre las Malvinas se inscribe en esa dinámica.

Desde el inicio de su gobierno, Javier Milei situó la relación con Israel como uno de los pilares de su política exterior. Incluso antes de asumir, había manifestado públicamente su admiración hacia el Estado hebreo y su decisión de alinear a la Argentina con Estados Unidos e Israel en los principales foros internacionales.

Esa orientación marcó un cambio respecto de etapas anteriores, en las que la diplomacia argentina buscaba equilibrar sus vínculos con los países árabes y mantener una posición más distante del conflicto en Medio Oriente.

Cómo precisó LA NACION, el viaje oficial de Milei a Israel en febrero de 2024 constituyó un gesto central en este acercamiento. En esa visita, el mandatario recorrió lugares emblemáticos de Jerusalén, anunció su intención de trasladar la embajada argentina desde Tel Aviv hacia esa ciudad —una medida de fuerte contenido simbólico— y se reunió con Netanyahu, con quien compartió una agenda centrada en cooperación tecnológica y seguridad.

Javier Milei junto al Primer Ministro de Israel Benjamín NetanyahuPresi

En el plano bilateral, el gobierno argentino impulsó convenios también en áreas como defensa, ciberseguridad y agricultura de precisión. Israel, por su parte, manifestó su disposición a incrementar inversiones en el país, especialmente en el sector de tecnologías aplicadas al agua y la energía. Estos puntos coincidieron con la intención de Milei de modernizar la matriz productiva argentina y fortalecer lazos con aliados estratégicos.

La sintonía política entre ambos gobiernos se reflejó también en organismos internacionales. La Argentina acompañó a Israel en votaciones críticas dentro de Naciones Unidas y de la OEA, defendiendo posturas que buscaban condenar a Hamas y resaltar el derecho a la autodefensa israelí. Este alineamiento generó tanto respaldos como críticas de opositores consideraron que la Casa Rosada se alejaba de una histórica tradición.