La primera venta de reservas por parte del Banco Central (BCRA) dentro del esquema de bandas de flotación inaugurado el 14 de abril puede verse como el punto cúlmine de la acelerada pérdida de credibilidad que sufrió la política económica del Gobierno, tras dos meses de idas y vueltas en los manejos monetarios. Es algo que ya, por caso, venía preanunciando la escalada de la tasa de riesgo país, que saltó de 700 a 1200 puntos en apenas un mes.
Tal vez por caprichos del calendario llegó el día en que se oficializó que la actividad dejó de crecer desde hace unos meses y cuando el índice de precios mayorista alertó por segunda mes consecutivo que viene acelerando algo que, aunque con el consumo anestesiado, va a presionar sobre la inflación en los próximos meses. ¿Lo hará justo en la previa de la elección de octubre, cita a la que el Gobierno esperaba llegar con ese indicador marcando un nuevo piso? El director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, ya alerta que sus mediciones para el mes en curso la ubican “en torno al 2,5% o un poco más”.
Es parte de un combo que, en medio de una creciente incertidumbre política, quitó horizontes a la economía y deja ahora a operadores y analistas haciendo cuentas y tratando de adivinar qué pasa si la pulseada entre el BCRA y el mercado por el valor del dólar se sostiene o profundiza en las próximas semanas.
Es algo que no debe sorprender. Si bien el BCRA tiene reservas brutas en torno a los US$39.700 millones su tenencia neta –descontados los compromisos de corto plazo– sigue siendo negativa en más de US$7000 millones. Y aunque, gracias al último acuerdo con el FMI, el BCRA dispone de un “poder de fuego” de US$14.000 millones, considerando los desembolsos que ese organismo ya realizó y dejó habilitados para intervenir en defensa del techo de la banda, se sabe que la idea original no era llegar a usarlos para eso. A eso hay que sumar que como se trata de dólares prestados, no es descartable que el prestamista se ponga “nervioso” si se sacrifican en cantidad, como ya ha sucedido alguna vez.
Por lo pronto en el mercado también hay quienes creen que los US$53 millones vendidos ayer (incluso cuando esos aportes se repitan) pueden ayudar a que el esquema cambiario recupere parte del “aura” que perdió semanas atrás, cuando al Tesoro se apartó de las reglas que había escrito vendiendo US$500 millones que tenía ahorrados para tener pisado al billete en la previa de la elección bonaerense.
“Si el BCRA se para y defiende sistemáticamente el techo de la banda, es dable esperar que la oferta privada, que tal vez se retrajo para ver cómo se desarrolla la pulseada, reaparezca. Y si eso ocurre cuando la demanda comienza a verse debilitada por faltante de pesos (al venderse los dólares se retiran de circulación), el mercado debería reequilibrarse en algunas semanas”, consideró un experimentado operador de mercado al explicar dicha hipótesis. Fue antes de aclarar que es el escenario que espera “si no surge otro Cisne negro”, en alusión a eventuales escándalos que erosionen aún más la imagen del Gobierno.
En el BCRA, donde se vivió ayer la jornada más caliente en lo que va de la administración Milei, no había sorpresa. En realidad habían estado esperando esta pulseada el lunes 8, en la rueda posterior al golpazo electoral que sufrió el oficialismo.
Pero a la vez los inquieta que, pese a que hace ya tres días que venían “mostrándole los dientes al mercado” (cargando sistemáticamente órdenes de venta por bloques al precio fijado por el techo móvil del 1% mensual de la banda), esta vez los hayan desafiado, lo que obligó a la entidad conducida por Santiago Bausili –que nunca había logrado comprar ni un dólar desde abril, porque la cotización, contra lo que pensaban en el Gobierno, jamás perforó el piso de la banda– les haya tocado vender reservas.
Aun así juzgaron “normal” que el primer round se haya dado en una jornada en la que la oposición ampliada consiguió voltear en la Cámara de Diputados otros dos vetos de Milei. “Dimos un paso normal dentro del esquema fijado y, si sequiere, que fue consistente con la dinámica de precios que están mostrando los activos financieros en medio de una mayor incertidumbre política”, explicaron desde el BCRA al ser consultados por la nacion al respecto. En estas circunstancias, observaron como “razonable que el mercado testee” e incluso lo haga por varias jornadas.