Difícil. Complejo. Incierto. Complicado. Estos sinónimos se repetían entre los empresarios que asistieron al Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) para escuchar la disertación del presidente Javier Milei, cuando se les preguntaba cómo veían la situación actual y qué expectativas tenían frente a las próximas elecciones. “Igual soy optimista en el mediano plazo”, aclaraban algunos, aunque con una mueca de incomodidad.
La coyuntura económica sorprendió al sector privado. A mediados de abril, cuando el Gobierno levantó el cepo para los ahorristas, permitió la flotación cambiaria y recibió un espaldarazo del FMI de US$12.000 millones para reforzar las reservas, el empresariado se ilusionó con una reactivación y con una victoria oficialista en las urnas.
Pero la realidad cambió rápido. La economía comenzó a mostrar signos de enfriamiento y las tasas de interés se dispararon en poco tiempo, en un intento por contener la presión cambiaria y evitar un impacto mayor en la inflación. “Ayer renové un plazo fijo a 30 días con una tasa del 66%. Esto no es sostenible”, señaló un empresario diversificado, visiblemente preocupado por el corto plazo.
Aunque la temperatura superaba los 20 grados al mediodía, varias de las mujeres que asistieron al encuentro ingresaban al hotel Alvear con chalinas guardadas en sus carteras. “Javier [Milei] pidió que la temperatura del ambiente esté en 10 grados”, comentaban sin sorpresa. Todos los organizadores de eventos empresarios están acostumbrados al frío que el Presidente impone.
Milei llegó pasadas las 12.30, vestido con una campera estilo Uniqlo debajo del traje. Como siempre, llevaba su cuaderno de apuntes y el estuche de sus anteojos. Lo rodeaba un imponente operativo de seguridad: unos 20 custodios vestidos con saco y corbata.
“Con todo el operativo de seguridad que hay, es raro lo que pasó ayer”, dijo un ejecutivo que conoce a Milei desde su paso por Corporación América, aludiendo a las piedras lanzadas a la comitiva presidencial en Lomas de Zamora. “Parece que un poco buscaron eso: que fuera víctima para subir en las encuestas”, deslizó con malicia. Otro empresario acotó: “En este país garpa ser víctima”.
La comitiva oficial rechazó de plano esa versión. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los ministros Sandra Pettovello (Capital Humano), Mariano Cúneo Libarona (Justicia) y Luis Petri (Defensa) llegaron temprano al Alvear, donde conversaron con empresarios y embajadores en el VIP antes de pasar al salón Versalles.
Petri se mostraba particularmente confiado respecto de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. “Anotá: vamos a estar parejos en la tercera sección [zona sur del conurbano], y vamos a ganar en la primera [zona norte] y en la quinta [Chascomús, Tandil y la costa]. Igual, dependerá de la participación. Si hay menos asistencia, ganan las estructuras”, aseguró el ministro, también candidato a diputado nacional por Mendoza.
El optimismo oficial no siempre coincide con los sondeos privados. Aunque algunos empresarios quieren creer en esas proyecciones, las encuestas que manejan muestran un panorama menos alentador: incluso se baraja que el oficialismo pueda perder por más de cinco puntos en la provincia. “El problema es el día después, porque no va a tener los números en el Congreso para aprobar reformas y, en el medio, ya quemó mucho crédito”, advirtió un referente del sector petrolero.
Cuando Milei ya estaba en el escenario, se sumaron a la mesa principal el ministro Luis Caputo y el vocero presidencial Manuel Adorni. La mesa preparada para 10 comensales debió acomodarse para 15. Entre ellos estaban Pettovello, Eduardo Eurnekian (Corporación América), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Martín Rappallini (UIA), Nicolás Pino (SRA), Javier Bolzico (Adeba), Petri, Alejandro Bulgheroni (PAEG), Mario Grinman (CAC), Francos y Bettina Bulgheroni, la primera mujer en presidir el CICyP.
Para la empresaria, el debut fue un éxito: en su primera organización rompió el récord de convocatoria, con 395 asistentes. Entre los presentes estuvieron Horacio Marín (YPF), Juan Parma (Banco Macro), Martín Ticinese (Cervecería Quilmes), Mario Montoto (Codesur) y Sergio Mengoni, flamante country chair de TotalEnergies en la Argentina.
También asistieron empresarios cercanos al Gobierno, como Juan Napoli (VALO) y Darío Wasserman, vicepresidente del Banco Nación y esposo de la legisladora porteña Pilar Ramírez, amiga de Karina Milei. La secretaria general de la Presidencia, sin embargo, no concurrió, pese a su cercanía con Bulgheroni.
La diputada Lilia Lemoine llegó sobre la hora junto a Caputo y a Adorni, y se retiró apenas terminó el discurso del Presidente.
Milei habló durante 56 minutos, dedicando un extenso tramo a las tasas de interés. “Es una aberración decir que la tasa es el costo del dinero. La tasa existe porque existe el tiempo. Hoy está por las nubes por el riesgo kuka. Pasado el proceso electoral, se va a desplomar”, pronosticó.
La audiencia no pareció convencida. “Se olvidó de decir que subieron los encajes al 53,5%”, retrucó un banquero. “Decir que la tasa está por las nubes y que hay presión sobre el dólar porque mañana se acaba el mundo es raro. Y afirmar que la suba de tasas no tiene impacto en la actividad es bastante obtuso”, agregó.
Eurnekian, en cambio, fue más positivo: “Fue esclarecedor el discurso. De economía sabe lo que está haciendo, no estamos a la deriva, tenemos un barco que está teniendo un gran capitán”. Alejandro Bulgheroni también dio su visión de apoyo: “Fue sensacional. Ninguna palabra desperdiciada. El kirchnerismo está poniendo toda la carne al fuego entre las piedras de ayer y la actitud en el Congreso”.
Sin embargo, entre los demás presentes tampoco hubo coincidencias respecto del crecimiento económico que destacó el mandatario. “Estamos con trimestres consecutivos de expansión. La actividad sube, pero el kuka busca el sector que no crece. Se fija en el dato malo: es la falacia del cherry picking”, aseguró Milei.
Entre los presentes estaba Orlando Ferreres, formador de dos referentes del actual equipo económico: Federico Furiase y Martín Vauthier. Su consultora acaba de publicar que la actividad económica cayó 1% en julio. “Veo la situación bien, pero con problemas”, evaluó. Y explicó que ya recortaron dos veces sus pronósticos de crecimiento: del 5,5% del PBI a 4,7% y, más recientemente, a 4,5%.
“La mayor parte de ese crecimiento es arrastre estadístico, no inversión, que sigue en niveles bajos. En realidad, desde diciembre pasado la economía creció solo 0,1%, lo que es prácticamente nada”, agregó. También proyectó que la inflación de agosto será cercana al 2,2%, aunque la estimación anual se mantiene en 28%.