El dato del presupuesto que anticipa una nueva negociación con el FMI

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El proyecto de Presupuesto 2026 presentado ayer por el presidente Javier Milei ratificó el compromiso del Gobierno con el superávit fiscal. Sin embargo, presentó números que, al menos en las intenciones, son menos rígidos que los compromisos que el propio equipo económico había acordado con el FMI y podrían sugerir un recalibramiento de ese programa en el corto plazo.

Si bien hasta acá el Gobierno cumplió con la pauta de superávit, incumplió el objetivo de acumulación de reservas y vendió dólares del Tesoro dentro de la banda de libre flotación.

Según las cifras del Presupuesto 2026 presentadas anoche, la proyección para el año que viene es alcanzar un superávit primario de 1,5% del PBI, que descontado el pago de intereses de deuda dejaría un resultado financiero del 0,3% del PBI ($2,7 billones de pesos).

Mientras tanto, el plan firmado con el Fondo en abril de este año estipulaba un sendero fiscal sensiblemente más duro: luego de una meta de 1,6% del PBI de superávit primario este año, apuntaba a un 2,2% del PBI en 2026.

El presidente Javier Milei, durante la cadena nacional en la que anunció el presupuestoCaptura

Esta evolución de las cuentas públicas proyectada para el año que viene se plantea, sin embargo, dentro de un escenario macroeconómico con estimaciones de variables que lucen optimistas.

El principal dato tiene que ver con la proyección del tipo de cambio sobre el que se asientan los cálculos de ingresos y gastos: según el Presupuesto, el dólar comenzará 2026 en $1325 y cerrará el año en $1423. Es decir, son dos cotizaciones más bajas que el valor que la divisa estadunidense tiene hoy (se vende a $1480 en el Banco Nación).

En cuanto a la inflación, el Gobierno espera que el IPC concluya 2025 en 24,5% y caiga al 10,1% en 2026, mientras que estima un crecimiento del PBI del 5% el año que viene (5,4% este año). Y esos supuestos explican, a su vez, el optimismo para las cuentas públicas, con mayor recaudación (22,5% en términos nominales, una variación de más del doble de la inflación esperada) que le permitiría a Milei alcanzar el superávit plasmado en el Presupuesto.

“La diferencia entre el 2,2% del FMI y el 1,5% del Presupuesto 2026 se explica mitad por menores recursos y mitad por mayor gasto”, explica Matías Surt, economista de la consultora Invceq. “El FMI proyecta más ingresos y baja de subsidios, mientras que el Presupuesto sólo muestra un leve aumento de recursos y no ajusta subsidios. La suba de jubilaciones ya estaba previsto, pero el resto del gasto también crece (transferencias y capital), por lo que el resultado primario no mejora”, agrega.

Caputo y Milei. El Gobierno relajó la meta fiscal acordada con el FMI para el año próximoGustavo Garello – AP

El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de Gobierno”, ratificó Milei en su mensaje grabado en Casa Rosada, que abre ahora las negociaciones en el Congreso para el debate en torno al Presupuesto 2026.

Ningún país del mundo funciona sin un presupuesto equilibrado, por eso los políticos encuentran consensos y acuerdos para sancionar la ley de leyes. Entendemos que el equilibrio fiscal parezca un mero capricho, pero no es ni más ni menos que la solución definitiva a los problemas que aquejan a la Argentina”, agregó el presidente, escoltado en el video por dos granaderos, sin integrantes del Gabinete.

De aprobarse este presupuesto, será el primero en la gestión de Milei. En 2023, a pocos días de llegar a la Casa Rosada, prorrogó por decreto el presupuesto de 2023. Al año siguiente, presentó formalmente su proyecto para 2025, pero luego nunca se avanzó en el debate en las comisiones y, tras no haber negociación y aprobación legislativa, resolvió prorrogar por decreto nuevamente el presupuesto vigente, en un mecanismo que le permite al Ejecutivo asignar, ampliar o modificar partidas discrecionalmente sin pasar por el Congreso.

“La primera lectura del proyecto de presupuesto sugiere que este no está a la altura del discurso, con serias falencias de credibilidad. Las proyecciones macroeconómicas del mismo son excesivamente optimistas, no ya para 2026, sino ya para el propio 2025, que es la base de cálculo de todo el proyecto”, apuntaron en la consultora Outlier, al advertir por variables como la sobreestimación de expansión del PBI o del IPC de este año.

Se proyecta que 2025 va a cerrar con una tasa de crecimiento promedio anual de 5,4%, que tomando en cuenta los datos oficiales del primer semestre e incluso siendo optimistas con los meses de julio y agosto, que todo indica fueron malos para la actividad, requiere que en el último cuatrimestre, que incluye dos meses en preelección, la economía promedie un ritmo de crecimiento mensual de 1,9%”, apuntaron. En ese escenario, destacan que “la mayor definición del proyecto” es la “flexibilización de las metas” en cuanto al superávit fiscal.

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