EE.UU. toma una medida de alto impacto sobre Colombia en medio de la cruzada contra el narcotráfico en la región

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WASHINGTON.- En un momento de alta tensión por el despliegue militar norteamericano en el mar Caribe y los ataques contra embarcaciones “narcoterroristas” que salen de Venezuela, el gobierno de Dondal Trump tomó anoche otra decisión de alto impacto: agregó a Colombia a una lista de naciones que no cooperan en la guerra contra las drogas por primera vez en 28 años, un fuerte reproche a un aliado tradicional de Estados Unidos que refleja un reciente aumento en la producción de cocaína y el deterioro de los lazos con el presidente Gustavo Petro.

De todas formas, aunque determinó que Colombia incumplió sus obligaciones internacionales en la lucha contra el narcotráfico, la administración Trump emitió en un memorándum oficial una exención de sanciones que habría provocado importantes recortes de ayuda, al alegar intereses nacionales vitales para Estados Unidos. A la par de Colombia, fueron descertificados Venezuela, Afganistán, Bolivia y Myanmar.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla en el Salón Oval de la Casa Blanca, el lunes 15 de septiembre de 2025 en Washington. Alex Brandon – AP

“Trump determinó que el gobierno colombiano incumplió sus obligaciones de control de drogas, pero ha emitido una exención para que la crucial cooperación estadounidense, incluida la antinarcóticos, pueda continuar. Los resultados importan: ¡debemos ver progreso y debe ser pronto!”, señaló el Departamento de Estado en su cuenta de X.

Luego, apuntó sus dardos directamente contra Petro, con quien el presidente norteamericano mantuvo ásperos cruces en las redes sociales por el rechazo de Bogotá al plan de deportaciones de Washington. Además, el líder izquierdista colombiano es un feroz crítico de los operativos militares de Estados Unidos en aguas cercanas a la costa de Venezuela, que elevaron al máxima la tensión con el régimen de Nicolás Maduro.

“Bajo el desafortunado liderazgo de Petro, el cultivo de coca y la producción de cocaína en Colombia alcanzaron niveles históricos“, señaló el Departamento de Estado, liderado por Marco Rubio, quien lidera la nueva cruzada de Estados Unidos en América Latina contra el tráfico de drogas.

Sus fallidos intentos de llegar a acuerdos con los grupos narcoterroristas solo han exacerbado la crisis. El gobierno colombiano ni siquiera cumplió sus propias metas de erradicación de coca, que fueron considerablemente reducidas, lo que socavó años de cooperación mutuamente beneficiosa entre nuestros países contra los narcoterroristas”, explicó en la comunicación oficial emitida anoche.

El secretario de Estado, Marco Rubio, de visita en Jerusalén.Nathan Howard – Pool Reuters

Este martes, Petro se pronunció en X sobre la medida y afirmó que “simplemente Estados Unidos participa en política interna de Colombia, quiere un presidente títere”.

“El pueblo colombiano responderá, si quiere un presidente títere como el que vendió a Panamá, o quiere una nación libre o soberana”, añadió el mandatario, que además publicó un gráfico de la tendencia de crecimiento de los cultivos de hoja de Coca según Naciones Unidas. “No se debe a mi gobierno”, aseguró.

Anoche, poco antes de que la medida del Departamento de Estado fuera comunicada en forma oficial, Petro ya se había anticipado durante un consejo de ministros. “Estados Unidos nos descertifica después de decenas de muertes de policías, de soldados, de civiles, tratando de evitar que les llegue la cocaína. Todo lo que hacemos realmente no tiene que ver con el pueblo colombiano, sino para impedir que la sociedad norteamericana se embadurne más las narices”, dijo el mandatario.

El gobierno colombiano intentó evitar la descertificación al ofrecer detalles de su reformada política antinarcóticos que tiene como prioridad la incautación de cocaína y la persecución de los narcos, mientras ofrece a los campesinos que cultivan hojas de coca erradicarlas manualmente y pasar a la legalidad con programas gubernamentales.

Al comunicar la decisión, el Departamento de Estado afirmó que el “tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas letales a Estados Unidos por parte del crimen organizado transnacional generó una emergencia nacional”, incluyendo una crisis de salud pública.

Rubio, exsenador de ascendencia cubana y feroz crítico de los regímenes autoritarios de América Latina, se ha convertido en una de las voces más importantes de la Casa Blanca en su ofensiva contra el narcotráfico en la región. Junto al secretario de Guerra, Pete Hegseth, es el alto cargo que habló más enérgicamente de la nueva campaña contra los grupos criminales latinoamericanos y sus aliados.

En su último viaje por países latinoamericanos, a México y Ecuador, este mes, el secretario de Estado dijo que el gobierno de Trump busca ayudar a los gobiernos socios a organizar ataques contra grupos delictivos, siguiendo la estrategia que el Ejército estadounidense utilizó para destruir dos embarcaciones de “narcoterroristas” en el Caribe sur.

Trump anuncia tres muertos en nuevo ataque contra lancha con «narcoterroristas de Venezuela»

“Esos gobiernos nos ayudarán a encontrar y destruir a esas personas”, señaló Rubio en una conferencia de prensa en Ecuador. “Quizá ellos mismos lo hagan y nosotros los ayudaremos a hacerlo”, agregó.

El USS Sampson es uno de los destructores estadounidenses desplegados en el Caribe.Anadolu via Getty Images

En las operaciones militares norteamericanas del 2 de septiembre y de este lunes en el Caribe, publicadas por Trump en sus redes sociales, murieron un total de 14 traficantes, considerados terroristas por el gobierno norteamericano. Estados Unidos mantiene un despliegue de por lo menos ocho barcos y miles de efectivos en la zona con el objetivo de cumplir su orden de combatir el tráfico de drogas por el que acusa al régimen de Maduro.

La última vez que Estados Unidos había añadido a Colombia a la lista de naciones que no cooperan en la guerra contra las drogas había sido en 1997.

La medida fue considerada por los especialistas como un fuerte revés para uno de los aliados tradicionalmente más firmes de Estados Unidos en la región, y podría obstaculizar aún más los esfuerzos para restablecer la seguridad en zonas donde operan grupos narcos, según Adam Isacson, investigador de seguridad de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés).

Colombia ha sido uno de los mayores receptores de ayuda estadounidense en lo que va del siglo, al recibir cerca de 14.000 millones de dólares, incluyendo asistencia militar para combatir a los carteles de la droga y a los grupos insurgentes marxistas. Sin embargo, las relaciones entre Trump y Petro se deterioraron rápidamente, con fuertes cruces sobre la lucha contra las drogas, la política migratoria y las relaciones con Venezuela.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, habla durante una reunión con líderes de la organización del tratado de cooperación de la Amazonía en Bogotá, Colombia, el 22 de agosto de 2025.Fernando Vergara – AP

La decisión de la Casa Blanca podría reducir drásticamente los ingresos por turismo, hasta en mil millones de dólares anuales si Estados Unidos intensificara sus advertencias de viaje al país sudamericano, según un estudio de la Cámara de Comercio Colombo-Americana publicado en agosto.

También podría provocar una reducción de la cooperación bilateral, generar una caída de hasta un 60% en el acceso al crédito de los prestamistas multilaterales y ahuyentar a inversores extranjeros, según el estudio.

Con la actualización de anoche, la lista completa de naciones a las que Estados Unidos identifica como “importantes países de tránsito de drogas o importantes productores de drogas ilícitas” la componen Afganistán, Bahamas, Belice, Bolivia, China, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, la India, Jamaica, Laos, México, Myanmar, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Perú y Venezuela.