La Fiscalía de Homicidios de 1° Turno pidió nueve años de prisión para un hombre de 30 años que mató a otro luego de una “pelea entre mascotas” en Montevideo, Uruguay. El abogado del homicida intentó probar durante el juicio que existió legítima defensa, aunque el equipo fiscal se opuso a esta postura.
“¿A qué nos puede llevar el amor por los animales?”. Con esta pregunta abrió la primera audiencia del juicio la Fiscalía encabezada por Sabrina Flores. Es que, según se pudo reconstruir en el proceso, el conflicto entre las partes se originó con una encuentro entre sus mascotas, de acuerdo a lo que publicó el medio uruguayo El País.
En la tarde del 2 de abril del año pasado, el acusado y su pareja paseaban a sus gatos por el Parque Capurro. A unos cuantos metros de distancia hacían lo mismo una madre y su hija —suegra y pareja de quien luego moriría apuñalado—, pero con sus perros. Según declaró la menor de ellas, al llegar a un área habilitada para soltar mascotas decidieron liberar a su perro más pequeño, un bulldog francés.
En ese momento el animal se dirigió hacia donde estaba la pareja. Según la versión de las dos mujeres fue con intención de jugar, mientras que el imputado y su esposa aseguraron que mordió a uno de sus gatos. A raíz de esto el hombre lo pateó, recibiendo reproches e insultos.
Las versiones de las partes se distancian cada vez más con el avance del relato. Según Fiscalía, el hombre empujó, tiró y golpeó a la joven dueña de los perros. En cambio, el acusado en su declaración afirmó que fue golpeado por la mujer y que él intentó “sacarla de arriba”. Su abogado intentó demostrar que, en todo caso, se trató de una riña.
La joven llamó a su novio, que hasta este momento todavía no se encontraba en el parque sino en un lugar cercano, para contarle sobre lo sucedido. Al llegar este último, habría comenzado una discusión con el agresor. Según relató el guardaparques ante el juez, el fallecido llegó “desacatado” y allí “se trensaron entre los dos”, haciendo referencia a que se tomaron a golpes de puño.
Fue allí que el acusado tomó una navaja —que argumentó llevar “por la inseguridad”— y le asestó dos puñaladas en el abdomen al otro. Si bien la víctima fue llevada a un hospital en el auto de un particular que vio la escena, falleció por la pérdida de sangre.
El agresor huyó seguido de vecinos, quienes luego indicaron a la Policía cuál era su casa. Al ingresar, se encontraron con el hombre realizándose cortes en los brazos. Durante la audiencia de formalización se lo vio con vendas por este motivo.
Como consecuencias de los hechos, Fiscalía solicitó al juez Marcelo Souto que se condene al agresor a nueve años de prisión por los delitos de homicidio y lesiones. En sus alegatos finales, el equipo fiscal dijo que existió “saña, carácter agresivo y sumamente violento” por parte del acusado. También lo señaló por su “destreza en el uso de arma blanca” y definió su actitud como “hostil y cobarde”.
Por su parte, el abogado del hombre dijo tener una “fertilidad probatoria determinante” y manifestó que su prueba clave sería la reconstrucción de los hechos, realizada en el Parque Capurro el 29 de agosto. Según su teoría del caso, existió una legítima defensa completa, por lo que solicitó la absolución.
Durante el proceso del juicio, que comenzó el 14 de agosto y tendrá su resolución el 29 de este mes, pasaron por el juzgado varios testigos para aportar su versión de los hechos. Entre ellos estuvieron las dos mujeres dueñas de los perros, la pareja del acusado, el guardaparques y otros vecinos.
La pareja del fallecido declaró haber sido golpeada por el agresor cuando esta lo fue a increpar por haber pateado a su perro. También dijo haber pedido a los presentes que no dejaran ir al hombre para así llamar a la Policía. Mientras se realizaba el interrogatorio, Fiscalía objetó varias de las preguntas del abogado del hombre, entendiendo que se estaba induciendo a una respuesta o que se hacían interrogantes reiterativas.
Por su parte, el acusado manifestó ante el juez haber temido por su vida al momento de llegar el novio de la joven. Al comienzo del conflicto, luego de patear al perro, aseguró haber sido víctima de golpes por parte de una de las mujeres, quien le habría dicho “mugriento, ese perro vale más que tu vida”. También dijo haber sido hostigado por otros presentes.
*Por Agustín Carballo