La Argentina cambia su matriz productiva y el rubro energético se convierte en un pilar de las exportaciones detrás del complejo sojero. En ese camino, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó en un documento que la balanza energética sigue sumando récords.
Las exportaciones de petróleo y gas representaron más del 14% de los envíos argentinos al exterior en el primer semestre. La BCR indicó que esta proporción era inferior al 6% en 2020 y un 3,7% en 2015. Esto significó que la participación del petróleo y gas en las exportaciones argentinas ya es la más alta en 19 años.
El último informe sobre complejos exportadores del Indec, basado en los datos de los primeros seis meses del año, consignó que la balanza comercial energética fue superavitaria en US$3280 millones y registró un aumento interanual de 23,8%, como resultado de un crecimiento de 9,7% en las exportaciones y una baja de 5,2% de las importaciones.
Para la BCR, la diferencia entre exportaciones e importaciones de energía ya es la más elevada del siglo y según los propios datos de la Secretaría de Energía, si se incluyen los primeros siete meses del año, se registró un superávit del sector de US$3949 millones.
“La dinámica de crecimiento de combustible y energía está dándole una perspectiva mayor que la de cualquier otro sector”, dijo el analista de comercio internacional Marcelo Elizondo.
Su estimación es que para 2030 las exportaciones de combustible y energía alcancen los US$36.000 millones y van a estar por encima de los productos primarios de origen agropecuario, que ese año rondarían los US$26.000 millones.
El segundo complejo exportador
El informe del Indec, del primer semestre de este año, refleja que el complejo sojero ingresó al país US$8593 millones, con una participación del 21,6% en la canasta exportadora.
El segundo en importancia es el complejo petrolero petroquímico, con exportaciones por US$5650 millones en el mismo período y un 14,2% de participación en las exportaciones. Vendió principalmente aceites crudos de petróleo; aprovisionamiento de combustibles y lubricantes a buques y aeronaves; y el gas natural en estado gaseoso.
Le sigue el automotor, en tercer lugar, con US$3981 millones; el maicero, con US$3967 millones; luego viene oro y plata, y en quinto lugar, carne y cuero bovinos. Detrás, los sectores del trigo, la pesca, el girasol y la cebada.
Según la BCR, el desarrollo reciente de las reservas trae buenas noticias para la coyuntura. “La madurez de la cuenca neuquina, y especialmente de Vaca Muerta, es uno de los grandes factores que da impulso a la energía argentina. Las producciones de gas y petróleo del país llevan un crecimiento del 4% y 11% respectivamente, comparando el período enero-julio de este año con el de 2024″, consignó el trabajo de Guido D’Angelo y Emilce Terré.
El petróleo, según la entidad, podría encaminarse a lograr la producción más alta del siglo, un máximo desde 1998 y la tercera más alta registrada. Por su parte, la producción de gas podría ser la más elavada de la historia argentina en este 2025.
La baja producción gasífera boliviana abre más mercados para exportar energía argentina. También, analizó la BCR, el avance del Oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) “será esencial para potenciar la capacidad de exportación de petróleo a través del Mar Argentino en los próximos años”.
Por su parte, Elizondo agregó que Oil&Gas será el sector estrella de los próximos años y “generará ingresos por la producción y por la inversión extranjera directa, pero para que todo esto ocurra es necesario que se consoliden los procesos de inversión”.
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