La inflación de agosto fue de 1,9% y estuvo por debajo de lo esperado por el mercado

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La inflación -podría decirse- sigue flotando dentro de la banda. Por debajo del techo del 2% mensual y por encima del piso que tocó este año, en mayo, de 1,5%. En agosto, avanzó 1,9%, unas décimas menos que lo que esperaba el mercado y sin un traslado a precios del salto que mostró el dólar a fines de julio y a comienzos del mes pasado.

Este último dato es significativo para el Gobierno. Es que, luego de la categórica derrota electoral en la provincia de Buenos Aires el domingo, la divisa norteamericana dio un salto de casi $50 en lo que fue un lunes negro en el mercado. El IPC de septiembre se conocerá el 14 de octubre a sólo unos días de que se celebren las legislativas nacionales.

“De nuevo la inflación debajo del 2%”, afirmó el presidente Javier Milei cuando el Indec publicó el dato oficial. “Y eso que fue en el contexto de un mes de muchísima volatilidad en la demanda de dinero”, cerró.

La suba de precios acumuló 19,5% en ocho meses y 33,6% en la medida interanual. Sin embargo, un dato que llamó la atención fue la aceleración de la inflación núcleo -que tiene en cuenta los precios que no son regulados ni estacionales-, ya que mostró un avance de cinco décimas en un mes (pasó de 1,5% en julio a 2% en agosto pasado) influenciado por el movimiento del tipo de cambio. Los estacionales, que bajaron -0,8% en el mes, ayudaron a que no se rompiera el techo de 2%.

La división de mayor alza fue Transporte (3,6%) por la suba en Adquisición de vehículos y en Combustibles, seguida de Bebidas alcohólicas y tabaco (3,5%), por aumentos en el tabaco. Los alimentos y bebidas aumentaron un 1,4% y estuvieron abajo del nivel general.

“El IPC Nacional registró una variación de 1,9% en agosto, ubicándose por debajo del 2% mensual por cuarto mes consecutivo. Por primera vez desde noviembre de 2017 se registraron 4 meses consecutivos de inflación por debajo del 2% mensual”, escribió el ministro de Economía, Luis Caputo en su cuenta de X apenas se conoció el número.

“La variación interanual del IPC Nacional fue de 33,6%, registrándose dieciséis meses consecutivos de desaceleración en la comparación contra igual mes del año anterior. Esta variación interanual es la más baja desde julio de 2018″, agregó el funcionario, que completó que la inflación acumulada en los primeros ocho meses del año fue de 19,5%, la menor para este período del año desde 2020 (18,9%).

La inflación, creen en Casa Rosada, sigue siendo el principal activo de cara comicios que definirán no sólo el futuro libertario en la Argentina, sino que también moldearán las expectativas financieras y confirmarán el poder de fuego que tendrá el Gobierno en el Congreso para encarar las reformas que servirían, estiman, para bajar el costo país, mejorar la rentabilidad del sector privado, crear empleo y volcar más inversiones.

Quienes participaron del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central (BCRA) estimaron una inflación mensual de 2,1% para agosto (+0,4 puntos respecto del REM previo), mientras que quienes mejor proyectaron esa variable en el pasado (el top 10) reportaron una inflación de 2% mensual para ese mes (+0,2 puntos).

El lunes pasado, la dirección estadística porteña informó para agosto una inflación del 1,6%, lo que representó una fuerte desaceleración del índice con relación al mes previo, cuando la variación fue de 2,5%.

Los analistas privados y bancos que participan del REM esperan una inflación este año de 28,8%, muy por debajo del cierre del cuarto kirchnerismo que comandaron Alberto Fernández y Cristina Kirchner, cuyo último año cerró con 211,4%, la peor inflación en tres décadas. Sin embargo, esta variación está por encima de la que planteó el equipo económico en el avance de presupuesto 2026, de 22,7%.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó que el próximo lunes, el presidente Javier Milei, realizará una cadena nacional a las 21 para presentar el proyecto de presupuesto 2026 que enviará al Congreso. Allí estarán las estimaciones actualizadas de inflación, PBI y dólar promedio.

Con intervenciones indirectas a través de la suba de encajes -de tasas de interés- y vía futuros, y luego -en la última semana previa a las elecciones del domingo pasado-, el Gobierno había intentado contener el tipo de cambio en un mercado nervioso por comicios provinciales que la propia Casa Rosada convirtió en un plebiscito de la gestión.

Pese a destinar unos US$500 millones del Tesoro en ese operativo, el Gobierno perdió por más de 13 puntos en la Provincia de Buenos Aires frente a la propuesta de Axel Kicillof. En medio de un lunes turbulento en el que se saltó el dólar -siempre dentro de la banda de flotación- y se hundieron los activos locales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) respaldó el programa argentino y el proceso de estabilización.

El ministro de Economía, Luis Caputo, dejó trascender en un encuentro con aseguradoras ayer que está pensando en la microeconomía, que estaban conformes con el funcionamiento del esquema cambiario y que veía una estabilización de las tasas de interés. La misma fue fogoneada por el equipo económico tras el impacto durísimo que había generado en la actividad y en la expansión del crédito, otro de los hitos oficiales, pero además ahora con un tipo de cambio más alto.

“Tal como señalé el día domingo, no nos moveremos ni un milímetro del programa económico: (1) equilibrio fiscal; (2) mercado monetario ajustado; y (3) en lo cambiario, se mantienen las bandas cambiarias pactadas con el FMI. Además, seguiremos desregulando”, afirmó el Presidente ayer en su cuenta de X en una ratificación del rumbo.

El economista de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, estimó que la baja de los precios estacionales, con relación al mes pasado, logró compensar la aceleración que tuvo el IPC núcleo por el movimiento del tipo de cambio. “El Gobierno podrá decir que la inflación no se aceleró, pero la núcleo sí se aceleró”, afirmó el especialista. Sigaut Gravina dijo que los precios estacionales en unos meses ayudan y en otros generan presiones. De hecho, en septiembre, los estacionales suelen jugar un poquito en contra», advirtió sobre el IPC preelectoral.

“El escenario más probable es que hayamos llegado a un piso de corto plazo. El traslado a precios de la devaluación fue bajo por el estancamiento de la actividad, pero el nuevo escenario macro cambió las expectativas. Un 2% promedio hasta el final del año es un escenario probable”, estimó Ricardo Delgado, de Analytica.

“La inflación núcleo fue 2%, o sea, fue un poco más alta que el promedio y fue más alta que el 1,5% de julio. Lo que jugó a favor es la parte estacional”, remarcó también Camilo Tiscornia a LA NACION. “Uno podría pensar que tal vez hubo allí un poco de filtración del tipo de cambio a precios. De todos modos, alimentos y bebidas, que siempre la más crítica, aumentó 1,4%, por abajo del promedio. Lo que subió más es en la parte de transporte, los autos. Ahí detectamos el efecto del tipo de cambio”, aseguró el director de C&T Asesores Económicos.

“La semana pasada, la primera de septiembre, vino muy tranquila la inflación. No hubo nada raro. En lo que va de esta semana, ví un poco más de movimiento en algunos rubros, en algunos alimentos. Pero todavía es muy pronto”, alegó.

“Mercados más volátiles y expectativas sobre futuras correcciones en el esquema cambiario después de las elecciones de octubre podrían presionar aumentos de precios de manera preventiva, al estilo de lo que ocurrió en otros momentos del pasado”, estimó Melisa Sala, de LCG. “No obstante, una actividad moviéndose muy débilmente y el disciplinamiento que impone la apertura de las importaciones seguirán actuando como contrapeso”, cerró la especialista.