Tras la caída del gobierno comunista de Nepal y en medio de las violentas protestas en el país, algunos argentinos quedaron varados allí, entre ellos Clara Rivero y su prima Mercedes Bonzi, dos agentes de viajes oriundas de la provincia de Entre Ríos, quienes hablaron con LA NACION sobre la tensa situación en la que están involucradas, debido a que el hotel donde se alojaban fue incendiado por los manifestantes y, en consecuencia, perdieron dinero, sus pertenencias y los pasaportes. También se encuentra allí la hermana de Mercedes, Paula Bonzi, una médica argentina.
“Somos un grupo de agentes de viajes en el que hay además otras dos argentinas. Era un viaje de reconocimiento del país para poder traer turistas. Incendiaron el hotel Hilton de Katmandú (la capital nepalí) donde estábamos alojadas”, detalló Rivero.
Según contó, el lunes el grupo de mujeres llegó al céntrico alojamiento horas antes de que se desataran las protestas que resultaron en la caída del primer ministro de Nepal, el asesinato de la esposa de otro expremier y la persecución a varios funcionarios.
“Sabíamos de los conflictos pero no que eran tan graves. Ayer fuimos a visitar otro hotel, aunque lo hicimos con precaución. Para volver al nuestro tuvimos que hacerlo caminando en medio de las manifestaciones y esquivando los incendios. Cuando estábamos llegando nos dijeron que no podíamos entrar porque había manifestaciones. Pensamos que era fuego en la vereda pero prendieron fuego todo”, indicó la agente de viajes.
El hotel Hilton de Katmandú pertenece al Shanker Group, conglomerado empresarial nepalí ligado a la familia Rana, una de las dinastías más influyentes del país. El conglomerado está también relacionado con la familia del ahora exprimer ministro Pushpa Kamal Dahal, en particular con su hijo Prakash Dahal, fallecido en 2017. Entonces, para los jóvenes el edificio se convirtió en un símbolo de élite.
“Perdimos pasaportes, ropa, dinero, perdimos todo. Nos quemaron todo”, dijo la argentina, que fue reubicada junto al resto del grupo en un hotel cercano. Incluso, desde allí ella pudo ver todo el día cómo las llamas se apoderaban de todo el edificio Hilton.
Por otro lado, Rivero dijo a este diario que ella y las otras dos argentinas del grupo mantuvieron comunicación con el embajador argentino en la India Mariano Agustín Caucino, que tiene una oficina consular en Nepal. Luego de un trabajo coordinado, se determinó que el consulado de Brasil les tome los datos biométricos para emitirles pasaportes de emergencia y así volver a la Argentina de manera segura.
De momento, todo el grupo aún no salió a la calle tras los disturbios y por la noche hay toque de queda dispuesto por el Estado.
“Es angustiante ver cómo todo se quema. Desde mi habitación vemos varios focos de incendio que quedaron de ayer. Estoy tranquila, aunque entiendo que es una situación grave”, cerró Rivero.
Mercedes Bonzi, prima de Clara, es otra de las argentinas que quedó varada en ese grupo. También perdió su pasaporte y pertenencias en el incendio del hotel Hilton.
“Sentimos incertidumbre porque mientras el hotel se iba prendiendo fuego, no perdíamos las esperanzas de que nuestras cosas no se afecten porque estábamos en un piso alto. Las horas iban pasando y nos dio angustia ver que perdíamos todas nuestras cosas, dinero, documentos”, expresó Bonzi en diálogo con LA NACION.
Sin embargo, aclaró que en ningún momento el grupo sintió miedo. “Llegamos con muchísimas expectativas -y todavía las tenemos-, es un gran sueño para nosotras. La gente que nos cruzamos mientras atravesamos las manifestaciones nos ayudaron y guiaron espontáneamente para que estemos seguros”, insistió sobre la predisposición de los locales.
Ambas estiman que podrían salir de Nepal en los próximos dos días, aunque tampoco quieren omitir el próximo destino que tenían planeado: Bután.
Por su parte, Caitlin Carmody es argentina, tiene 27 años y desde febrero vive en Katmandú por su trabajo en un organismo internacional.
“La violencia en Katmandú fue muy grande y se sintió en toda la ciudad. Desde mi terraza se veía humo en todas las direcciones. Al lado de mi casa no hubo tantos incendios, pero lo más difícil de ayer era la incertidumbre sobre cómo iba a seguir el día”, sostuvo la joven a LA NACION desde la capital nepalí.
Lamentó además que manifestantes hayan incendiado los edificios de gobierno y perseguido a funcionarios. “Lo que más me impactó ayer fueron los incendios en toda la ciudad, que hayan quemado los edificios de los tres poderes y las casas de todos los políticos considerados corruptos, además de cómo un ministro de Finanzas fue casi despojado de su ropa, perseguido en la calle”, relató.
En tanto, indicó que tras la dimisión del primer ministro hay un fuerte vacío de poder en Nepal, por lo que es notable la falta de autoridad en las calles. “La falta de liderazgo estatal tras la renuncia y fuga del primer ministro y varios ministros agravó el caos, con grupos extremistas que vandalizaron edificios públicos y privados y liberaron a presas y presos de las cárceles de Katmandú, lo que generó miedo por la seguridad de la ciudad”, insistió Carmody.
Cientos de manifestantes incendiaron ayer el Parlamento de Nepal y varias residencias de dirigentes políticos en desafío al toque de queda impuesto tras la renuncia del primer ministro, Khadga Prasad Sharma Oli. La dimisión del líder, de 73 años, ocurrió después de que la represión de las protestas de anteayer contra el bloqueo de redes sociales dejara al menos 19 muertos y más de un centenar de heridos.
Las protestas en Nepal, conocidas como la protesta de la Generación Z, comenzaron tras el bloqueo gubernamental de plataformas como Facebook, X y YouTube. El gobierno argumentó que estas empresas no se registraron ni se sometieron a su supervisión. No obstante, las manifestaciones se transformaron en una expresión de descontento más amplio.
Muchos jóvenes expresaron su indignación por el estilo de vida lujoso y las ventajas que disfrutan los hijos de los líderes políticos, los llamados “Nepo Kids”,mientras que la mayoría de los jóvenes enfrenta dificultades para encontrar trabajo.
Uno de los episodios más trágicos tuvo lugar en la residencia del exprimer ministro Jhalanath Khanal, figura histórica del Partido Comunista de Nepal (UML) donde una multitud incendió la casa familiar, ubicada en el barrio de Dallu, en Katmandú.
La esposa del ex primer ministro, Rajyalaxmi Chitrakar, quedó atrapada en las llamas (los testigos relataron que los manifestantes impidieron el ingreso de los equipos de rescate). Cuando la situación se desbordó, los socorristas lograron rescatarla con quemaduras graves y la trasladaron al Hospital de Quemaduras de Kirtipur, donde los médicos confirmaron su muerte.
Con la colaboración de Lucía Boccio.
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