MADRID.- Tras la escalada diplomática entre España e Israel, el titular de Asuntos Exteriores español anunció este martes que dos ministros del gobierno de Benjamin Netanyahu no podrán ingresar al país.
Los ministros israelíes de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y de Finanzas, Bezalel Smotrich, “han sido incluidos en el listado oficial de personas sancionadas” y “no podrán acceder a territorio español”, anunció José Manuel Albares en conferencia de prensa, un día después de que Israel aplicara la misma medida contra dos ministras españolas.
“Es un listado abierto”, añadió Albares, sin descartar la incorporación de más personas que, según Madrid, obstaculizan la paz, y recordó que ya figuran en él “13 colonos violentos”.
El anuncio del ministro de Asuntos Exteriores español se produjo tras una jornada marcada por un duro cruce de acusaciones entre España e Israel.
La tensión estalló el lunes luego de que el presidente Pedro Sánchez presentara un conjunto de medidas “para detener el genocidio en Gaza”, lo que provocó una respuesta inmediata del gobierno de Netanyahu, que denunció a Madrid por llevar adelante una “campaña antiisraelí y antisemita”.
El líder del gobierno español reafirmó la postura española frente a la guerra en Gaza al señalar que este martes conversó con el primer ministro de Palestina, Mohamed Mustafá. “La espiral de violencia sobre Gaza hoy es inaceptable”. En ese marco, defendió las medidas anunciadas por su gobierno al subrayar que “ante la barbarie, España actúa: detención del flujo de armas, más ayuda humanitaria y un Plan de Acción en la UE”. Finalmente, insistió en que “la paz pasa por la solución de los dos Estados”, en línea con el reconocimiento del Estado palestino impulsado por su Ejecutivo en 2024.
El paquete presentado desde La Moncloa por Sánchez incluye un embargo de armas a Israel, la denegación del espacio aéreo español a aeronaves que transporten material militar destinado al Estado hebreo y la prohibición de atracar en puertos españoles a barcos que transporten combustible para el Ejército israelí.
También contempla la prohibición de entrada a territorio español de personas vinculadas directamente con la ofensiva en Gaza y el veto a productos provenientes de los asentamientos ilegales en Cisjordania. A la vez, el gobierno anunció que reforzará su cooperación con la Autoridad Palestina y aumentará la ayuda humanitaria a la Unrwa, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos.
La reacción de Israel no se hizo esperar. El ministro de Exteriores, Gideon Saar, acusó a Sánchez de instrumentalizar la política exterior para desviar la atención de los escándalos de corrupción que rodean a su Ejecutivo y afirmó que la posición española constituye un ataque “obsesivo, antiisraelí y antisemita”. Como represalia, Israel prohibió la entrada al país a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ambas referentes de la plataforma Sumar y conocidas críticas de la ofensiva israelí en Gaza. Saar advirtió además que trasladará a los aliados de Israel la “conducta hostil” del gobierno español.
España respondió con firmeza. Albares rechazó tajantemente las acusaciones israelíes, a las que calificó de “falsas y calumniosas”, mientras que Yolanda Díaz replicó con ironía que era “un orgullo” ser vetada por un Estado al que acusó de cometer un genocidio. El choque diplomático profundiza una tensión de larga data: Israel no cuenta con embajadora en Madrid desde mayo de 2024, cuando España reconoció oficialmente al Estado palestino, una decisión que lo ubicó entre los países europeos más críticos de la política de Netanyahu.
En el plano interno, las medidas de Sánchez también generaron debate. El líder del opositor Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, reconoció que la actuación de Israel en Gaza era “inadmisible”, pero criticó al presidente del Gobierno por no haber mencionado a Hamas en su discurso ni exigir la liberación de los rehenes israelíes aún retenidos en Gaza. Para Feijóo, esa omisión resta legitimidad a la posición española y debilita su peso en el escenario internacional. Además, afirmó que los terroristas de Hamas ayer festejaron el atentado en Jerusalén y a Pedro Sánchez. “Esto es una barbaridad de la que tiene que desmarcarse inmediatamente”, sentenció.
El enfrentamiento entre Israel y España se enmarca en un escenario internacional donde otros gobiernos también endurecieron su postura hacia Israel. En junio, Gran Bretaña sancionó a los ministros de extrema derecha Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich por “reiteradas incitaciones a la violencia contra las comunidades palestinas” en Cisjordania.
Las medidas, que incluyen la prohibición de entrada y el congelamiento de activos, fueron parte de una iniciativa conjunta con Australia, Noruega, Canadá y Nueva Zelanda. Países Bajos y Eslovenia, dentro de la propia Unión Europea, adoptaron medidas similares contra los dos ministros israelíes, alineándose con un bloque cada vez más crítico de la deriva extremista en el gabinete de Netanyahu.
Israel reaccionó con indignación, denunciando que se trataba de un ataque inaceptable contra representantes electos de su gobierno.
Agencias AFP, DPA y ANSA