WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está considerando distintas opciones militares para atacar a los cárteles de la droga que operan en Venezuela, lo que incluiría eventuales golpes directos dentro del país sudamericano. Según reveló la cadena CNN, estas medidas forman parte de una estrategia más amplia destinada a debilitar al gobierno de Nicolás Maduro, al que Washington vincula directamente con el narcotráfico y el terrorismo.
El antecedente inmediato fue el ataque mortal del martes contra un supuesto barco que transportaba drogas y zarpaba de costas venezolanas. Fuentes oficiales sostienen que esa acción -que dejó 11 muertos- reflejó directamente los planes de la Casa Blanca y marcó una escalada significativa en la campaña antidrogas. Para los asesores de Trump, se trató apenas del inicio de un esfuerzo mayor que apunta a erradicar el narcotráfico en la región y, de manera indirecta, a poner en jaque la permanencia de Maduro en el poder.
El viernes por la noche, Trump lanzó una advertencia adicional: las aeronaves militares venezolanas que sobrevuelen o amenacen a fuerzas estadounidenses desplegadas en la zona “serán derribadas”. No obstante, al ser consultado por un periodista sobre si busca un cambio de régimen en Caracas, respondió: “No estamos hablando de eso”, aunque aprovechó para cuestionar las elecciones presidenciales del año pasado en Venezuela, a las que calificó como “muy extrañas” y manchadas por denuncias de fraude.
El Pentágono reforzó su presencia militar en la región en las últimas semanas. Buques armados con misiles Tomahawk, un submarino de ataque, varias aeronaves y más de 4000 marinos e infantes de Marina se encuentran desplegados cerca de Venezuela. Además, funcionarios de la Casa Blanca confirmaron que diez aviones de combate F-35 fueron enviados a Puerto Rico, donde una unidad realiza entrenamientos anfibios. Para analistas, el despliegue constituye tanto una señal de advertencia a Maduro como un respaldo logístico a eventuales operaciones.
Paralelamente, Washington duplicó la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares y lo calificó como “narcoterrorista”, vinculándolo con cárteles recientemente designados como organizaciones terroristas.
Una fuente con conocimiento directo afirmó que Trump ya autorizó este año a los militares a ejecutar operaciones letales contra grupos criminales catalogados como terroristas. La medida habilita a las fuerzas armadas a tratar a presuntos narcotraficantes no como delincuentes comunes, sino como combatientes enemigos.
El secretario de Estado, Marco Rubio, respaldó esa línea dura y, al ser consultado sobre posibles ataques en territorio venezolano, no descartó la opción: “Vamos a enfrentarnos a los cárteles dondequiera que estén y operen contra los intereses de Estados Unidos”, declaró. Rubio añadió detalles sobre el episodio del martes: “En vez de interceptarlo, por órdenes del presidente, lo hicimos estallar. Y volverá a ocurrir”.
El protagonismo de Rubio en la campaña antidrogas ha crecido notablemente. Tras la sorpresiva visita a Caracas del enviado especial Richard Grenell, que abrió especulaciones sobre una flexibilización hacia Maduro, Rubio se posicionó como férreo opositor a cualquier concesión. Fue, de hecho, el primer funcionario en confirmar públicamente el ataque contra el barco, asegurando que Trump usaría “todo el poder de Estados Unidos” para enfrentar a los cárteles.
Fuentes cercanas al Gobierno reconocieron que el objetivo es presionar a figuras del entorno de Maduro que se benefician del narcotráfico para que consideren la posibilidad de apartarlo del poder. “Lo ideal es que Maduro se retire por su cuenta, que lea las señales”, dijo un informante a CNN.
La ofensiva militar despertó fuertes inquietudes en Washington. El viernes, una sesión informativa para legisladores sobre el ataque del martes fue cancelada a último momento, lo que alimentó las dudas acerca de la justificación legal de la operación y sobre la falta de pruebas que demuestren que el barco atacado pertenecía efectivamente a narcotraficantes.
La Casa Blanca envió una carta al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y al líder republicano en el Senado, Chuck Grassley, en la que sostuvo que Trump actuó dentro de su autoridad constitucional como comandante en jefe. El documento, revisado por CNN, admite la indefinición de la misión: “No es posible en este momento conocer el alcance y la duración de las operaciones militares que serán necesarias. Las fuerzas estadounidenses permanecen preparadas para llevar a cabo más operaciones militares”.
Por ahora, la Casa Blanca mantiene una estrategia deliberadamente ambigua. Aunque no existen indicios de que Trump haya decidido ordenar ataques militares directos contra objetivos dentro de Venezuela, altos funcionarios reconocieron que, si se presenta la oportunidad de “matar terroristas”, el presidente dará luz verde inmediata.
Agencia ANSA