ROSARIO.- De riguroso traje, pero con un detalle, un pin de una guitarra eléctrica en la solapa, el presidente de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA), Claudio Zuchovicky, concentró la atención de los asistentes presentes en el auditorio principal del Santa Fe Business Forum.
“Sé que ustedes van a querer que hable del tipo de cambio, de la tasa de interés, pero la discusión es política. Si me dicen el resultado de las elecciones, yo les voy a decir qué puede llegar a pasar”, dijo en la previa de las elecciones. Así dejó claro qué se define en las próximas elecciones: un modelo de país. “El punto es que la sociedad, nosotros, percibamos que queremos ir por el mismo camino”, apuntó.
“Antes decía en las charlas que lo incierto es peor que lo malo, porque a lo malo me adapto, lo incierto me paraliza”, dijo, y agregó que, sin embargo, este contexto de incertidumbre (preelectoral) “es más manejable que la certidumbre de que explotábamos por el aire”, se explayó, haciendo referencia a las anteriores deudas comerciales -de importación- y a la emisión monetaria, entre otros factores.
Cuatro puntos de interés para inversores
El especialista resaltó cuatro factores que hacen posible un análisis de lo que puede suceder en la Argentina en un futuro cercano:
1- El contexto mundial juega muy a favor de la región. El Real se apreció un 30% en lo que va del año sumado a que el dólar pasó de $1200 a casi $1400, por lo que, con respecto a Brasil, la Argentina es un 50% más competitiva que a principios de 2025.
2- El efecto de las tasas de interés. Para Trump, según el presidente de BYMA, el peor enemigo que tiene Estados Unidos es la tasa de interés, por lo que tiene que “destruir el costo del dinero”.
“Es el país más endeudado del mundo; gasta más en tasas de interés de la deuda que en defensa”, afirmó. “El ciudadano, por su parte, paga la universidad, la licuadora, el auto, la hipoteca, todo en cuotas. Hoy, el financiamiento de la tarjeta de crédito en Estados Unidos está cerca del 14% anual, con una inflación del 3%. Cuando pagás el mínimo de la tarjeta por tres meses consecutivos fuiste”, advirtió.
“¿Qué tiene que ver con nosotros?“, preguntó. Aclaró que a la Argentina siempre le va mal cuando sube la tasa de interés global (porque se lleva las inversiones), y siempre le va bien cuando baja. “Si yo tengo US$1 millón y me pagan el 5% anual en un bono de Tesoro americano, voy a cobrar US$50.000 por año y con eso vivo bien”, ejemplificó. Pero si la tasa va al 2,5% anual, voy a cobrar US$25.000 por año. Entonces algo tengo que hacer con el millón de dólares”, aseguró. Invertir, dijo.
“La baja de la tasa de interés trae inversión, la suba trae especulación. Bienvenidos a la Argentina del último mes”, detalló. Según su análisis, si el mundo baja la tasa de interés, América Latina empieza una secuencia mejor.
Concluyó que se debilita el valor del dólar, “si dividimos el valor del metro cuadrado por bitcoins, nunca estuvo más barato. El euro valía uno, ahora vale 1,20. Lo que se depreció es el dólar, y nosotros ajustamos por dólares. Cuando me dicen que la Argentina está cara en dólares diría sí, comparado con nuestra historia…, pero estamos un poco más baratos que antes”, analizó y agregó que “estamos atados a una moneda débil”.
3- Más bienes durables, menos consumo. Se refirió a que en los últimos cuatro años “el rey” era el que tenía el stock. “Si querés tela, me tenés que pagar de contado, adelantado”, ejemplificó. Sin embargo, hay un cambio. “Hoy es el consumidor el que pone las reglas”. Además, “estamos sobre stockeados”, afirmó. Hizo referencia a que el comprador no tiene la sensación de que se le van a escapar los precios.
Contó que sus tres hijos tienen el mandato de ahorrar desde que son chicos. “Me decían, ‘pa, puedo ahorrar US$20 por mes, cuando llegue a tu edad voy a tener US$3740, me voy de joda’. Ahora los tres aplican para un crédito hipotecario. Empieza a tener presencia el bien durable, no tanto el consumo”.
“Ahora tengo que competir. ¿Por qué me va a comprar a mí, no a otro?“, se preguntó. ”Por precio -respondió- pero a veces no se puede porque hay países que trabajan a un nivel de escala que producen cien veces más barato que yo. Pero sí puedo competir en diseño, en talento, en fidelidad, en buen trato. ¿Cuántos de nosotros pagamos un poquito más por un buen trato?“, sugirió.
4- Mirar el país en que vivimos. “La Argentina tiene una crisis política, pero ¿qué país no la tiene?“, reflexionó. Mencionó como una gran ventaja el hecho de que la Argentina no es un país que sufre una guerra, como muchos otros. “¿Cuánto vale vivir lejos de la zona de conflicto? ¿En serio, no la vamos a pelear? ¿Dónde voy a tener un país que no tiene problemas limítrofes, culturales, religiosos, étnicos?“.
Qué modelo de país queremos
En línea con el potencial de la Argentina a la hora de invertir, instó a la audiencia a pensar en positivo. “¿Conocen algún país exportador de energía, minería y alimentos a la vez? ¿En serio no le vamos a buscar la vuelta? No sé si la podemos arruinar como lo hicimos siempre, pero el potencial que tenemos para los más jóvenes es enorme. Entiendo que estamos en meses complicados, que estamos politizados, pero no perdamos el foco en que tenemos una oportunidad de mediano y largo plazo enorme. Hay más plata por entrar que por salir. Todavía no llegó la inversión esperada en la Argentina. Pero nadie va a poner plata si nosotros no creemos en nosotros mismos”, instó.
En un momento de la charla le preguntó a un oyente cuánto le cobraría al Estado por un producto, teniendo en cuenta que quizás se demore mucho el pago. “El triple”, respondió. “Si todos quieren que el Estado haga todo, bueno… Si todos creen en la iniciativa privada, habrá que competir. Pero eso lo va a decidir la sociedad. Y en eso sí, la política está por encima de la economía”.
Entre las dificultades que necesitan respuestas, y que hablan de la necesidad de darle mejores herramientas y más confianza a los privados para invertir, Zuchovicky expuso una muy actual a la hora de sostener el empleo registrado. Si a un empleado se le paga $1.000.000, con cargas sociales hay que abonar $1.750.000, de los cuales el poder de compra es $800.000. Ambos están disconformes, ejemplificó.
Contó que recientemente, en una reunión en Estados Unidos, explicó: “Estamos orientados, estamos bajando el déficit fiscal, nos estamos ordenando, la Argentina tiene superávit, está bajando la inflación. Me dijeron: ‘Todo muy lindo, todo muy bien, pero ¿quién viene después?’“.