El consumo se reactiva, pero con grietas y cambios de hábitos

1

Los últimos informes sobre la evolución de las ventas minoristas volvieron a mostrar las dos velocidades con las que se viene moviendo el consumo desde principios de año. Por un lado, la desaceleración de la inflación y la reaparición del crédito explican una recuperación de la demanda que se siente con especial fuerza entre los hogares de mayores ingresos y algunos rubros, puntuales como autos y motos. Pero en paralelo, amplios sectores de la clase media y media baja están modificando sus hábitos de compras, en un contexto de demanda más selectiva y austera.

“En la lectura sectorial se observa que el crecimiento continúa siendo generalizado, pero con diferentes velocidades: los bienes durables y ciertos rubros de consumo masivo sostienen un impulso elevado, mientras que los semidurables y algunos servicios muestran señales de debilidad. Este comportamiento refuerza la importancia de seguir monitoreando de cerca la evolución del poder de compra y las decisiones de gasto de los hogares”, señaló Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Negocios de la Universidad de Palermo (UP), que informó que su Índice de Consumo Privado (ICP-UP) cerró julio con un incremento del 0,7% mensual y una suba del 13,9% interanual. Con este resultado, el indicador que elabora la UP acumula diez meses consecutivos de crecimiento respecto al mismo mes del año anterior y un avance del 14,8% en los primeros siete meses del año frente a igual período de 2024.

En el caso del consumo masivo, julio volvió a mostrar un comportamiento dispar. De acuerdo con el relevamiento que realizan las consultoras Focus Market y Scanntech, las ventas en los autoservicios y pequeños minoristas cerraron el mes con una suba del 3,4% frente a junio, aunque en la medición interanual cayeron un 4,3 por ciento.

Las ventas en los autoservicios y pequeños minoristas cerraron el mes con una suba del 3,4% frente a junio, aunque en la medición interanual cayeron un 4,3 por ciento.IGNACIO COLO – IGNACIO COLO

“Hoy, en un contexto de desaceleración inflacionaria y mayor previsibilidad en la variación futura de precios, el patrón de compra se está normalizando. Los hogares ya no sienten la urgencia de acopiar; en cambio, reponen con mayor regularidad y en volúmenes más ajustados a la necesidad inmediata”, aseguró Damián Di Pace, director de Focus Market.

Entre los datos positivos sobresale la recuperación del consumo de carne vacuna a nivel nacional. En julio, la demanda en carnicerías y supermercados pegó un saltó del 4,1% con respecto al mismo mes del año pasado, alcanzando los 49,8 kilos por habitante/año de acuerdo con lo informado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra).

La demanda en carnicerías y supermercados pegó un saltó del 4,1% con respecto al mismo mes del año pasado[e]MARTIN ZABALA – XinHua

A pesar de la recuperación frente a los 47,8 kg de 2024 –que representó el piso histórico del consumo–, los números del sector todavía están por debajo de los 54 kilos que se consumían hace dos años.

La mejora del consumo se explicó por una suba en la producción –el primer semestre del año cerró con un alza del 1,7%– y una baja en las exportaciones (-15,4%), debido a las menores compras desde China, lo que terminó redundando en un mayor volumen disponible para el consumo interno.

La premisa de que la baja de la inflación tiene un impacto dispar según el nivel de ingresos de los hogares es confirmada por un relevamiento de la consultora Management & Fit, que indica que casi el 80% de las familias argentinas cambiaron sus consumos en los últimos meses debido a la situación económica.

Entre los cambios más importantes sobresalen la postergación de compras no esenciales como ropa y calzado fue la primera opción de recorte (16,8%), el abandono de las primeras marcas (10%) y el recorte en las salidas a comer afuera (9,9 por ciento).

Otros cambios fueron la postergación de viajes, vacaciones y escapadas (8,6%), la reducción de las salidas recreativas o actividades culturales (7,4%) y el retraso en el pago de algún servicio (7,3 por ciento).

Los ajustes en los consumos, sin embargo, están siendo acompañados por otros cambios favorables en la situación económica de los hogares. El estudio de Management & Fit también dio cuenta de un incremento en el número de hogares que aumentaron su capacidad de ahorro y una baja en el porcentaje de los que tienen dificultades para cubrir todos sus gastos.

En este sentido, el segmento de la sociedad al que los ingresos le alcanzaron para sus compras habituales y además pudieron juntar algún dinero extra, en los últimos dos meses, pasó de 11,8% a 13,7% entre julio y agosto.

En tanto, las familias que no llegan a fin de meses y tienen algún tipo de dificultad para hacer frente a todos sus gastos bajaron de 32,1% a 29,6%, y el grupo al que directamente no le alcanzan sus actuales ingresos y tiene grandes problemas en su economía cotidiana cayó de 17,4% a 16,7 por ciento.